jueves, 13 de marzo de 2014

EL GRAN HOTEL BUDAPEST.

Buen día tengáis todos amigos, para mi es un auténtico placer pasar un buen rato con vosotros, o al menos, sabiendo que leéis los post que escribo. Me encanta escribir, así que procuro documentarme sobre los temas mas diversos, dentro del mundo del arte y la cultura, y expresar mis ideas y pensamientos con la finalidad de que lleguen hasta vosotros.




Después de varios "post" de contenido un poco "denso", en el buen sentido de la palabra, hoy me decanto por HABLAR, o mejor dicho, escribir, sobre cine, y una película que se estrenará el próximo 21 de este mismo mes: EL GRAN HOTEL BUDAPEST, film que inauguró eL Festival de Cine de Berlin, conocido como La Berlinale, con un gran éxito de crítica y público.



Este film de factoría estadounidense, cuenta con la dirección y guión de Wes Anderson, la fotografía de Robert D. Yeoman, la música de Alexandre Desplat, y un elenco de actores de una categoría excepcional; entre ellos, Ralph Fiennes, Tony Revolori, Saoirse Ronan, Bill Murray, Jude Law, Tilda Swinton, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Owen Eilson, Edward Norton, Mathieu Amalric, y como debutante, Tony Revolori. Que más podemos pedir?


Todo el "personal" al completo

El Gran Hotel Paradise es en conjunto una especie de contrapunto a lo que, en la actualidad, se considera como "vacaciones". Viene a mostrarnos, entre fotograma y fotograma, lo que fue el "glamour" y el encanto de los antiguos hoteles, en los que la imaginación, el descanso, la tranquilidad espiritual y la realidad eran punto de confusión.
En El Gran Hotel Budapest nos encontramos la esencia del sanatorio suizo de la obra de Thomas Mann, La Montaña Mágica, en el que las relaciones entre los personajes daban como resultado todo tipo de conversaciones sobre los mas interesantes temas, desde religión, política, cultura, filosofía, e incluso sentimientos. 

Nuestra "recepción"



En definitiva, lo que Wes Anderson nos recrea en su apuesta cinematográfica es la imagen de todo un país, reflejado en el mundo que deambula por los pasillos del hotel; un país imaginario que se define por las reminiscencias y efectos visuales y culturales de los países del Este de Europa, en un periodo de entreguerras, y en el que nos muestra cómo la sociedad se va transformando hasta alcanzar una crisis total, preludio de su decadencia.
La exquisitez que ofrece la estética de El Gran Hotel Budapest es también un contrapunto con lo que hoy nos ofrecen los grandes complejos vacacionales, estridentes, vulgares y ordinarios. Pero ello no nos puede llevar a evitar pensar que, los conflictos personales, han sido y siguen siendo, para el ser humano, los mismos: el poder, el deseo, la ambición, el sexo, el amor, el odio, la deslealtad. Entre todos ellos gira el universo de la humanidad.



No cabe la menor duda de que nos situamos ante la obra mas ambiciosa de Wes Anderson, también la mas emotiva.
En este hotel, es el conserje Monsieur Gustave H., un hombre sencillamente seductor y brillante en sus relaciones con sus clientes, el que se convierte en el eje central de todos los demás personajes, y junto a él, el botones huérfano Zero (presentando a Tony Revolori). M.Gustave nos pone el dedo en la llaga sobre lo que es la línea narrativa del film, es más es él quien define este relato maravilloso sobre la amistad, la lealtad y la melancolía de El Gran Hotel Budapest, con la sutil referencia al nazismo -detengámonos para ello en las interpretaciones de Adrien Brody y Willen Dafoe-, en lo que es la herencia de una aristócrata en un mundo decadente -una irreconocible Tilda Swinton (de la que soy fanática admiradora)-, así como un conjunto de personajes que desarrollan toda una trama llena de escenas sumamente entretenidas y llenas de un encanto muy especial, y todo ello como consecuencia de un cuadro robado, lo cual pone en marcha una serie de divertidos acontecimientos; así se desarrolla la acción, en forma de relato que el propio Zero narra, pasados los años, a un escritor (Jude Law), y, por supuesto, en torno a una troupe de personajes, que llegan a adquirir la condición de caricaturescos.

Zero con Jude Law

Adrien Brody y Willem Dafoe

Tilda Swinton

Cabe destacar que la película de Wes Anderson es un tributo a los trabajos del escritor austriaco Stefan Zweig; Wes Anderson nos habla con sus propias palabras sobre el significado de esta película en su filmografía: "Sí, es mi carta de amor a la vieja Europa. Tenía muchas ganas de rodar una película entera aquí: hasta ahora había hecho un corto en Italia ... y otro en Francia....A pesar de utilizar algunas localizaciones espectaculares como el castillo alemán de Hainewalde. El Gran Hotel Budapest quiere transmitir la idea de haber sido rodada en una Europa artificial, como esa que tantas viejas producciones de Hollywood recreaban decorados. Hemos usado maquetas y modelos, a pesar de algunas de las localizaciones que conseguimos eran asombrosas y transmitían toda esa idea de viejo mundo en vías de desaparición que queríamos capturar. El encanto de las maquetas me fascina. Si hay algo que no puedes tener, tu segunda mejor opción es construírtelo a escala y eso es lo que hemos hecho aquí".



No quiero dejar escapar, para los que no me conocéis personalmente, mi gran afición por el cine, al que acudo siempre sola, sabiendo perfectamente qué quiero ver y disfrutar, y también, por supuesto, sacar mi conclusión, porque toda historia, por muy sencilla, llana, humilde, trágica, grotesca e incluso, grandiosa en su consideración general, encierra un mensaje por pequeño que sea, que sólo cada espectador es capaz de descifrar. Mi intención de descifrar mensajes siempre se cumple. Pero eso es cuestión de voluntad y perseverancia.



Monsieur Gustav nos cita el próximo 21 de marzo 

Y por último termino este "post" con las palabras de Wess Anderson, en relación con su película: "ES MI CARTA DE AMOR A LA VIEJA EUROPA, UNA EUROPA ARTIFICIAL, COMO LA DE LAS VIEJAS PELÍCULAS DE HOLLYWOOD".


ESPERO COINCIDIR CON ALGUNOS DE MIS LECTORES EN EL ESTRENO.
BUENAS DÍA A TODOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario