miércoles, 16 de diciembre de 2015

TIZIANO: VENUS ANTE EL ESPEJO.


Tiziano

Buen día.
Nos interesamos hoy en el estudio de una pintura, obra de un artista cuyo temperamento y fuerza creativa dominó la pintura veneciana del siglo XVI.
Su obra, representativa del renacimiento, y abre las claves para el clasicismo veneciano, sirviéndose para ello del color, con el que sienta las bases de aquéllos que llegaron a ser considerados grandes coloristas.
Es el caso de Tiziano Vecellio nacido en Pieve di Cadore hacia el año 1488, fallecido en Venecia, en 1576. Sus inicios podemos encontrarlos en el taller de Sebastiano Zuccato, y después en el de Gentile Bellini, antes de ser alumno de Giovanni Bellini.

Venus de Urbino

En su obra nos encontramos con una renovación de lo que es la concepción de la belleza al crear la Venus de Urbino. La belleza que hasta entonces había sido idealizada se nos vuelve familiar y mas humana. También renueva la forma de presentación de los temas mitológicos, la iconografía hasta entonces tan tradicional e igualmente, la representación de distintas escenas de la antigüedad.
Es en sus obras de juventud donde abunda un ímpetu y un ardor que nos predisponen al drama, mostrándonos las influencias de la pintura del siglo XV, de tendencia naturalista.
Y es que Tiziano es todo un innovador, en dos sentidos fundamentales, en la concepción espacial y en el cromatismo; sus figuras son situadas en escorzos nunca vistos, y para ello se sirve del color mas que intenso en contraste con un trabajo sumamente riguroso. 
En sus inicios se inspira por el arte de Giorgione, llegando a componer obras que destacan por su clasicismo particular, en el que el protagonismo de las formas, está marcado por un ritmo solemne. Y es que gracias a Tiziano el ser humano, sobre todo la figura femenina conforma una intimidad con el paisaje que le rodea. Es el suyo un color puro que va evolucionando hacia un naturalismo poderoso. 


En definitiva, Tiziano convierte el ideal de belleza en realidad humana, ello sin perjuicio de que en algunos de sus retratos advertimos una cierta majestad.
Y es que Tiziano, a  lo largo de toda su vida, jugó con el color, bien utilizando numerosas capas, finas o espesas, recubriéndolas con barniz, a veces utilizando menos pigmentos, pero haciendo que el número de capas se multiplicase, aplicando la última con el dedo.
Sus obras de madurez, y después de una estancia en Roma, abundan en el gusto por los colores fuertes, y resaltan los temas dramáticos y los valores del ser humano sobre las pasiones.
El éxito de la obra de Tiziano no solo se extiende a Italia, sino a todas las cortes europeas.

Venus ante el espejo

En la obra VENUS ANTE EL ESPEJO, la reconocida como diosa del amor y de la belleza, está representada por una mujer, que cautiva por sus rubios cabellos recogidos en trenzas, en las que aparecen numerosas perlas, adornada con una diadema dorada.
La postura de la mujer, que aunque joven, es ya una mujer se basa en la de una estatua clásica que pertenecía a la familia de los Medici. Y es el caso que Tiziano conservó el original de esta pintura, durante toda su vida, hasta su muerte, si bien hizo de la misma quince copias, ya que era una de sus obras mas populares.
En esta Venus, nuestros ojos se fijan en los suyos que, a su vez, miran el espejo que tiene enfrente, y destacan por su nitidez y claridad. La piel de su cuerpo, semicubierto, nos muestra un bellísimo torso, todo ello enmarcado por una composición en la que destaca su pecho semicubierto y su vientre. Junto a ella dos simpáticos acompañantes, nos ofrecen la visión de una pintura en la que domina la sensualidad y que, muestra una escena hasta cierto punto informal.
El rostro de nuestra Venus es de una belleza impecable, ejemplo de lo que se considera la belleza renacentista.


El pequeño Cupido que la acompaña, dios del amor erótico, mantiene sus flechas sobre la cama, y toda la atención de los putti recae sobre el rostro de Venus.
En la escena que nos representa Tiziano, los espejos juegan un papel fundamental, pues es en uno de ellos en el que Venus se mira, su ojo izquierdo sostiene la mirada del espectador.

Detalle


La mano que cubre su pecho izquierdo y que deja al descubierto el derecho, es de una belleza mas que singular, y sirve no solo para centrar nuestra atención sobre el pecho, sino también para dirigirnos la vista a la cadena de oro que rodea a la muñeca.



Si observamos detenidamente el cuadro, en su conjunto, vemos que Venus aparece "vestida" con mas joyas que con ropas, si bien el chal ribeteado en piel cubre su bajo vientre, también desnudo. Mas lejos de evitar la mirada del espectador la situación y la composición del chal, ribeteado por un borde peloso, le hace "confundirse" con el vello púbico, que sugiere como tal.

La escena, en definitiva, deliciosa, nos presenta a la mujer que Tiziano veía con sus propios ojos, una Venus, de inmensa belleza, pero para nada mitológica, una Venus, del todo terrenal y dulce y atrevidamente carnal.



Y es que, en definitiva, la forma de comunicación de un pintor mediante sus obras pertenece en exclusividad a todos y cada uno de ellos, tienen su marca propia, y en Tiziano, con independencia de los colores, la sensación de proximidad, de realidad, nos la aporta la estética y esa impronta de que la realidad pasó, en su día, de la mitología.

Bellísima sensualidad

BUEN DÍA A TODOS

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Directorio Hispano de las Artes

Fuentes: Wikipedia.
Como leer pinturas. H. Blume.
Maestros de la pintura. Larousse.


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