domingo, 30 de junio de 2019

The National - 'Hairpin Turns'


BUENA MÚSICA


MAURICE TABARD.- LA FOTOGRAFÍA QUE EXPLORA LA PSIQUE.

Maurice Tabard

MAURICE TABARD fue un fotógrafo francés, nacido en Lyon, el 12 de julio de 1897 y fallecido en Niza, el 23 de febrero de 1984, para el que el movimiento surrealista supuso la capacidad de expresión de la realidad frente a un mundo onírico y del todo inquietante.



Es así como muchos fotógrafos consideraron, mediante técnicas derivadas del automatismo, o lo que puede llamarse libre asociación freudiana, el deseo de liberar la mente insconsciente.
El llamado surrealismo fotográfico fomentaba la experimentación, la exaltación del azar, las yuxtaposiciones inopinadas, el objeto encontrado y la perfusión de lo inquietante y lo onírico en la vida real.




En caso concreto de Maurice Tabard su fotografía adoptó técnicas con la llamada rayografía, y especialmente, el brûlage, es decir, el quemado parcial del negativo con la intención de crear figuras del todo distorsionadas. Ello le permitió la composición de una especie de lado terrible y monstruoso de la existencia humana: la cara más oscura del individuo.



MAURICE TABARD empezó sus estudios dirigidos hacia la música, si bien al carecer de lo que viene a denominarse "don natural", su padre decidió matricularle en el Instituto de Fotografía de Nueva York, ciudad en la que empezó a desarrollar sus primeros trabajos. 


Su primera oportunidad le vino de la mano del fotógrafo Bachrad, que desarrollaba su trabajo en la Quinta Avenida, al que enseñó algunas de sus fotografías, y éste le proporcionó una más que selecta clientela.
Es así como llegó a ser el fotógrafo oficial del presidente Calvin Coolidge.



Su paso por París le llevó a hacerse un hueco en la fotografía de moda, colaborando con revistas como Le Jardin des Modes, Vu, Vogue y L´Art Vivant.
Fue por entonces cuando conoció a Magritte y en 1931 realizó su fotografía más reconocida con el título de Composition, todo un relevante ejemplo de trabajo surrealista.


En 1933 vio la luz su primera exposición, a la vez que conoció a grandes de la fotografía como Brassaï, André Kertész y Man Ray.
En su trabajo cobra una especial relevancia la llamada "Nueva Visión", movimiento artístico de la fotografía que se desarrolló en la década de 1920, y que se relaciona con los plantamientos de la Bauhaus. 



La fotografía es considerada como una práctica autónoma con sus propias leyes de composición e iluminación; es así como el objetivo de la cámara se convierte en un segundo ojo para poder mirar el mundo. Y esta nueva mirada se basa en el empleo de encuadres sorprendentes, en la búsqueda del contraste en las formas y la luz, así como el uso de planos en picado y contrapicado.



Su trayectoria profesional se vio complementada con su trabajo en el rodaje de la película "L´Atalante", de Jean Vigo, junto a Roger Parry.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York contó con su presencia, en 1938, en la exposición "Photography 1839-1937".


Asimismo, fue director fotográfico de la revista Marie Claire, y una vez finalizada la segunda guerra mundial colaboró con Harper´s Bazaar y Vogue.
Igualmente, también ejerció labor docente en forma de clases de fotografía en la Universidad de Hudson, retirándose en 1966.
Falleció en Niza, el 23 de febrero de 1984.


Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Wikipedia.
....istmos
para entender la fotografia
(Emma Lewis)

jueves, 27 de junio de 2019

Foster The People - Imagination (Official Audio)



BUENA MÚSICA



LA PINTURA Y EL "MÍNIMO DE MAUNDER"



Todo lo que guarda estrecha relación con el ser humano ha sido siempre trasladado al mundo del arte, en consecuencia, no es nada extraño conocer de un hecho que afectó a la climatología de nuestro planeta y que fue recogido por la pintura de su época.


El llamado "Mínimo de Maunder" es el nombre que fue dado al período de 1645 a 1715, cuando las manchas solares casi llegaron a desaparecer de la superficie del sol, según crónicas de astrónomos de la época. El nombre que recibe este hecho lo debemos al astrónomo solar E.W. Maunder quien descubrió dicha circunstancia, y es del todo cierto que durante un período de treinta años esta ciencia vino a observar sólo 50 manchas solares, cuando lo normal es que fueran entre 40.000 y 50.000.
El término "Mínimo de Maunder" fue introducido por John A. Eddy, publicado en un artículo de la revista Science.


El "Mínimo de Maunder" coincidió con la parte más fría de la llamada "Pequeña Edad de Hielo", de los siglos XV al XVIII, que afectó a Europa y América del Norte, así como a gran parte del resto de nuestro planeta, registrándose temperaturas muy por debajo de normal en las diferentes estaciones de los años.

Estudios recientes vienen a corrobar el hecho de que el retardo en la rotación del Sol es el causante del llamado "Mínimo de Maunder".


Pues a partir de aquí y después de esta pequeña aclaración sobre un tema que es propio de la astronomía, vamos a relacionar dicha circunstancia con la pintura, pues ha quedado constatado por las obras de diferentes pintores de la época de estas bajas temperaturas y de cómo afectaron a la vida de las gentes de las ciudades y los pueblos.


Dos pintores, uno de ellos español, FRANCISCO COLLANTES, especializado en pinturas de paisajes, plasmó en una de sus obras, que podemos contemplar en el Museo del Prado de Madrid, los efectos climatológicos del "Mínimo de Maunder" en el llamado "Paisaje de invierno con adoración de los pastores".


Francisco Collantes, nacido en Madrid hacia 1599 y fallecido en 1656, fue un pintor barroco, apostó por una pintura, mayormente paisajística, en la que las luces plateadas venían a atemperar el crudo tenebrismo. 
La validez de su obra fue reconocida fuera de nuestro país, y es de reseñar que una de sus pinturas formara parte de la colección de Luis XIV, actualmente en el Museo del Louvre (el paisaje con Moisés ante la zarza"), amén de que otras muchas permanecen en colecciones privadas.


Más si hemos de destacar la obra de un pintor que recogió en más de una ocasión escenas en las que se manifestaba esta "pequeña edad de hielo", debemos reseñar a HENDRICK JACOBSZ DUBBELS, nacido en Amsterdam, en 1621 y fallecido en 1707, pintor barroco, especializado en marinas y paisajes invernales, una de cuyas obras "El puerto de Amsterdam en invierno" óleo que se encuentra en el Museo del Prado es toda una evidencia de lo antes indicado.

El puerto de Amsterdan en invierno
Dubbels

Su pintura se caracteriza por la utilización de una gama bien reducida de colores, sobre todo fríos, y horizontes bajos.
Por cierto, según fuentes, el clima llegó a ser tan frío hasta en nuestro país que el río Ebro se heló siete veces.

Dubbels

Hendrick Barentsz

Dubbels

Río Támesis 1677

Alrededor de 1850, el clima del mundo empezó a calentarse de nuevo (probablemente por las incipientes emisiones preindustriales) y puede decirse que la Pequeña Edad de Hielo se acabó a partir de dicho momento.

Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Wikipedia.org.
Museo del Prado.

martes, 18 de junio de 2019

Mark Ronson - Pieces of Us (Audio) ft. King Princess



BUENA MÚSICA



GRANDES GENOCIDIOS DE LA HUMANIDAD: RUANDA.


Nuestra historia, la que nos define y, en muchas ocasiones nos horroriza, viene marcada por terribles acontecimientos, actos cometidos por individuos que se dicen "humanos" y que no dejan de ser meras bestias.
Una de esas historias es la que trataremos en este artículo: El Genocidio de Ruanda.


En 1994, en Ruanda vivían más de 7 millones de personas, pertenecientes a tres grupos étnicos: hutus, que eran mayoría, tutsis y twa.
Hasta lo que fue el siglo XIX, los tutsis ocupaban el estrato social más elevado y por contra, los hutus el más bajo. Finalizada la I Guerra Mundial, Uganda pasó a ser colonia belga, hasta que la descolonización en la década de los 50 del pasado siglo XX, produjo una cada vez más encrespada relación entre ambas etnias: hutus y tutsis.




Un genocidio que se inició el 6 de abril de 1994, cuando el avión en el que viajaba el presidente ruandés, Juvénal Habyarimana y el presidente burundés Cyprien Ntaryamira, ambos de etnia denominada "hutu", fue derribado por dos misiles. Con ellos murieron todos los que viajaban a bordo de la nave. En un tiempo récord extremistas de esta etnia tomaron el poder y se desató una de los más crueles episodios vividos por la humanidad: una terrible ola de asesinatos de la minoría "tutsi".

Tan horrible que en sólo 100 días fueron asesinadas más de 800.000 personas.






Ésta es la historia de una tragedia que, en gran medida, ha quedado olvidada.



En términos de proporción un 11% de la población fue aniquilada, cerca de un millón de víctimas de la antedicha etnia tutsi, amén de hutus moderados, que fueron torturados y masacrados con un único objetivo: el exterminio total.

Y ello sin perjuicio de que más de dos millones de refugiados huyeron ante el temor de correr la misma suerte.




