jueves, 26 de noviembre de 2015

LUCHINO VISCONTI: EL GENIO Y LA OBRA MAESTRA".



Buen día.
Si hace unos cuantos días un actor "Steve McQueen" fue el protagonista de este nuestro espacio, hoy volvemos con el 7º Arte, mas esta vez de la mano de un genio de la dirección: LUCHINO VISCONTI.
En primer lugar, llamaros la atención sobre la especial devoción que tengo a este director tanto de cine como de ópera, y a su genial producción.
Luchino Visconti nos ofrece, en primera persona, lo que es una contradictoria trayectoria personal y artística. Hizo de ello una marca, un sello del todo personal.



Luchino Visconti di Modrone, conde de Lonate Pozzolo, nació en Milán, el de 2 de novembre de 1906 y falleció en Roma, el 17 de marzo de 1976. Fue la suya una familia aristocrática, cuyos orígenes se remontaban al Renacimiento. Sus padres, Giusepe Visconti di Modrone, ostentaba el título de duque, que Luchino heredó, y su madre, Carla Erba, era hija de adinerados industriales milaneses; ambos  le ofrecieron la oportunidad de educarse de una forma mas que refinada, conociendo desde su infancia aquéllo que se configura como obra artística y  asistiendo asiduamente a la ópera. 

 Imagen de juventud


Las amistades que solían acudir a su residencia eran las de sus padres, entre ellos Arturo Toscanini, Giacomo Puccini e, incluso el escritor Gabriele D´Annunzio.
Una de sus pasiones que vivió y con pasión, desde la infancia, fue la ópera, ya que su abuelo y su tio eran superintendentes del teatro de la Scala.



Un hecho cierto es que en la vida de Visconti confluyen dos circunstancias, que pueden resultar contradictorias, pues a su origen noble une su formación marxista. Y ello toda vez que le tocó vivir lo que fue la caída del fascismo y el triunfo de las nuevas ideas sociales que nacieron como consecuencia de la dictadura. En su persona anida también la necesidad de presentar una visión social, de lo que es la vida de todos los días, de la gente de la calle, conocer de su pobreza, y de la opresión. Por otro lado, en Visconti también habita una inquietud y una preferencia estética ineludible a su personalidad.



Fue hacía 1935 cuando se trasladó a Paris, y gracias a Coco Chanel, conoce al cineasta Jean Renoir, para el que trabajó como asistente en algunas de sus producciones.
Su debut cinematográfico fue todo un éxito, con la que se aproxima a los principios artísticos del neorrealismo. "Obsesión", rodada en 1943, gracias a la cual podemos afirmar que Visconti nos hizo conocer una nueva visión del cine, no solo por lo que afecta a la temática, sino a la dirección de actores, y en la que Luchino versionaba la novela de James M. Cain, "El cartero siempre llama dos veces", situando la acción en Italia, y narrando el asesinato de un hombre llevado a cabo por el amante de su esposa. Una película con una dirección magnífica, que ofrecía al público la muestra de lo que sería un estilo propio y exclusivo.





En su siguiente película "La tierra tiembla", (1948) Visconti nos muestra el compromiso que mantiene con la lucha antifascista y la resistencia italiana. De la misma forma nos hace participar de las condiciones de vida de los pescadores, campesinos y obreros del sur de Italia. No obstante, desde el punto de vista comercial, no fue precisamente un éxito, pero sí nos posicionó a Visconti comprometido con la escena política y social que vivía la pobreza.
"Bellísima", protagonizada por Ana Magnani, nos introduce en un melodrama que tiene como temática el mundo del cine, con una madre empeñada en que su hija trabaje en dicho medio. 


Por otra parte, en "Senso", Visconti marca una opción diferente, al adaptar una novela de Camilo Boito, pues nos relata los amores de una aristócrata italiana con un oficial del ejército austriaco. A partir de este momento, en Visconti se vislumbra una de sus temáticas favoritas la decadencia de la clase dominante de la aristocracia, a la que retrata como codiciosa, insolidaria y sin escrúpulos-.





Tras la adaptación de una obra de Dostoievski, "Las noches blancas", Luchino Visconti nos ofrece una película que aborda conflictos sociales, "Rocco y sus hermanos" (1960), cuya protagonista es una familia campesina que se traslada a Milán y tiene que enfrentarse con una dura realidad. 


Vals Lancaster-Cardinale


Sin lugar a dudas, la mejor de sus obras es "El Gatopardo", una mas que digna adaptación de la novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, cuyo protagonista es un príncipe, que encarna todas las virtudes y defectos de la aristrocracia italiana.



