miércoles, 28 de junio de 2023

Viva Suecia - Últimas Voluntades (Canción Original De La Película)









BUENA NOCHE

BUENA MÚSICA



 

EL ANKOKU BUTÕ.- LA MÁS CURIOSA DANZA JAPONESA.




Para el mundo occidental la cultura japonesa está marcada por la diversidad, pues en ella conviven tradiciones que pueden considerarse ancestrales a la vez que su forma de vida está del todo orientada hacia el mundo moderno, y ello por el hecho de que han sabido mantener la esencia de los samurais, los templos y la siempre y deliciosa cocina tradicional japonesa; no obstante, también han sido capaces de renovarse todo ello en base al "manga" y a las nuevas tecnologías.




No cabe la menor duda que sus costumbres y hábitos son un modelo a seguir en occidente, pues es característica del país nipón su hospitalidad, así como el respeto, la organización y la honestidad que presiden sus relaciones no ya sólo a nivel personal y familiar, sino dentro de entornos mucho más amplios. Japón es un país con una economía fuerte, después de Estados Unidos y China, y su moneda el Yen está incluso más considerada más fuerte que el dólar.



No obstante, son sus tradiciones las que más atraen a todos los que visitan Japón y entre éstas una de las más apreciadas, por su singularidad, es la danza, que viene a utilizar el movimiento del cuerpo, generalmente con música, para servir de entretenimiento y también como expresión artística. La danza, por supuesto, también es una forma de comunicación no oral, pues el bailarín o bailarina viene a mostrarnos sus sentimientos sirviéndose de sus gestos y movimientos.




Y es precisamente en Japón donde descubrimos una forma muy característica de danza la que se denomina ANKOTU BUTÕ o sencillamente BUTÕ, si bien es necesario hacer especial mención a que este tipo de danza resulta un espectáculo extraño e inentendible para el espectador occidental.

El BUTÕ abarca todo un grupo de técnicas de danza que tuvieron su origen en la posguerra, evidentemente, después de la II Guerra Mundial, y que debemos a Kauzo Õno y Tatsumi Hijikata, considerándose esta técnica como una forma de reflexionar sobre la cultura del país después de la terrible tragedia que provocó la explosión nuclear.





Lo más curioso y significativo del BUTÕ, si bien son varios sus aspectos que nos llaman la atención, es que este tipo de danza emplea movimientos que podrían considerarse erráticos y grotescos, incluso repetitivos, abarcando temáticas como la identidad, el caos, la ansiedad, la construcción del género y la orientación sexual.

Inicialmente se la conoció bajo la denominación de ANKOKU BUTÕ, tal y como la llamó su creador Tatsumi Hijikata hacia mediados del siglo XX, si bien ya en 1970 empezó a referirse a la misma sencillamente como BUTÕ.





Etimológicamente el término Ankoku se refiere a lo que se asocia a la oscuridad que existe en la vida, en tanto que el término Butõ, que proviene de buyõ, podría traducirse como "brincar o saltar", si bien al incluir la locución tõ, adquiriría la condición de arraigarse a la tierra o pisar ésta, en definitiva sería como un "descender a las raíces". Es así que el "Ankoku butõ" es una forma de danza que nos propone el hecho de adentrarnos en la oscuridad. Una oscuridad que no podría calificarse con palabras y que para ser mostrada necesitaría del lenguaje corporal, fundamentalmente en lo relativo a los miedos que nos asaltan y a la ansiedad que nos ataca.

Es por ello que el practicante de este tipo de danza no sigue una forma de enseñanza fija, sino que va cambiando, eso sí, siempre adopta gestos fuertes y movimientos repetitivos, lo que proyecta en el espectador esa sensación ya dicha de miedo y ansiedad.





Dos son los grandes exponentes de este tipo de danza, tal y como recogen en el libro "Shades of Darkness" sus autores Nourit y Jean Viala: Õno al que se le considera el espíritu del butõ y Hijikata, el arquitecto del butõ, siendo la danza de este último más emocional, en tanto que la de Õno se la considera más neutral. Tanto uno como otro bailaron hasta el final de sus vidas, en el caso de Hijikata murió con 58 años, más Õno vivió hasta los 103 años. Ambos fueron aprendices de Mary Wigman, nombre artístico de Karoline Sophie Marie Wiegmann, bailarina y coreógrafa alemana precursora del baile expresionista, cuyo estilo y técnica influyó en una gran cantidad de bailarines.




