miércoles, 11 de enero de 2017

SIGIRIYA.- MAGIA EN SRI LANKA.


Sigiriya

Buen día.


Espero sea de vuestro agrado el tema del que va nuestro artículo de hoy, pues nos lleva de viaje, y concretamente, a la antigua isla de Ceilán (actual Sri Lanka).

Esta isla se convirtió a principios del siglo XIX en una nueva colonia del Imperio británico, por lo que llevó a que muchos funcionarios empezaran a llegar desde Europa para tratar todo lo referente a la administración de la misma. 
La belleza del paisaje y su cultura hicieron que fueran muchas las personas que se interesaran por su historia, y uno de ellos fue un joven llamado George Turnour, quien acompañado de un monje budista que conocía bien de su lengua, se decidió por traducir al inglés, evidentemente, una crónica escrita en pali, el Mahavamsa.

Sección en la que observamos las escaleras




La traducción de este texto trajo como consecuencia que se identificaran dos de las antiguas capitales del país; una de ellas, conocida con el nombre de Anuradhapura, que podemos situarla entre los siglos IV a.C. y XI d.C, y Ponlonnaruwa, entre los siglos VIII a XIV d.C.. Las ruinas de ambas ciudades habían sido un descubrimiento casual por parte de un soldado británico en 1820.


Mas, con independencia de ambas ciudades, el citado manuscrito hacía referencia a otra ciudad que obedecía al nombre de Sigiriya, y cuya historia viene trazada por el relato que se hace sobre el príncipe Kassapa, resentido contra su padre, el rey Dhatusena, y su también hijo Moggalana, que era descendiente de una esposa de categoría superior. Ello provocó que Kassapa asesinara a su padre y ocupara su trono. No obstante, poco  después se decidió por trasladar toda su corte a otro lugar, llamado Sihagiri, la "roca del león", en cuya cima hizo realidad su sueño de construir un palacio fortaleza, bajo el nombre de Sigiriya.



Moggalama hubo de esperar dieciocho años para volver del exilio junto con un ejército que consiguió reunir y venció a Kassapa, entregando la fortaleza de Sigiriya a los monjes budistas.
Fue en el año 1831 cuando un militar escocés Jonathan Forbes, amigo de Turnour, emprendió una expedición con la finalidad de encontrar los restos de esta antigua ciudad; su sorpresa fue mayúscula cuando después de recorridos varios killómetros se encontraron con una roca impresionante, rodeada de un bosque, y en la que destacaban diferentes alturas, a modo de muros, y plataformas, a la vez que el descubrimiento de unas escaleras, excavadas en la roca, permitía el ascenso hacia la cima de la gran montaña. 


La sorpresa fue animando a los aventureros pues fueron encontrando conforme iban ascendiendo diferentes pinturas murales en las que se dibujaban mujeres con aspecto del todo sensual. Amén de las escaleras encontraron pasadizos excavados en la piedra, y a mitad de camino descubrieron la llamada puerta del León, aunque lo cierto es que de la misma solo se conservan las garras, cuyo tamaño gigantesco nos puede dar una idea del que tendría el animal representado.




La roca de Sigiriya es el resto de una erupción de magma endurecido de un extinguido volcán. En sí misma la roca alcanza alcanza una altura de 200 metros, siendo su plano eliptico y su cima es plana.
Entre las ruinas del palacio que se encuentra ubicado en su parte superior destacan el muro con sus frescos, un palacio inferior, que se interna bajo la roca, así como los fosos, muros y jardines que ocupan cientos de metros desde lo que es la base de la roca.
El palacio ubicado en la cima de la roca aún conserva una serie de cisternas, destinadas a contener agua, siendo de especial belleza la ornamentación tanto de los fosos como de las murallas.


Gracias a diferentes imágenes aéreas se puede observar todo el magnífico complejo del palacio, rodeado de estanques y jardines, algo que está muy vinculado con la tradición cingalesa pues aportan placer a los sentidos.
En 1908 las ruinas de este monumental complejo fueron redescubiertas por el explorador británico John Still, y el arqueólogo Paranavithana llevó a cabo un trabajo publicado bajo el nombre de "Los glifos de Sigiri", en Oxford; asimismo, también escribió el libro "Historia de Sigiriya".
Mas si hay algo que llama poderosamente la atención en el descubrimiento de este palacio fortaleza son sus pinturas, toda vez que parece ser que la mayor parte del lado occidental de la roca, de 140 metros de largo por 40 de alto era una inmensa pintura.
En un total se descubrieron 500 pinturas de sensuales mujeres, de las que en la actualidad solo se conservan 18, destacando por sus colores brillantes, y a las que se considera ninfas celestiales.



Para todos los que buscan de disfrutar del arte y la cultura, una viaje excepcional a las selvas de Sri Lanka, es una oportunidad única de conocer este enclave tan mediático.

BUEN DÍA A TODOS

PURA KASTIGÁ

Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Wikipedia.
Historia. National Geographic.

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