El paisaje es uno de los temas favoritos cuando se trata de plasmar aquello que nos conmueve o nos emociona y por medio de la fotografía GUSTAVE LE GREY, a la sazón investigador y fotógrafo francés, nacido en Villiers-le-Bel, en 1820 y fallecido en El Cairo, en 1884, nos dejó un legado maravilloso que os invito a descubrir.
A GUSTAVE LE GRAY debemos los primeros paisajes marinos de la historia de la fotografía, que obtenía mediante la combinación de dos negativos donde cielo y oleaje impresionados por separado resultaban fundidos en una deliciosa armonía. Sin lugar a dudas, Le Gray está considerado como el precursor de la "instantánea fotográfica".
Inicialmente comenzó como retratista, precisamente su estudio estaba situado en la misma casa de la Rue des Capucines, donde años después abriría el suyo el famoso Nadar, más por entonces encontró un serio competidor, por lo que al retrato se refiere, en la persona de Disdéri, por lo que optó por dedicarse a la temática de la fotografía de paisaje o de viajes.
Su continuo deseo de avanzar en las técnicas fotográficas le llevó a inventar el proceso de papel encerado seco, que pasó a ser imprescindible para la plasmación de imágenes relacionadas con la arquitectura y el paisaje.
Su fama le valió ser contratado por la Société Héliographique y como representante de la Comisión de Monumentos Históricos de Francia se le encomendó fotografiar los monumentos de Touraine y Aquitania junto con O. Mestral, Hippoliyte Batard y Édouard-Denis Badus.
La importancia de su trabajo se ve magníficamente reflejada en la calidad de lo que son sus paisajes tantos terrestres como marinos, sus fotografías en las que la prioridad es la arquitectura y las deliciosas imágenes del bosque de Fontainebleau.
Es en 1954 cuando funda la Société Française de Photographie y dos años después es ganador de una medalla en la Exposición Universal de Bruselas.
Es de destacar su trabajo como fotógrafo oficial durante 1857, recibiendo el encargo por parte de Napoleón III, de captar escenas del ejército en Camp de Châlons.
Pese a su incansable actividad, la ruina le sorprendió por lo que decidió embarcarse en 1860 rumbo al Cairo, donde se dedicó a impartir clases de fotografía, y donde falleció en 1884.
Pese a que muchos grandes artistas, de todo tipo de disciplinas, son conocidos y considerados como tales a día de hoy, su vida no les recompensó no ya solo desde el punto de vista económico, sino del personal, para GUSTAVE LE GRAY el éxito le ha sobrevivido y la belleza de su trabajo también.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org
https://fotografica.mx
https://el pais.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario