martes, 30 de diciembre de 2014

ASSIA WEVILL: LA TRAGEDIA QUE SE REPITE.


ASSIA WEVILL


Buen día de mas que frío invierno, mis estimados amigos, aquí de nuevo para pasar un rato de escritura -yo- y de lectura -vosotros-, y entre todos hacemos que la personalidad de ASSIA WEVILL sea conocida, respetada y sobre todo, dolorosamente sentida.

Sylvia y Ted

Quienes conocemos la historia de amor, por llamarla de alguna manera, de Sylvia Plath y Ted Hughes, ambos reconocidos poetas, no podemos obviar la presencia en su universo personal de ASSIA WEVILL, la mujer por la que, según dicen, Ted Hughes dejó a su mujer, y madre de sus dos hijos. Sylvia Plath, sumida en una profunda depresión, si bien padecía desde muy joven de serios trastornos mentales. Fue que dos años después de que Ted la abandonara, concretamente, el 11 de febrero de 1963, cuando puso fin a su vida. Previamente, había colocado en el cuarto de sus hijos, su desayuno habitual, para después cerrar la puerta y la ventana de la cocina, reforzó con toallas todas las rendijas de ésta, abrió el horno y metió la cabeza en él. Solo la chica que cuidaba de los pequeños, por la mañana, descubrió tan macabro escenario.
Mas esta terrible tragedia, lejos de quedar en un hecho aislado, volvió a repetirse y teniendo en común a uno de los protagonistas Ted Hughes, en este caso, la suicida era ASSIA WEVILL, la noche del 25 de marzo de 1969, cuando ésta dejó abierta la llave del gas de su piso de Londres y murió, llevándose consigo la vida de la hija de ambos, Shura.


Una mas que interesante biografía nos lleva al escenario en el que discurrió la tormentosa relación de Assia Wevill y Ted Hughes, todo ello provocado por la mas que tiránica y controvertida personalidad de este último.


Assia Wevill era una mujer enormente atractiva, morena, todo lo contrario que Sylvia Plath que era rubia, nacida en Berlín en 1927.Es en su biografía, "Assia Wevill", publicada por la Editorial Circe, y escrita por Yehuda Koren y Eilat Negev, donde nos encontramos con las verdaderas razones por la que esta mujer, judía, huyó del nazismo y pasó sus primeros años en Israel, concretamente en Tel Aviv, donde conoció al que fue su primer marido, el sargento británico John Steel, con el que contrajo matrimonio en 1946.


Assia era la imagen perfecta de la belleza salvaje, una mujer de una extraordinaria independencia, consecuencia de sus avatares a lo largo de su infancia y juventud, y fundamentalmente, terca. Se había licenciado en Literatura por la Universidad de Vancouver, pues también pasó parte de su juventud en Canadá, escribía poemas y trabajaba como publicista. Fué durante un viaje que partió de Canadá, en 1960, donde conoció a David Wevill, también poeta, con el que rehizo su vida, instalándose ambos a vivir en Londres.


David Wevill


Fue el año 1961 cuando ambas parejas se conocieron, y ello como consecuencia de la visita que el matrimonio Wevill realizó a los Hughes en su caserío de Devon. Mas antes de conocerle personalmente, y en la redacción de su revista, Assia  comentó a su jefa: "Voy a seducir a Ted".
Este fue el principio del final de Sylvia Plath, que se derrumbó definitivamente, y terminó aquel 11 de febrero de 1963.
Mas el hecho cierto es que si para Sylvia su tormento, el de los celos, pues Ted Hughes era un hombre enormente mujeriego, terminó con su muerte (una de las amantes de Hughes, Brendan Hedden, insiste en sus continuas infidelidades, para ello utilizaba el método de "mantener" a cada una de sus mas que devotas mujeres en distintas  ciudades), para Assia, su propia tragedia no hizo mas que comenzar.


Assia

Assia no solo tenía que ocuparse, por supuesto, del propio Ted, sino también de los dos hijos del matrimonio de éste con Sylvia y de la hija que tuvo con él, Shura. Assía tenía la obligación de jugar con Frieda y Nicholas, hijos de Sylvia, enseñarles alemán dos o tres horas por semana y además, cocinar todos los dias una nueva receta con la finalidad de "introducir a Frieda en el arte culinario". Por supuesto, Ted no pisaba la cocina, salvo para comer.
Con la convivencia diaria, nació, paradójicamente, la distancia, pues Ted Hughes se pasaba el dia, practicamente, fuera de casa. 
En tanto, Assia llegó a confesar a su familia: "Me siento suicida". El germen de la depresión y el desequilibrio ya formaban parte de su existencia. El hecho cierto es que la sombra de Plath cohabitaba con la nueva pareja y eran muchos los amigos de la poetisa los que culpaban a Assia de la suerte que corrió Plath.
Una mañana, concretamente, el 25 de marzo de 1969, Assia y Ted discutieron, como lo hacían asiduamente. Cuando llegó la noche, Assia llevó una cama a la cocina, se acostó junto a su hija Shura, de cuatro años, y preparó un combinado de alcohol y pastillas para dormir. Fue entonces cuando, la tragedia volvió a repetirse, siguiendo la misma senda, encendió el gas del horno y se tumbó junto a su pequeña hija. Como en el caso de Sylvia fue la "au pair" la que descubrió la nueva tragedia. En una mesa encontró dos cartas dirigidas al padre y al amante de Assia. En su testamento dejó escrito un epitafio para su tumba:"Aqui yace una amante de la sinrazón y una exiliada".

