lunes, 28 de marzo de 2022

REFLEXIONES.




 Cuántos futuros daría
por retener este presente
en el que lágrimas tuyas
se condensan a modo de nubes
que anuncian dulces tormentas.

En mi boca un sinsabor
entre amargo y dulce;
qué lengua deslizas por tus labios
sellando todas mis esperanzas...´

Y aún así me considero el más
feliz de los inmortales.

RF-

Twenty One Pilots - The Outside (Official Video)




BUENA NOCHE

BUENA MÚSICA




 

FRANCISCO PRADILLA ORTIZ.- LA PINTURA DE HISTORIA EN ESPAÑA.

 


La pintura de historia viene a representar acontecimientos históricos reales, a la vez que escenas de la leyenda y la literatura, y todo ello con la finalidad de aportar conocimiento y a la vez contribuir a engrandecer determinados hechos o circunstancias. Por lo que respecta a la teoría académica tradicional, la pintura de historia ha sido siempre considerada como la rama más elevada del arte, sobre todo durante el siglo XIX, tomando como referentes movimientos como el academicismo y el romanticismo.




El que fuera director de la Real Academia de España en Roma y del Museo del Prado FRANCISCO PRADILLA Y ORTIZ, nacido en Villanueva de Gállego, el 24 de julio de 1848 y fallecido en Madrid, el 1 de noviembre de 1921, está más que acertadamente considerado como uno de los más significativos exponentes de la pintura española del último cuarto del siglo XIX, por lo que respecta al género histórico.



Se inició en su formación como aprendiz en el taller de Mariano Pescador, de quien recibió el respaldo  para que diera clases en la Escuela de Bellas Artes de San Luis. Gracias a la recomendación de su profesor Bernardino Montañés se trasladó a Madrid, donde compaginó estudio y trabajo, asistiendo a las clases de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado.




El que fuera primer director de la Academia Española en Roma admitió como pensionado a Francisco Pradilla Ortiz, quien en su tercer año consiguió un éxito rotundo con la obra titulada Doña Juana la Loca, logrando la medalla de honor de la Exposición Nacional de 1878 y medalla de honor ese mismo año en la Sección Española de la Universal de París.





Gracias a este espectacular triunfo consiguió el encargo del Senado para pintar el cuadro La rendición de Granada, que si bien no fue tan excelso como el antes mencionado, sí que le valió a Pradilla el reconocimiento general internacional de su trabajo. Fue así como consiguió ser nombrado director de la Academia de España en Roma, ciudad en la que abrió un estudio, y en el que recibía innumerables visitas no solo de pintores, sino de diferentes intelectuales; más este tiempo le privaba de pintar, y después de ocho meses, renunció al cargo.

La pérdida de esta espléndida posición profesional, unida a la de sus ahorros, a razón de la quiebra de la banca de Ricardo Villodas, le devolvieron a España, donde fue nombrado director del Museo del Prado, el 3 de febrero de 1896; no obstante, Francisco Pradilla nunca olvidó sus años pasados en la ciudad eterna y las amistades y conocimientos que le enriquecieron no sólo en el aspecto profesional, sino también en el personal.




No obstante, el hecho cierto es que Francisco Pradilla no tenía una  especial capacidad para dirigir un museo, ni ocuparse de la cantidad de gestiones, incluidas las administrativas que le llenaban todo el día, impidiéndole desarrollar su principal deseo que no era otro que pintar. A todo ello se unió el hecho de la "desaparición" durante este periodo de un pequeño boceto de Murillo, algo que trató de ser silenciado -que no se consiguió- a causa de la intervención de la prensa, así como que el Museo dejara "escapar" la compra de determinadas obras de arte que pasaron a manos de colecciones privadas, llevó a Francisco Pradilla a renunciar a su cargo, el 29 de julio de 1898, siendo sustituido por Luis Álvarez Alcaraz, quien era el predilecto para dicho cargo por la reina María Cristina.





