jueves, 11 de diciembre de 2014

ROBERT DOISNEAU: EL BESO QUE MARCÓ UNA ÉPOCA


Buen día, estimados amigos, nos volvemos a encontrar y para hoy me decido por compartir con vosotros la personalidad y la obra de un gran fotógrafo, ROBERT DOISNEAU, quién pensaría que una foto que le hizo por encargo la revista LIFE, realizada en 1950, fuese a llevarle a la gloria, mas también se convirtió, a lo largo de su vida, en una condena.
La foto en cuestión, para haceros un adelanto, de lo que vamos a conocer sobre Robert Doisneau, fue titulada en francés con el nombre de "Le Baiser de l´Hôtel de Ville" (El beso del Hotel de Ville o simplemente El Beso)y se ha convertido, sin dudarlo, en un icono sentimental para la humanidad.
Seguro que todos la conocéis.



En esta mas que bellísima instantánea asistimos a un hecho enternecedor, una joven y un chico, ambos veintieañeros, se besan con pasión, como ajenos a toda la vida que se desarrolla a su alrededor. Si nos detenemos bien en la imagen que nos ofrece la instantánea Doisneau mantiene un enfoque exacto y preciso sobre los dos jóvenes, en tanto deja que el resto del mundo que les rodea parezca como nebuloso y sumido en una velocidad, la que no presentan los enamorados.
Esta imagen se convirtió en una de las mas vendidas y reproducidas durante todo el siglo XX, y en absoluto, es de extrañar que la encontremos, de nuevo en nuestros dias, como póster o como imagen en cualquier libro. 


Y ahora, os explico el por qué esta foto se convirtió en una verdadera condena para su autor, ya al final de sus días, cuando Robert Doisneau contaba con 76 años, y en tanto en cuanto había desarrollado una carrera fotográfica mas que extraordinaria, mostrando la belleza de la vida, la esperanza en la superación de los problemas que aflijen a los seres humanos y la dignidad de las personas que fueron despojadas de sus mas que nobles derechos. 
El hecho cierto es que en 1988, una revista francesa volvió a publicar "El beso", con la finalidad de poder identificar a los protagonistas de tan bellísima escena. Mas el resultado no pudo ser mas perjudicial para el que fuera su autor, pues aparecieron centenares de personas que afirmaban ser los presuntos protagonistas de la foto y por lo tanto, reclamaban dinero por sus derechos de imagen.
Y para ello, se amparaban en una ley francesa que obligaba una compensación para las personas que fueran retratadas sin su consentimiento; y llegó el caso de que algunas de ellas llevaron a Doisneau a los tribunales para obtener beneficio. Mas la realidad solo tiene una cara, y comparecieron en público los dos jóvenes que aparecen en la fotografía, por entonces, una pareja de actores a los que el fotógrafo había convencido para que posasen; ella Françoise Delbart, de 20 años y él Jacques Carteaud, de 23. Estando la situación en bastante complicada, hasta la verdadera modelo fotográfica también tramitó su demanda, aunque fue  desestimada por el juez. 
Este mas que doloroso hecho en la vida del que era ya un anciano, le sirvió para que su salud sufriera un duro revés y murió seis años mas tarde, por problemas cardiovascularees y pancreatitis aguda. Su propia hija, Annette, manifestó abiertamente que las tristes situaciones a las que tuvo que enfrentarse su padre, al final de sus días, fueron las que terminaron con su vida.
Mas no solo fueron las demandas de los supuestos "modelos", sino también la polémica que surgió, en tanto en cuanto, siempre se pensó que El Beso era una instantánea mas que espontánea, captada en un momento  especial para dos enamorados, nunca que hubiera supuesto un trabajo de composición de un escenario y la contratación de dos actores. Evidentemente, la magia había desaparecido.



Robert Doisneau fue el hijo de un fontanero que falleció durante la I Guerra Mundial, y se vió obligado a trabajar desde niño, aprendiendo por su cuenta a hacer fotos, sirviéndose para ello de los manuales de las botellas de los líquidos de revelado y las cajas de película.
Comenzó a trabajar en un estudio fotográfico que compraría al que fuera su anterior dueño, a su fallecimiento. Es el año 1931, y sus inicios junto con el artista André Vigneau, experto grabador, le llevan a introducirse en el mundo de la fotografía, como arte.
Su debut lo fue como fotógrafo industrial y de publicidad en la factoría Renault de Billancourt hasta que le despidieron por sus mas que numerosas faltas al trabajo, en sus propias palabras " desobedecer me parecía una función vital y no me privé de hacerlo". De esta forma de fotografiar objetos inanimados pasó a las fotografías de las personas, desarrollando su labor en Paris y Gentilly. 
El 25 de septiembre de 1932, el periódico L´Excelsior publica su primera fotografía, si bien la crisis económica de los años 30 pasó su factura y se vió en la encrucijada por falta de encargos. 
La ciudad de Montrouge conoció de su existencia desde el año 1937 hasta su fallecimiento, el 1 de abril de 1984, a la edad de 81 años; tan solo seis meses antes había tomado su última foto.
Pese a que le tocó vivir periodos difíciles de la historia de la Humanidad, independientemente del suyo propio, su trabajo nos ofrece una visión esperanzadora de la vida humana. Su estilo  nos resulta evocativo en el sentido de ofrecernos una imagen mas que tranquila, sosegada y serena, habiendo sido calificada, en numerosas ocasiones, como "realismo poético".




Utilizando sus propias palabras: "Existe esa cosa misteriosa que se cuela por azar y a la que yo llamo el encanto. Esa especie de aroma surge mucho tiempo después. Hay imágenes que envejecen bien y que envejecerán cada vez mejor. Ésas son las buenas fotos".

En base a estas palabras es por lo que se ha considera a Rober Doisneau como uno de los máximos representantes de la llamada fotografía humanista, la cual nos la proyecta gracias a su mirada cautivadora y a un sentido, mas que especial y exclusivo, de instantáneas inesperadas.

Los hermanos


Todos aquéllos que queramos conocer, en directo, la obra de ROBERT DOISNEAU, tenemos una mas que magnífica oportunidad en el Centro Cultural de La Térmica, en Málaga, la cual nos ofrece una selección de medio centenar de fotografías de Doisneau, todas ellas en blanco y negro. Comisariada por Ann Morine, ésta afirma que las fotos "Muestran cómo la belleza, aparentemente espontánea de sus imágenes, era, de hecho, el resultado de una ardua preparación y de mucho trabajo".
Sus instantáneas resultan de momentos captados con su cámara Rolleiflex, por las calles de Paris y por las callejuelas de su barrio natal. 



Gracias al conocimiento que trabó con el intelectual Robert Giraud, al que conoció en 1947, se abrió para Doisneau todo un mundo, el de la noche parisina, frecuentada por el pequeño burgués y del que Doisneau quedó del todo fascinado.
Su colaboración con Blaise Cendrars, vio la luz, en 1949, con la publicación de un libro La Banlieu de Paris (Los suburbios de Paris). Fue todo un éxito y sus fotos se hicieron famosas en todo el mundo, que le convirtió en el retratista oficial de la ciudad de la luz.


Entre sus fotos mas icónicas destacan, amén de El Beso, Los panes de Picasso (1952), Los hermanos (1934), Escolar castigado (1956), o Los mandiles de Rívoli (1978).


Los panes de Picasso
(Observad sus manos)

Escolar castigado


BUEN DÍA A TODOS

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