sábado, 1 de noviembre de 2014

LA GRAN ODALISCA.- JEAN-AUGUSTE-DOMINIQUE INGRES



Ingres

Buen día estimados amigos, consciente de que la lectura y ARTE conjugan en vosotros en perfecta armonía, hoy os propongo el estudio, en la medida a que llega mi conocimiento e información sobre el tema, de un óleo sobre tela que se encuentra en el Museo de El Louvre, de Paris, y cuyo nombre obedece al de "LA GRAN ODALISCA".



Su autor no es otro que Jean-Auguste-Dominique Ingres quien gozó, gracias a su obra de una gran notoriedad en vida, si bien su arte puede ser objeto de crítica o de admiración. 
Ingres fue un hombre decidido, impetuoso, cuyo talento de dibujante, en el que el color domina el lienzo es del todo apreciado por el espectador. Si bien la época de su vida artística conociera del clasicismo, lo cierto es que también participa, en cierta medida, del romanticismo, en su deseo de expresar lo que es la esencia del ser, y por el uso del arabesco abstracto y de los colores lisos, lo que le ofrece una gran expresividad. Destaca su obra por la sensualidad con que trabaja el desnudo, definida por su línea curva. 
Ingres es a la vez clásico, romántico y realista; del todo innovador por lo que aporta a su obra su imaginación orientalizante y por sus temas  que nos hablan de la edad media y del renacimiento. 
Trabaja, especialmente, el cuerpo de la mujer desnuda, a la que llena de expresividad, haciendo que cada una de ellas sea única, exclusiva. 
Su técnica le lleva a realizar un esbozo sobre el papel en base a la idea que ha concebido y mas tarde, escogido definitivamente el tema, madura todos y cada uno de los detalles, para a continuación pintar rápidamente el tema elegido. Eso sí, algunas veces hace retoques en sus lienzos, pero mucho mas tarde.
Y una curiosidad siempre dibuja a su modelo desnuda, aunque despues le vista y le rodee de la mas maravillosa de las vestiduras.


Esbozos

Gran parte de la temática de la obra de Ingress trata temas que guardan estrecha relación con la historia antigua, medieval y nacional, nos evocan la literatura homérica, a Dante, e incluso, nos lleva a pensar en pasajes de la Biblia y, fundamentalmente, de la mitología. Lo suyo es el retrato, mas el retrato en gran escala.
Mucha de su obra es realizada por encargo, especialmente de la burguesía residente en La Rivière y en Berlín, e incluso de gobiernos como el francés y el de Roma. 
Siente una especial predilección por el clasicismo  y gusta de los primitivos franceses y flamencos, de la misma forma que le atrae, enormente, el maestro J. Van Eyck, la escuela de Fontainebleau y pintores clásicos. Masaccio, es uno de sus descubrimientos cuando viaja a Italia, de la misma forma que las madonas y los frescos de Rafael, dando una especial importancia al manierismo de "Pontormo".
Para Ingress la evolución de su pintura le lleva a la búsqueda del estilo, del que según sus propias palabras, afirma: "El estilo es la naturaleza". Sus retratos nos ofrecen un realismo del todo natural y una especial elegancia. Sus modelos destacan por su individualidad, de la misma forma que la expresión de sus rostros. Enamorado de las curvas y de los arabescos, suele emplear tonos sutiles y delicados, lo que invita a destacar al modelo.


Ahora que conocemos un poco de la obra y la técnica de INGRES nos vamos a detener en su antedicha obra: LA GRAN ODALISCA, y su historia.



Detalle del óleo


La reina de Nápoles, Carolina Bonaparte, encargó a Ingres la realización de este óleo sobre tela, con la finalidad de que hiciera pareja con otro desnudo, del que al día de hoy, no se tienen noticias. Mas la obra nunca llegó a su destino, pues Carolina Bonaparte fue derrocada en 1815, y el óleo fue adquirido años mas tarde por el chambelán del rey de Prusia, Conde de Pourtolè-Gorgier. Se evidencia en la obra el interés por lo exótico y lo oriental, lo que es un adelanto del Romanticismo. Ingres crea una figura de enorme belleza, para lo cual traza una mas que delicada linea. La imagen de la joven, en un primer plano, deja casi sin efecto el resto de detalles que se encuentran en la composición, las telas, los cortinajes, los almohadones o el abanico. Su luz es dorada, lo que le crea un efecto volumétrico, y consigue crear uno de los desnudos mas atractivos que conocemos de la pintura. Si ponemos especial detalle en el rostro de la joven observaremos la influencia de Rafael, del que Ingres se consideró discípulo. Fue presentada en el Salón de 1819, recibiendo críticas contradictorias. Años mas tarde expuesta junto a la Olimpia de Manet, crearon una gran controversia. 

La joven nos ofrece la curva mas que alargada de su espalda, la mirada directa y franca, y la dulzura del rostro, con un cuerpo que se nos brinda redondeado, lánguido y acariciado por una luz en cierto sentido diáfana, lo que supone un anticipo del japonesismo y los medios tonos de "Manet". 
En ella encontramos los elementos característicos de los manieristas toscanos, en un mas que discreto pero pertubador juego de curvas y motivos audaces.


"El  estilo es la naturaleza"

Bellísima naturaleza la de La Gran Odalisca

BUEN DIA A TODOS

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