viernes, 16 de octubre de 2015

MUSEO D´ORSAY: VISIONES DE LA PROSTITUCION.



Museo D´Orsay
Buen día.
Mis mas que estimados amigos, hoy nos vamos de visita a una exposición, que bajo el nombre de "ESPLENDORES Y MISERIAS. IMÁGENES DE LA PROSTITUCION, (1850-1910) tiene lugar en el mas que maravilloso e impresionante MUSEO D´ORSAY, de Paris, que cuenta con obras cedidas por el Museo de Van Gogh.

Retrato del Señor Delaporte en el jardín de Paris
Henri de Toulouse-Lautrec


La señorita de almacén
James Tissot

Un enclave único en el mundo este extraordinario Museo, no solo por sus fondos que son de una riqueza inigualable, sino por la propia belleza del edificio que, inicialmente, fue una estación de ferrocarril. Construida como tal para la Exposición Universal de 1900, se llevó a cabo una reconversión de estación, construida con una estructura de hierro y vidrio, siguiendo el criterio del arquitecto Victor Laloux, en Museo, toda vez que el tráfico ferroviario se suspendió en 1939, por motivos técnicos.

Interior Museo d´Orsay

Fue el estudio de arquitectos ACT, integrado por Rennaud Bardon, Pierre Lolboc y Jean-Paul Philippon el que consiguió dar a la antigua estación una monumentalidad sublime.
Mas no pretendo extenderme mas sobre el Museo d´Orsay, que bien que merece un artículo, y lo tendrá, sin duda, y doy paso a la exposición que, hasta el próximo 17 de enero de 2016, debe ser una cita ineludible para todos los amantes del arte.

Cruzando la calle
Giovanni Boldini

La ciruela. Manet

Esta exposición nos intenta ofrecer una visión de cómo los artistas, no solo los franceses, sino también otros de diferentes nacionalidades, quedaron singularmente atraídos por los protagonistas y los lugares en los que se ejercía la prostitución, y con su paleta nos muestran ese universo envolvente que sirve de marco para mezclar realidad con fantasía.
Nos podemos encontrar con obras de Manet, -Olympia-, Degas -Absenta o Ajenjo-, imágenes captadas por el pincel de Toulouse-Lautrec, en los mas que famosos burdeles de Paris, y ello sin dejar atrás, a Picasso, Van Dogen y otros muchos.

Agostina Segatori sentada en el cafe
Tambourin- pandereta
Van Gogh

Henri Gervex
Rolla

Y si a ello unimos el material que se une a la pintura, como la escultura, las artes decorativas y la fotografía podemos considerar que es ésta una brillantísima muestra de lo que virtud y vicio conviven en la mujer prostituta.
Es todo ello la expresión de la fascinación que las vanguardias de la segunda mitad del siglo XIX y la llamada "belle epoque" vieron, imaginaron y soñaron por lo que se conocía como mujeres públicas. 
La temática de la prostitución nos lleva a introducirnos en esos "paraisos artificiales" de los que nos habla Baudelaire, adornados con placeres fingidos o no, y motivo de fascinación para muchos pintores.

En el café de Harcourt en Paris
Henri Evenepoel

Gustav-Adolf Mossa
Ella

Es como de esta forma se nos presenta la imagen de la mujer, que trabaja por un mísero salario y no puede alimentar a su familia, recurriendo a la prostitución. Muchas son las ocasiones en las que la identidad de la prostituta lleva a la confusión, resulta equívoca, y es esa doble faz de una misma imagen la que conduce el hilo de la exposición.
Paris ha sido, fundamentalmente, durante los siglos XVIII, XIX y XX, el epicentro del mundo del arte, y por tanto, de todo aquél que quería aprender o disfrutar con el mismo; en este sentido, la "ciudad de la luz" atraía a numerosos aventureros, bohemios, que gustaban de participar de la vida activa de la ciudad, y parte de esta vida, se desarrollaba en los cafés.
No es hasta el último tercio del siglo XIX, que se liberaliza el comercio de lugares de venta de bebidas, que van viendo la luz las llamadas "cervecerías de mujeres" -"verseuses"-, que servían, además, de punto de encuentro de numerosas parejas. 

Madame Valtesse de la Bigne
Henri Gervex

La prostituta de las calles
Theophile Alexandre Steinlen

También son habituales los encuentros o citas ocasionales en los cafés-concierto y en los cabarets, en estos últimos abunda la prostitución, como tan bien reflejó nuestro común amigo Toulouse-Lautrec. Nos encontramos con establecimientos, emblemáticos, como el Moulin Rouge y las Follies-Bergère, que no solo gusta del espectáculo sino también de la posibilidad de obtener compañía.
Y los encuentros, clandestinos, a la luz de las farolas, en los boulevares, son también temática recurrente que nos ofrece la exposición. Toda vez que la prostitución estaba prohibida por la calle a la luz del día, llegada la noche, conoce su mejor momento, y todas y cada una de las prostitutas que saben de su lugar fijo, de sus clientes habituales, proliferan por esos muchas veces decadantes espacios, exhibiéndose bajo la mirada atenta de los paseantes.

Frantisek Kupka
La chica de Gallien

El Baile de la Opera
Edouard Manet

Mas no toda la prostitución conoce la calle o los bajos ambientes, sino también la Ópera, que es frecuentada por la alta burguesía y la aristocracia, y es entre bambilas donde las fantasías adquieren realidad. A las bailarinas de la ópera se las conocía con el nombre de "rats" (ratas), pues, mayormente eran jóvenes que procedían de un entorno modesto, que querían salir de ese ambiente y "prosperar" en la vida. Es entonces cuando sueñan con el caballero que, lejos de servirse, exclusivamente de sus cuerpos, podría llegar a encandilarse de ellas, y de esta forma consiguen a un "protector" que no solo les paga sus caprichos, sino incluso, en muchos casos, sus estudios de danza.