La que fuera matanza inicial dio lugar a una guerra civil que dejó el país totalmente devastado. A día de hoy, Ruanda sufre las consecuencias del genocidio y de la guerra de 1994, ya que está sometida a un régimen de intensa represión política.


La responsabilidad de todo este conflicto sigue siendo muy controvertida, si bien la mayor parte de las teorías vienen a coincidir en el hecho de que el grupo rebelde tutsi del Frente Patriótico Nacional (RPF) o los extremistas del "Poder Hutu", opuestos a la negociación con aquellos, son señalados como causantes.



Como es habitual en todo país que es colonizado, en este caso por Bélgica, el gobierno puso interés en que se estableciera un sistema social racista, y para ello se sirvió de una ancestral distinción dentro de la etnia banyaruanda del pueblo bantú, organizando una sociedad de "castas", si bien no existía ningún rasgo étnico ni lingüistico que las viniera a diferenciar; es así que la minoría calificada como tutsi, equivalente al 15% de la población fue considerada casta dominante, y la mayoría hutu -85%-, casta subordinada, y por tanto, sometida a todo tipo de trabajos forzados y vejaciones, lo que trajo como consecuencia el enfrentamiento entre ambos sectores de la sociedad ruandesa.



Bien cierto es que durante la colonización por parte de Bélgica, sus instituciones mantuvieron alianzas con la etnia tutsi, más llegada la independencia, en 1961, -no reconocida internacionalmente hasta julio de 1962-, abolida la monarquía, se constituyó una república, en la que la mayoría hutu era más que notoria en todos los ámbitos; y ello fue así hasta el año 1994, ya que finalizado el genocidio, las castas fueron oficialmente eliminadas.



Tras el asesinato del presidente Habyarimana, lo fue también la primera ministra, Agathe UWlingiyimana. Fue entonces cuando los radicales hutus tomaron el poder y una terrible oleada de violencia y de muerte se extendió por todo el país.
A ello contribuyó el llamamiento por la emisora privada de Radio Mil Colinas al "exterminio total de los tutsis como cucarachas", siendo una milicia joven de hutus con el nombre de "Interahamwe" (los que cazan juntos), quienes se ocuparon de llevarla inicialmente a cabo, a golpe de machete y garrote, atacando a mujeres, niños y ancianos. 
Ni siquiera las tropas que la ONU tenía destinadas en el país fueron capaces de detener este horror y se ordenó la retirada de los cascos azules.
Fue entonces cuando el Frente Patriótico Nacional dio vía libre a su ofensiva.




En tan sólo dos semanas, los muertos se contaban por cientos de miles, a razón de 8.000 muertos diarios, según información facilitada por la Cruz Roja Internacional.. Más ésas eran cifras, pues nadie llevaba cuenta de tal masacre, los cadáveres eran abandonados a su suerte, siendo sepultados en grandes fosas comunes, las diferentes aldeas, pueblos quedaron vacíos, y ello sin perjuicio del éxodo que inició gran parte de la población, pues en un sólo día, el 30 de abril de 1994, 250.000 ruandeses huían por la frontera con Tanzania.


Más todo no quedó ahí, pues el odio descontrolado llevó a la venganza de las tropas tutsis a invadir la ciudad fronteriza de Goma, en el por entonces Congo, (hoy, Zaire), aumentando aún más la tragedia el brote de cólera que se desencadenó.


El fantasma de la desolación recorría hasta la más pequeña de las poblaciones, todo había quedado abandonado, bien por muerte o huida. Las calles aparecían sembradas de cadáveres, y las gentes escapaban como buenamente podían, durante días y noches enteros, alimentándose de lo que encontraban a su paso.


Ruanda se convirtió en un infierno..
El hecho cierto es que existió una total falta de respuesta por parte de la comunidad internacional, ni siquiera la ONU fue capaz de poner resorte alguno en funcionamiento, hasta que el 22 de junio de 1994, el Consejo de Seguridad autorizó a las fuerzas francesas al envío de una misión humanitaria con el nombre de "Operación Turquesa", y que logró salvar a cientos de civiles en el suroeste de Ruanda. No obstante, los asesinatos continuaron en otras zonas del país, hasta el 4 de julio siguiente, cuando el FPR tomó el control militar.



Esta es una historia más en las que el odio, fomentado por determinados intereses, convierte a los seres humanos en auténticos depredadores, en bestias que sólo se alimentan de sangre; y pese a que situaciones como la descrita siguen repitiéndose, la humanidad permanece, en la mayoría de los casos, no ya observando, sino también propiciando la destrucción.

Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes

Fuentes:
www.eltiempo.com
www.elmundo.es
https://eacnur.org