Una de las características que más llama la atención de la danza butõ es el que hecho de que nos ofrece una total mezcla de sensaciones, una especial y particular performance en la que incluso aquellos que la interpretan llegan a olvidar sus movimientos, pues no los procesa su mente, de ahí que este tipo de danza se asocia a una total libertad de movimiento corporal. Uno de los movimientos más singulares es el que se denomina "ganimata", en el que los llamados "butõhkas" arquean sus piernas y las rodillas producen el efecto de deformación en el cuerpo. Y todo ello sumido en una escenografía que apuesta por lo ambiente lúgubre, el empleo de diferentes claroscuros, teniendo como especial finalidad la representación de lo que supone la muerte, la debilidad del cuerpo.





Un aspecto más que peculiar de una cultura que lo es, la japonesa, si bien, las más diferentes culturas han hecho de esta forma de expresión un arte, como en el caso de los griegos quienes fueron los primeros en reconocerla como tal, tanto es así que le dedicaron en su mitología una musa:Terpsícore.

La danza al no utilizar el lenguaje verbal está considerada como una forma no sólo de expresión, sino de conexión entre los seres humanos, dando vida a sentimientos y emociones; es por ello que mucho pueblos coinciden en considerar la historia de su danza como una forma de reflejar los cambios dentro de su sociedad, todo ello en relación con sus cuerpos y las distintas experiencias que han vivido a lo largo de los tiempos.







Fuentes:
https://es.wikipedia.org



miércoles, 7 de junio de 2023

Florence + The Machine - Dog Days Are Over (Official Lyric Video)




BUENA NOCHE

BUENA MÚSICA



 

LOS DISCÍPULOS DE REMBRANDT


                                                                    
                                                     

El gran maestro REMBRANT, pintor y grabador neerlandés nacido Rembrandt Harmenszoon Van Rijn  en la deliciosa villa de Leiden, por cierto una de las más ricas de los Países Bajos, y sólo superada por Ámsterdam, en 1606 contó con una gran cantidad de discípulos que continuaron su legado.

Por entonces, Leiden era una ciudad dedicada fundamentalmente al comercio y al sector textil, lo que no impidió que en la misma creciera el interés por la ciencia y el arte, lo que se vio reflejado en 1575 cuando se creó la universidad más antigua de todo el país.

                                                          
                                                         

Rembrandt nació en el seno de una familia acomodada y, en consecuencia, recibió una más que excelente educación, estudiando en la llamada Escuela Latina, latín, griego y dibujo. Sus padres, conscientes del talento del joven lo matricularon en la Universidad de Leiden, si bien el joven no siguió ninguna enseñanza, sino que entró como aprendiz en 1621 en el taller de Jacob Isaacsz van Swanenburg, pintor barroco y cuya técnica y sello encontramos posteriormente en su alumno. Poco después el propio Rembrant decidió ampliar sus horizontes y trasladarse a Ámsterdam, donde estudió en el taller del pintor Pieter Lastman, experto en temas históricos y fue gracias a éste que Rembrant descubrió la obra de Caravaggio y de los Carracci.

                                                    

Después de esta experiencia regresó a su ciudad natal, con apenas 20 años, pero ya se consideraba un pintor formado con una clara visión de lo que pretendía con su pintura. Su principal temática serán los cuadros históricos y de retratos y con sus conocimientos sobre el claroscuro convence y emociona, sus colores terrosos o resplandecientes,  y la excelencia de sus autorretratos, en gran medida expresionistas. Rembrandt fue también, sin lugar a dudas, el más grande aguafuertista de la historia del arte, celebrado y admirado a lo largo de toda su vida,  que llegó a romper con los preceptos tradicionales de la pintura, dotando a la suya de una plástica más que singular. 


                                                                                 
                                  

Es así como Rembrandt tiene su propio método de creación, para lo cual empieza sus obras con un esbozo, realizado con tono monocromático con pincel, diferenciando las zonas con colores. Son los colores lisos y transparentes los primeros que le ocupan, recurriendo al relieve en su búsqueda constante del juego del claroscuro. Su obra reúne dentro de una compleja y a la vez sencilla traducción lo que es el tema, la técnica, el color y la luz. 