Gracias a esta película, protagonizada, magistralmente, por Burt Lancaster, y en la que destacan los papeles interpretados por Claudia Cardinale y Alain Delon, Luchino Visconti ganó la Palma de Oro en Cannes. En el film, al igual que en la novela nos sumergimos en la vida del Principe Di Salina, centrándose en el marco social y político de los acontecimientos que se sucedieron en Sicilia en 1860 (la invasión de los camisas rojas, dirigidos por Giuseppe Garibaldi).
Y es que en esta gran obra maestra que es "El Gatopardo", Visconti nos ofrece unas puestas en escena, movimientos de masas y dirección que enamoró, definitivamente, a todos los amantes del cine de Visconti.

Helmut Berger

Mas fue en 1964, cuando Luchino Visconti conoce a una persona, un actor que tiene una influencia decisiva, no solo en su obra artística, sino en su persona, Helmut Berger, un bellísimo hombre, al que Visconti convirtió en su amante, ofreciéndole uno de los papeles mas importantes en "La caída de los dioses". Las esperanzas puestas en su "amor" como actor, no le defraudaron y Berger consiguió una genial interpretación de un nazi pederasta. Junto a Helmut Berger destacar también el papel de Dick Bogarde.




La unión Visconti-Berger nos ofreció otra obra memorable "Ludwig (Luis II de Baviera)", biopic del rey Luis II de Baviera, y con el que Visconti se sintió hasta cierto punto identificado, por su homosexualidad y por su obsesión por el compositor Richard Wagner. El protagonismo de Berger lo compartía una bellísima Romy Schneider, con una personaje mucho mas real que los que interpretó como Sissi.





Desgranar, una a una, la producción de Luchino Visconti sería, prácticamente, un trabajo interminable, así que me detengo en destacaros otras películas como "Atavismo impúdico o Sandra" (datada en 1965), y que refleja su mundo interior; "El extranjero", como reproducción de la obra de Albert Camus, en 1967, y la magnífica "La caída de los dioses", en la que supo expresar de forma contundente una etapa negra de la historia de la humanidad, tomando como protagonista a una familia alemana vinculada al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.



Una película que, a mi entender, es una maravilla, es, "Muerte en Venecia", basada en la novela de Thomas Mann, y para la que Luchino Visconti decidió que no fuera Helmut Berger, su protagonista, pese a la insistencia de éste, y se decantó por Dick Bogarde, en un papel magnífico, como el profesor Gustav von Aschenbach, que se enamora perdidadamente de un joven Tadzio, todo ello envuelto por la decadencia de la inmortal ciudad de Venecia y la música, impresionante, de Gustav Mahler.


Precisamente, sobre esta película "Muerte en Venecia", confeccioné un "post", del que os incluiré el enlace al final de éste, para todo el que guste profundizar un poco mas en la película, que ya os digo, para mí es una maravilla, como cinéfila que soy.


Un hecho cierto es que Luchino Visconti no solo destacó como director de obras de cine, sino también de óperas y de teatro; es así que dirigió a Maria Callas, ocupándose de distintos montajes de obras como "La Traviata", "Ifigenia en Táuride" y "Don Carlos", en París, Londres e incluso en La Scala de Milán.
Su salud resentida como consecuencia de un ataque cerebral no vio interrumpida su actividad y gracias a la ayuda de aquéllos que siempre estuvieron colaborando a su lado, pudo rodar dos películas "Confidencias", protagonizada por Burt Lancaster y Helmut Berger y "El inocente", que es una adaptación de una obra de Gabriele D´Annunzio, en la que trata la historia de dos enamorados.



Desgraciadamente, este genio falleció prematuramente, tenía 70 años, y una carrera mas que fructífera a tenor de lo que tenía en proyecto, una versión de "La Montaña Mágica", de Thomas Mann, y otra de "En busca del tiempo perdido", de Marcel Proust.



El 17 de marzo de 1976, LUCHINO VISCONTI nos abandonaba definitivamente, y como hombre contradictorio que lo fue en vida, tuvo un funeral católico, pese a que en la plaza de la Iglesia de San Ignacio banderas rojas ondeaban al viento.
Un hombre excepcional, y un genio del arte, que supo sacar un admirable partido de todo aquél conocimiento que adquirió en su vida. Un hombre fiel a sí mismo, y que sin olvidar su procedencia aristocrática consiguió emocionarnos con la narrativa visual, espléndida, traducida fotograma a fotograma de una realidad mas que evidente, y en la que elementos como la música fueron fundamentales. 

Muerte en Venecia (Trailer) 1971

Con Luchino Visconti la historia del cine tiene una deuda, merece un reconocimiento general de toda su obra, dotada de una belleza inmortal y de una dirección y unos actores siempre perfectos.



Enlace del post dedicado a Muerte en Venecia.-
http://purakastiga.blogspot.com.es/2014/01/la-muerte-en-venecia-luchino-visconti.html


BUEN DÍA A TODOS


Fuentes: Wikipedia.
Biografia-decine21.com
Luchino Visconti: la estética del noble marxista.

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