viernes, 23 de diciembre de 2016

EL JARDÍN DEL EDÉN.- LUCAS CRANACH EL VIEJO.

Lucas Cranach el Viejo

Buen día.

La obra pictórica que da título a este articulo tiene su fundamento en un mito universal: El Jardín del Edén, y del mismo se nos habla en el Génesis, el primero de los libros de la Biblia, cuya narración nos lleva a conocer el origen del mundo, así como la creación del hombre, y de cómo Dios plantó un vergel en Edén, un lugar que se alimentaba por cuatro ríos: el Eúfrates, el Tigris, el Nilo y el Pisón.
Nunca se ha sabido con exactitud la situación de Edén, si bien se baraja como mayor posibilidad, el país de Babilonia, toda vez que era el Eúfrates el único río que cruzaba la antedicha zona, en tanto el resto eran afluentes del mismo.
Fueron los judios exiliados en Babilonía quiénes sobre el siglo VI a.C. redactaron el Génesis, y los que desarrollaron el mito de un jardín ancestral.
Bien es cierto afirmar que durante la Edad Media se creía en la  existencia de un Jardín del Edén real, asentado en el extremo oriental del mundo. Fue en 1694 cuando el arzobispo y miembro de la Academia Francesa Pierre-Daniel Huet publicó el llamado Tratado de la situación del Paraíso terrestre en el que era de la opinión que el mismo estaba en Arabia, cercano al Golfo pérsico.

El Jardín del Edén

El Jardín del Edén ha dado pie a muchísimas interpretaciones, como la que hoy os presento, obra de LUCAS GRANACH EL VIEJO, (1472-1553) , pintor alemán que toma su apellido de su ciudad natal Kronach, en la Alemania meridional.
Son pocos los datos que tenemos sobre su biografía si bien hacia 1500 se instaló en Viena donde entró en contacto con los círculos humanistas que se formaron en torno a la recién creada universidad.
No obstante, su estancia en esta ciudad fue corta, apenas cuatro años, más le sirvió para que de su mano vieran la luz sus obras más hermosas, entre las que abundan retratos, amén de varios trabajos religiosos, destacando por su visión especial del paisaje, propia de la conocida como Escuela del Danubio. 

Retrato de Martin Lutero

De esta época data su obra Descanso en la huida a Egipto, que fue pintado poco antes de que se traslada a Wittenberg, en calidad de pintor de la corte de Federico III. En dicha localidad permaneció hasta 1550, adquiriendo una notable posición económica y social, pues llegó a acceder al cargo de burgomaestre.

Descanso en la huida a Egipto

Sus trabajos se multiplicaban, en función del conocimiento que de su persona y maestría gozaba, y era frecuente llevar a cabo la confección de varios cuadros, representando la belleza de la mujer -uno de ellos Ninfa reclinada tuvo diez versiones-
Destacó, igualmente, por sus desnudos que tenían su referente en el Renacimiento italiano, si bien su espíritu es totalmente distinto; es así como podemos destacar el Juicio de Paris.
Mas nunca abandonó la temática religiosa, siendo ayudado, durante los últimos años de su vida por su hijo Lucas el Joven (1515-1586).

El Juicio de París


En EL JARDÍN DEL EDÉN se nos muestra por parte de Lucas Cranach el Viejo el Paraíso como un jardín exuberante, lleno de todo tipo de animales, y en el que podemos observar varias escenas que abarcan la historia de Adán y Eva: si observamos el óleo de derecha a izquierda, vemos el nacimiento de Eva, a partir de la costilla de Adán, para a continuación, fijarnos en como ambos esconden su desnudez tras un arbusto. El eje central del cuadro nos presenta a la figura de Dios quien les prohíbe comer del árbol de la ciencia. 
No obstante, Eva desobedece y ofrece una manzana a Adán, tras lo cual el arcángel Miguel les expulsa del Paraíso. Las manzanas, por una parte, simbolizan el pecado original, y por otra, la superación de la culpa y la redención de los pecados. 
Esta bellísima obra la podemos encontrar en la Galería de Pinturas de Dresde, y está datada en 1536.


El hecho de que gran parte de la obra de Lucas Cranach el Viejo viera la plasmación de numerosos temas bíblicos y mitológicos, lo fue porque le permitía tratar el desnudo femenino, permitiéndole despertar emociones intensas en el espectador.
Pese a la temática de la obra, El Jardín del Edén se nos presenta bajo una composición diáfana y una ordenación libre. Las figuras, todas ellas, nos ofrecen un aspecto tranquilo, y ello con independencia de la acción que tiene lugar, situándolas en una naturaleza en la que destaca el especial tratamiento del color.
Es habitual el hecho de que sus figuras humanas nos muestran unas formas mas alargadas de lo que es habitual con la finalidad de realzar la belleza del cuerpo desnudo; esta tendencia nos remite al gótico tardío, así como al manierismo.
Precisamente, Lucas Cranach el Viejo desempeño un papel fundamental en la introducción del desnudo en el arte alemán.

Venus y el amor

La fuente de la eterna juventud

La ninfa de la fuente

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Fuentes: Wikipedia.
Diccionario de Arte. Ian Chilvers.
Historia. National Geographic.



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