martes, 25 de agosto de 2015

LEONE LEONI: CARLOS V DOMINANDO AL FUROR.




Buen día.
Hoy nos decantamos por llevar a cabo una visita al Museo del Prado de Madrid, en el que tenemos una cita con un escultor de origen italiano, o en sus justos términos, con una obra de este escultor, Leone Leoni. Su obra: "Carlos V dominando al Furor.".
A modo de introducción, un poco acerca de la biografía de este escultor, nacido en 1509 y fallecido el 22 de julio de 1590, reconocido internacionalmente, y que si bien visitó Italia, Alemania, Austria, Francia y los Paises Bajos españoles, fue precisamente, en España donde llevó a cabo gran parte de su obra escultórica, pues trabajó en encargos que le hicieron distintos monarcas de la dinastía de los Habsburgo, entre ellos Carlos I de España y su hijo, Felipe II.




Su material de trabajo mas utilizado fue el bronce, si bien gustó del mármol, del alabastro, distintas gemas talladas, todas ellas de un bellísimo corte, así como algunos trabajos en cera (precisamente, en este material fueron modeladas diferentes esculturas suyas), e igualmente, diseñó y llevó a cabo monedas. 



Sus obras nos ofrecen retratos de distintas personalidades, así como obras de carácter alegórico.
Su vida no fue todo lo pacífica y "honrada" que cabría esperarse de un escultor reclamado por Papas y reyes, pues siendo diseñador de la casa de la moneda del Papa en Ferrara, entre los años 1538 a 1540, no tuvo mas remedio que dimitir, ya que fue acusado de estafa, reemplazándole Pellegrino di Leuti, al que atacó y fue condenado a perder su mano derecha. Fue gracias al conocimiento que le distinguía entre los poderosos como le fue conmutada dicha pena, por la de galeras, de la cual y esta vez por la intercesión de Andrea Doria, fue liberado en un año. En agradecimiento a Andrea Doria, Leone Leoni le talló tres placas y cinco medallas, representando su imagen. 
No obstante, su temperamento que era de carácter violento, no le dejaba tregua, en tanto en cuanto seguía llevando a cabo un mas que loable trabajo como artesano. 




A partir del 20 de febrero de 1542 fue maestro de la Casa de la Moneda, y dos años mas tarde recibió como regalo una casa en el distrino Moronide de la ciudad. Dicha casa, sita en Milan, denominada Casa degli Omenoni, que se caracterizaba por la presencia de figuras-columna de atlantes realizada a escala heroica y barbudos, lo cual era todo una singularidad en dicha ciudad. Dicha figuras fueron talladas, siguiendo las instrucciones de Leoni, por Antonio Abondio.




En Milán Leone Leoni fue protegido por el gobernador Ferrante Gonzaga, al que le unía una gran amistad. Había alcanzado una renombrada fama como retratista para medallones, cuando Carlos V le hizo llamar a Bruselas, en 1549. El emperador consiguió que Leoni se instalara en un apartamento debajo del suyo, y allí, en ese aposento Carlos V pasaba su tiempo admirando la obra del artista. Tal era su aprecio que armó caballero a Leoni, el 2 de noviembre de 1549.



La idea de esculpir una estatua a Carlos V fue  del propio Leoni. Se trataba de una escultura en bronce patinado, que contó con el visto bueno del emperador. Fue realizada entre los años 1551 y 1554 (ya fallecido Leone), siendo terminada por su hijo, Pompeo Leoni.
Una curiosidad de la escultura es que es en parte desmontable, pues el Emperador aparece desnudo y la armadura que lo cubre puede ponerse o quitarse, ofreciendo distintas versiones.


Su ubicación ha tenido una mas que larga historia, pues ha recorrido, dentro de las cercanías de Madrid, distintos lugares; de esta forma en 1608, y siguiendo instrucciones de Felipe III, se la trasladó al Real Alcázar. En 1620 pasó a formar parte de la decoración del jardin del Palacio de Aranjuez, y en 1634, lo fue a los Jardines del Retiro de Madrid. 
Llegado el siglo XVIII, y por decreto de José I, la estatua pasó a ser "propiedad del pueblo", y se la situó en una fuente en la plaza de Santa Ana. En el siglo XX, la encontramos en el Alcázar de Toledo, para, una vez finalizada la Guerra Civil española, formar parte integrante de las colecciones del Museo del Prado.

Detalle de la armadura desmontable

La escultura en sí nos ofrece la visión del emperador, con forma semidivina, venciendo al mal. Y con esta finalidad, Leoni se inspiró en una cita de la Eneida, de Virgilio, relativa a la "Pax romana", y que dice como sigue: "Saeva sedens super arma", tomada del pasaje en el que Eneas consiguió encerrar al Furor en el templo de Jano y con ello consiguió llevar la paz al Lazio.
Toda vez que su simbología nos ofrece la imagen de la derrota del enemigo, fue rebautizada con distintos títulos  Carlos V dominando el Furor protestante y Carlos V dominando el Furor turco.


Una observación detenida de la escultura nos lleva a detenernos en la base de la obra, en la que aparece el Furor, encadenado a los pies de Carlos V, derrotado por éste, con el rostro encendido por el odio. Es de destacar que a su alrededor nos encontramos con objetos que suelen aparecer en toda batalla, como es el caso de un tridente, un carcaj, una maza y un haz de lictor romano. 
El retrato, un tanto idealizado de Carlos V, curiosamente, es desmontable, como ya he referido. De esta forma, puede prescindirse de su armadura y acertaremos con la visión de un atleta olímpico, completamente desnudo. En una interpretación de esta escultura, nos encontramos con dos aspectos de una misma situación: un César vestido por fuera y un Hércules desnudo por dentro.
La vestimenta del emperador consiste en un uniforme de guerra romano, con su correspondiente armadura y escudo, su mano derecha porta una lanza, cuya empuñadura tiene forma de águila; además se complementa con un medallón con el dios Marte, en relieve, un Tritón bajo el ristre y la insignia del Toison de Oro.


La desnudez que nos ofrece el emperador transformado en un Hércules desnudo, nos muestra una perfecta anatomía, en la que destacan sus atributos sexuales, símbolos de la virilidad.
La obra es de un mas que significativo detalle y su técnica es perfecta. Es destacable el hecho de que las estatuas desmontables fueron de escasa composición durante el Renacimiento, debido, fundamentalmente, a su complejidad. 
Ambos personajes que integran el conjunto, El Furor, y El Emperador, nos permiten apreciar unos rostros conseguidos con una precisa exactitud anatómica. Y, ante todo, la singular visión del Emperador, que nos transmite serenidad y equilibrio viene a ser todo un contraste con la terrible expresión del Furor, vencido. 

Detalle coraza

Sin lugar a dudas nos encontramos con un mas que bellísimo anticipo de lo que es la escultura barroca.
Leone Leoni fue el precursor de una tendencia que se haría muy evidente durante el Barroco, sobre todo, en los conjuntos escultóricos, la figura sobre un pedestal, cuyo torso figura truncado a nivel de vientre, así como la cabeza y los hombros, rematando la obra en cuestión.

El Emperador Carlos V


BUEN DIA A TODOS

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Fuentes: Wikipedia.
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