Assia y su hija, Shura

Como ocurrió con la muerte de Sylvia Plath, Ted Hughes se empeñó en borrar todo rastro que pudiera señalarle como culpable de la muerte de sus dos compañeras; por un lado, destrozó los diarios personales de Sylvia, en los que, día a día, anotaba sus emociones y sus desengaños, para que no los pudieran leer sus hijos; en el segúndo de los casos, no cumplió la voluntad de Assia en lo referente al epitafio para su tumba. 



Después de conocer la trista y lamentable historia de estas dos mujeres, llegamos a la conclusión de que fueron sencillamente víctimas, un hombre desleal, cruel, y sobre todo, ególatra. Dejó que se marcharan dos mujeres sumamente valiosas, eso sí, inseguras y a las que Ted consiguió anular. Ted Hughes, las sobrevivió y nos ocultó durante años lo que ellas quisieron que supiéramos tras sus mas que terribles tragedias personales.

Ted Hughes

El luctuoso suceso del fallecimiento de Assia Wevill y de su hija Shura provocó que la madre de Ted, falleciera seis dias después de enterarse de dicho acontenimiento.
Ted Hughes nunca habló directamente de ambos hechos a lo largo de su vida, sino que lo hizo, de forma indirecta, por medio de sus poemas, los recogidos en Brithday y Letter, en los que nos habla de su relación con Sylvia, mas en ninguno de ellos se muestra como responsable de lo ocurrido. 
También dedicó otro poemario a Assia Wevill, Capriccio, en las que mostraba una mas que respetuosa posición por la decisión de su segunda esposa.

Y os dejo aquí las palabras que Ted Hughes manifestó, en una ocasión, en relación con el suicidio de sus dos compañeras, Sylvia y Assia:
"La muerte de mi primera mujer fue complicada e inevitable. Llevaba en esa pista la mayoría de su vida. Pero la de Assia pudo evitarse. Su muerte estaba totalmente bajo su control, y fue el resultado de su reacción a la acción de Sylvia".
Duras palabras de las que podéis sacar la conclusión mas que exacta sobre la personalidad de Ted Hughes.

En agosto de 1970, Ted Hughes contrajo nuevo matrimonio con Carol Orchard, una enfermera, con la que vivió hasta su fallecimiento.

Carol Orchard en el entierro de Ted, junto a Frieda y Nicholas

En definitiva, creo que el alma de Ted Hughes era un mas que terrible pozo de sombras y que la suya fue una vida tan desgraciada en tanto en cuanto era capaz de producir sufrimiento, y convivir con él, y repartirlo.

Nicholas Hughes

Pero, sobre la familia Plath no acaba aquí la tragedia, pues el 16 de marzo de 2009, Nicholas Hughes Plath se quitaba la vida, colgándose de una cuerda, en su casa de Alaska, donde vívía solo. Dedicaba su vida a la biología marina, y era además catedrático de la Universidad de Alaska-Fairbanks. Un hombre de aspecto muy atractivo, si bien ni se casó ni tuvo hijos. Según quienes le conocieron vivía encerrado en una profunda soledad. Tenía 47 años cuando tomó la misma decisión que años antes tomara su madre, ya que según su hermana, Frieda, una mas que buena escritora, llevaba varios años luchando contra la depresión. El hecho cierto es que toda su vida fue una de esas vidas que nos van matando poco a poco. 

Frieda Hughes

Nadie discute el hecho cierto de que Sylvia y Assia fueran suicidas, mas ninguna fue la responsable de la muerte de la otra, en cualquiera de los casos, su tragedia tenía un nombre comun: TED HUGHES.

"Las circunstancias.... palabras vacías de sentido, con que trata el hombre de descargar en seres ideales la responsabilidad de sus desatinos"
(Mariano José de Larra)

BUEN DIA A TODOS

2 comentarios:

  1. Una verdadera tragedia familiar que pagaron inocentes...los hijos....

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  2. Terrible...lo que una madre jamás desearía para su hijo ni su hija...

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