                                  
                                 

Con un maestro de tan extraordinaria naturaleza no fue nada extraño que tuviera muchos y, entre ellos, algunos grandes discípulos, en total, a lo largo de su vida, más de 50.

El primero de sus discípulos fue GERRIT DOU, con sólo 14 años, cuando Rembrandt contaba con 21, y acababa de abrir su propio taller.

                                                                  
                                                                 

GERRIT DOU nacido también en Leiden en 1613, cuyas primeras obras se basan fundamentalmente en las de su maestro, es más, uno de sus más famosos trabajos Ana y el ciego Tobías fue pintado por Dou a partir de un esbozo de Rembrandt y con la ayuda de éste. Con el tiempo Dou desarrolló su propio estilo, pintando obras de reducido tamaño, con superficies muy lisas y en las que destaca el cuidado por los detalles. Podemos afirmar que Gerrit Dou tenía una gran preocupación por todo lo relacionado con el orden y la limpieza de sus herramientas, pues le tenía horror al polvo. Sus cuadros recrean ambientes domésticos, en los que podemos observar figuras enmarcadas por ventanas, y cuya decoración la constituyen los más variados objetos, desde libros hasta objetos musicales. A lo largo de su próspera vida tuvo también muchos alumnos que continuaron su legado y cuyas obras fueron muy cotizadas. Es la suya una obra que destaca por su pulcritud y precisión de estilo.


                                                        
                                                       

                                                            
                                                            

El pintor NICOLAES MAES, nacido en Dordrecht (Holanda), en 1634, fue también discípulo de Rembrandt, en Ámsterdam, hacia 1653/54. Su obra está formada fundamentalmente por cuadros de lo que se viene a llamar de "género", que nos aportan una visión un tanto emotiva de la temática que aborda, sirviéndose de colores brillantes. Con el tiempo su temática evolucionó abundando en el retrato, así como en la paleta de colores de la que eliminó el color rojizo y se decantó por una más amplia, con tonalidades claras, destacando los grises y negros para los fondos. Es así que en esta última fase de su trayectoria nos recuerda más a Van Dyck que al que fue su maestro, Rembrandt.


                                                           

                                                                                                                     

También WILLEM DROST fue un destacado discípulo de Rembrandt, del que apenas se conocen datos sobre su biograría, y su obra es más bien reducida, entre la que también se encuentran grabados.


                                                                
                                                                

                                              

AERT DE GELDER, pintor holandés nacido en Dordrecht en 1645 fue también uno de los más significativos díscipulos del maestro Rembrandt, y sobre todo, fue la suya una obra continuista de la de éste último; el estilo de Rembrant puede apreciarse claramente en las pinturas religiosas; dotado de una excepcional imaginación, así como de audacia en el empleo de la paleta de colores, De Gelder apuesta por el empleo de amarillos y lilas, -algo que no eran especialmente utilizados por Rembrandt, lo que aporta a su trabajo una gra luminosidad. Precisamente, una de sus obras más conocidas, El sueño de Jacob, fue considerada durante mucho tiempo autoría de Rembrant.

                                                          

                                                                      

Terminamos este recorrido dedicado a cuatro de los más de cincuenta discípulos de Rembrandt con CAREL FABRITIUS, el más dotado de todos ellos, cuya obra destaca por su originalidad y elegancia. Desgraciadamente su temprana muerte a consecuencia de la explosicón del almacén de pólvora de Delf acabó con su vida, es así que sólo se conservan de él doce cuadros, entre ellos, el conocido La resurrección de Lázaro; sí que es acertado afirmar que su estilo fue derivando tornándose más personal, destacando por el exquisito uso de las armonías en los colores fríos, así como en el interés por la perspectiva.


                                           

                                                          

Si bien es acertado afirmar que muchos de los alumnos del taller de Rembrandt no pudieron vivir de su trabajo, la cantidad y calidad de éstos con referencia en sus respectivas obras, nos viene a confirmar la extraordinaria aportación del arte de Rembrandt y de cómo influyó no ya sólo en su etapa histórica, sino que lo ha seguido en las siguientes generaciones.




Fuentes:
Muy interesante. Edición Coleccionista: Rembrant. El secreto del arte.
Diccionario de Arte. Ian Chilvers.