viernes, 7 de febrero de 2014

LE CORBUSIER: Siempre presente.


Buenos dias, y bienvenidos a un nuevo día que es lo mismo que decir que a un nuevo tema de disertación en mi blog, por mi parte, porque vosotros os limitáis, -que ya es mucho, y os lo agradezco, infinitamente,- a leer, hasta el final, o al menos eso espero.

Y con esta pequeña introducción nos vamos de lleno a posar nuestros ojos y nuestros pensamientos en un hombre excepcional, que revolucionó todo el mundo de la arquitectura: LE CORBUSIER (nombre que el mismo adoptó).

El próximo año se cumplen cincuenta años desde su fallecimiento en Cap Martin, el Mediterráneo francés. El tiempo nos va dando una visión cada vez mas acertada y sugerente de este magnífico y brillante artista de la construcción y la belleza: Charles Edourad Jeanneret-Gris, de origen suizo, pero nacionalizado francés, nació en 1887 y podemos afirmar que en su vida y su obra conoció un éxito extraordinario. 



Gracias a la exposición que CAIXAFORUM BARCELONA nos brinda desde el pasado 29 de enero y hasta el 11 de mayo de 2014, podemos ahondar en su obra y su visión del mundo moderno y vanguardista. 
Este artista de la modernidad fue el exponente de lo que la sociedad moderna demandaba en base a la velocidad en su desarrollo social, político, económico. Su obra consiguió combinar la gran escala, necesaria en algunas construcciones, con las necesidades individuales. Es por ello que LE CORBUSIER es pieza fundamental dentro del Movimiento Moderno actual, sus propuestas, claras, brillantes siguen estando del todo activas dentro de un mundo global en continua evolución.



En virtud de este aniversario, y desde el MoMA de Nueva York llega a nuestro pais la exposición de Le Corbusier, un  atlas de paisajes modernos, cuyo comisario es Luis Cohen. La muestra en cuestión nos ofrecerá la siempre perfecta combinación que utilizó para combinar la naturaleza y el paisaje.

Su obra es una muestra de la visión que este artista consiguió elaborar en sus continuos viajes por todo el mundo, dando especial importancia a la curiosidad por la creación, en base a un conocimiento global de un mundo, presente, pero con un futuro inmediato. 



La muestra está dividida en distintas secciones mediante un recorrido en cinco escenarios distintos. Su inicio en las montañas del Jura, que conoció en su juventud y en sus viajes por las principales capitales europeas, para seguir con la etapa que marca para su obra Paris, ciudad en la que se planteó las bases de su obra arquitectónica y creó sus primeras obras maestras. La tercera sección nos lleva al trabajo de Le Corbusier fuera de Europa, evidentemente, resultado de sus viajes por los distintos continentes, entre ellos Africa y Sudamérica. Es de señalar un apartado especial dedicado exclusivamente a la construcción de Chandigarth, diseñada como capital del Punjab, en la India, y por último, una significativa y preciosa vinculación con los paisajes del Mediterráneo francés, que son el refugio del final de sus días. 

Son escasos los artistas a los que el tiempo ha tratado de esta forma tan positiva y al mismo tiempo han favorecido sus continuas y distinguidas exposiciones monográficas: un trabajo intenso, llevado a cabo con una total convicción de lo que su trayectoria vital le imprime como arquitecto, que aunque se formó bajo una estética que podríamos catalogar como conservadora, supo revolucionar aquellos aspectos que pudieron ofrecer a la humanidad esa visión "revolucionaria", sobre la que construyó una nueva arquitectura.

Arquitecto de extraordinaria calidad, y profunda madurez, sus trabajos, complejos y significativamente marcados por un pensamiento crítico para con la sociedad, y el tratamiento que le dió a todo lo relacionado con el transporte, el urbanismo, evidentemente, relacionado con la naturaleza, sin por ello renunciar a una funcionalidad muy significativa. Esa especial capacidad de LE CORBUSIER le llevó a adentrarse también en aspectos del arte como la pintura, la escultura y la investigación dentro de la composición.


 

La obra de LE CORBUSIER no puede ser juzgada desde un único punto de vista; cada una de sus obras debe ser analizada y estudiada con un pensamiento multidisciplinar, todo ello como consecuencia de que su autor, un hombre de pensamiento  arriesgado y exigente, supo transmitirnos. 
LE CORBUSIER siempre fue partidario de que la arquitectura necesitaba un cambio radical, partiendo de la forma constructiva y llegando a la posición estética, y todo ello en aras a responder a la necesidad de una sociedad marcada por una continua evolución, en la que las masas necesitaban y necesitan sentirse integradas con total funcionalidad, pero, al mismo tiempo no exentas de belleza.



La obra de LE CORBUSIER como arquitecto nos merece un respeto fundamental por la capacidad de compromiso que llegó a mantener con la sociedad. La arquitectura es la que construye la vida de todos y cada uno de nosotros, aquella en la que habitamos y nos sentimos integrados; de tal manera, que debemos encontrarnos en perfecta armonía, no sólo con nuestro cuerpo, sino también con la naturaleza en la que se desarrolla nuestra vida. Para LE CORBUSIER el ser humano fue su principal objetivo, el de encontrarle un entorno lo mas "humano" posible, sin perjuicio, por supuesto, de los avances de la técnica que poco a poco la sociedad ha ido incorporando.



Y es así que sus ideas, siempre presentes, de renovación le llevaron a fundar una revista L´Esprit Nouveau, en 1918, junto al que era su amigo el pinto Amdédée Ozenfant, con la finalidad de difundir sus ideas y concepto de la arquitectura; muchos de los artículos publicados en esta revista formaron parte después del libro Vers une architecture, en 1923, que es la antesala de su revolucionario MANIFIESTO"CINCO PUNTOS DE UNA NUEVA ARQUITECTURA",de 1926, en el que podemos aborda la revolución técnica y estética de una arquitectura que ya nunca volvería a regirse por los mismos cánones. 
Estos llamados cinco puntos establecían la posibilidad de una casa elevada sobre pilares de hormigón armado que dejara abierto el espacio al nivel de la calle, distribución y fachada libres en el resto de las plantas, empleo de ventanas continuas apaisadas y la recuperación del solar en la cubierta mediante la terraza-jardin.



La mente creativa de LE CORBUSIER va por delante de su capacidad de obra, pues con tan solo 35 años ya imagina la utopías de una Ciudad para tres millones de habitantes (1922), con aeropuerto de taxis, rascacielos de negocios, bloques de viviendas y ciudad-jardín, todo ello perfectamente comunicado y de fácil construcción. Sus diseños más destacados son las Casas Citrohan, la casa del Pintor Ozenfant  y la residencia La Roche /Jeanneret, en Paris. Su capacidad de produccion es infinita y establece, sin la menor de las dudas, las bases de las ciudades modernas, pero libres de complicación y artificio.



Su sello es su dinamismo y su virtud el entusiasmo que mantuvo siempre en aras de establecer un sistema de medidas a partir del ser humano, con la finalidad de coordinar las dimensiones de los espacios habitables para de esta forma satisfacer al máximo a sus habitantes.

La revolución que LE CORBUSIER mantuvo siempre, por encima de todo, fue la del triunfo del ser humano, como individuo y como miembro de una colectividad, y para ello creó una indiscutible y brillante cantidad de escenarios que perviven hoy en día.


"ARQUITECTURA ES CUESTION DE ARMONIAS, UNA PURA CREACION DEL ESPÍRITU"
(LE CORBUSIER)

Fuentes: Descubrir el Arte.

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