Edvard Munch
Navidad en el burdel

Jean Béraud
La Magdalena en casa del fariseo


Una de las salas de ópera mas conocidas era la de la rue Le Peletier, así como la del Palais Garnier, en las que se celebraban numerosos bailes, llegadas fechas como el carnaval, cuando las identidades quedan ocultas a ojos de una sociedad siempre "protectora" de su apariencia.

Jean Louis Forain
El cliente

Evidentemente, también existían los que siempre han sido llamados prostíbulos, que fueron legalizados en 1804, si bien contaban con unas normas férreas para su funcionamiento pues estaban sometidos a vigilancia policial y médica, y cada una de las prostitutas figuraba inscrita en un registro y tenía asignado un número. De esta forma, el conocido como "burdel" es una fuente de inspiración para muchos artistas, en cuyo lugar sitúan a todo tipo de mujeres, desde aquéllas de apariencia ordinaria y vulgar, hasta a la joven, de aspecto, triste, meláncolico, que la aleja de su realidad.

La mujer en camisón o bailarinaAndré Derain


Fue con la llegada de la fotografía, cuando la visión de la prostitución y sus diferentes manifestaciones explícitas cobró una dimensión distinta, pues eran instantes, todos ellos, captados al momento, y que dieron lugar al auge de la conocida como postal fotográfica con contenidos mas o menos eróticos o pornográficos. Mas el hecho de que exista una prohibición legal de hacer público cuanto sucede en los burdeles, obliga a los fotógrafos, a los que distribuyen las fotos, a permanecer anónimos.

Reutlinger
La bella Otero

Anónimo
Estudio de desnudo

Muchos de estos fotógrafos recreaban en sus estudios escenas de prostíbulos, llegando a recurrir a todo tipo de elementos decorativos al efecto necesarios. Todo está preparado para simular la esencia de la verdadera vida de la mujer que vende su cuerpo, o de la que disfruta de un placer a escondidas de su marido. Y es así como surgen, inevitablemente, las figuras del proxeneta o del protector, e incluso, también, la del maltratador.
Las mujeres que se dedican a este negocio, porque ya es eso, un negocio, son sometidas a reconocimientos médicos, con periodicidad; es del todo obligatorio el aseo diario. Y para dar mas campo a la exploración del cuerpo femenino, se nos representan escenas de homosexualidad, entre las mismas prostitutas, muchas veces a petición del cliente. 

Hombres sentados en una mesa en compañia
 de mujeres ligeramente vestidas
Constantin Guys

La prostitución no se detiene ni abarca a las clases mas bajas, ni siquiera a la burguesía, sino que alcanza, incluso, a la aristocracia: las conocidas como "cortesanas" abundan en escenas que recrean artistas, y estas cortesanas, se convierten en auténticas estrellas de su oficio; entre ellas, conocidas son Jeanne de Tourbay, Blanche d´Antigny, Hortense Schneider, Margarite Bellanger o incluso, la mismísima Sarah Bernhardt.
No son pobres mujeres que venden sus cuerpos, sino que hacen de su cuerpo su profesión, convirtiéndolo en un negocio mas que lucrativo. La escala en la posición social les asegura, con el tiempo mas clientes, y estos, a su vez, mas dinero. 

Baile de máscaras en la Opera
Edouard Manet

No cabe la menor duda que, tanto en la literatura, como en el arte, en todas sus manifestaciones la imagen de la mujer prostituta he llenado de fantasías el pensamiento de muchos hombres, que veían en estas mujeres la posibilidad de escapar de una vida sexual aburrida, sin el menor aliciente, y muchas veces, no correspondida. 
Si nos remitimos a la interpretación de lo que significa el verbo "prostituir" viene a decir "poner de relieve, exponer al público". Ello es una forma de manifestación de que hasta cierto punto la existencia de la "prostitución", pudo considerarse como un mal necesario. 
Mas si nos situamos en el punto de vista del artista nos ofrece la posibilidad de captar mundos inverosímiles para algunos, inalcanzables para otros, mas que reconocibles para muchos, pero que en todos los casos son y forman parte de la historia de la humanidad.

Paul-Boutigny
Bola de sebo

Felix Valloton
Mujeres aseándose

En cualquiera de los casos, la fascinación por el ejercicio de la prostitución fue captado por infinidad de artistas, en múltiples situaciones, y es ahora, con la gran exposición que el MUSEO D´ORSAY, nos ofrece, esa visión la tenemos a nuestro alcance.
El MUSEO D´ORSAY ha sido y es uno de los museos mas "valientes" a la hora de tomar iniciativas sobre exposiciones, que en muchas ocasiones, han dado lugar a polémicas; me remito a la que hace exactamente un año tuvo lugar teniendo como protagonista al Marques de Sade, cuyo video de presentación fue todo un acontecimiento, por la "expresividad" con la que hizo público tal acontecimiento.

Mujer desnuda peinándose
Degas

De nuevo nos encontramos, por tanto, ante una muestra de singular belleza y con un común denominador, y en la que podremos disfrutar, digo bien, disfrutar con la visión por parte de grandes artistas de  "la profesión mas antigua del mundo".
Disfrutadla, hasta el 17 de enero de 2016, un hueco en vuestra agenda. Yo, me apunto.

Mujer en los Campos Elíseos de noche
Louis Anquetin

Magnífica visión nocturna del
MUSEO D´ORSAY

  BUEN DIA A TODOS

Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Museo D´Orsay. Pagina Oficial.
20minutos.es

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