Después de esta experiencia que el propio Pradilla llegó a considerar públicamente como "semillero de disgustos", se refugió en su palacio-estudio, alejándose en la misma medida de la vida social y consagrando su tiempo a su pasión: la pintura.

Y fue en este estudio en el que recibió la visita de muchos de sus amigos, entre ellos, Pérez Galdós, Núñez de Arce e incluso el rey.

De esta etapa datan algunas de sus obras, fundamentalmente retratos de la aristocracia madrileña, así como conjuntos decorativos, como los que llevó a cabo para el Palacio de Linares de Madrid, para el que pintó la Lección de Venus al amor, en el techo de su salón de baile.



El paisaje también fue una temática cultivada por este gran maestro, abundando en perspectivas panorámicas con gran cantidad de personajes y de motivos. Sus cuidados paisajes tomados del natural nos acercan a  ambientes que nos atraen por su atmósfera y en la que abundan las luces efectistas, como bien podemos apreciar en Vendimia en las lagunas pontinas.





No obstante, y sin lugar a dudas, su obra cumbre, como ya ha quedado dicho, es DOÑA JUANA LA LOCA, perteneciente a la colección del Museo del Prado de Madrid, en la que podemos observar una romántica escena de la figura de la reina Juana I de Castilla, en la que se aúnan aspectos como la locura por desamor, los celos desmedidos e incluso la necrofilia. Ello convirtió a esta obra en una de las más impactantes de su género y dio merecida fama a su autor.







Es en esta obra en la que Francisco Pradilla, con tan sólo veintinueve años, ofrece al espectador su absoluta habilidad en el empleo de la escenografía del espacio exterior y el sentido rítmico y equilibrado de la composición, complementado todo ello con diferentes elementos accesorios, entre ellos, la indumentaria de los personajes, la tensión emocional de éstos, y la ejecución tan vigorosa como vibrante de la escena, dotada de un realismo intenso; su técnica siendo libre se supera en base a un dibujo del todo definido y un lenguaje plástico puramente personal, que influyó en años sucesivos en la mayoría de los pintores de historia.




Fuentes:
https://www.artespana.com
https://www.carmenthyssenmalaga.org
https://www.museodelprado.es

domingo, 27 de marzo de 2022

Robert Plant & Alison Krauss - Searching For My Love (Official Music Video)



BUENA NOCHE

BUENA MÚSICA


 

REFLEXIONES.- MOVIMIENTO


 MOVIMIENTO


Mientas camines con paso firme

no temas la confusión del momento

ni sufras la dificultad del camino:

La vida es movimiento

y nada surge de la quietud.


Que ni el temor o el miedo te detengan

tu voluntad crea alas invisibles,

las dulces moradas son sólo cantos de sirena

y los placeres relajan el paso del tiempo:

La vida es movimiento

y nada surge de la quietud.


El alma del caminante solitario

habita en las sendas del conocimiento

se sacia con la belleza de la virtud

y nunca olvida la generosidad de la

NATURALEZA

que le regala cada día.


RF.


Babasonicos - BYE BYE (Video Oficial)



BUENA NOCHE

BUENA MÚSICA


 

LA TUMBA DE AGAMENÓN (EL TESORO DE ATREO).




La palabra griega "tholos" se refiere a los templos de planta circular, así como a las grandes sepulturas micénicas subterráneas y abovedadas.
El conocido como TESORO DE ATREO, tumba de Atreo, o tumba de Agamenón es un "tholos", una grandiosa tumba que se encuentra situada en la colina de Panagitsa, en las afueras de Micenas, y cuya construcción data de la Edad de Bronce, lo que equivaldría a 1250 años a.de C.





En los alrededores de la ciudadela de Micenas podemos reconocer en total nueve tholos, y cinco más repartidos por el resto de la Argólida.
El Tesoro de Atreo fue descubierto por el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann a finales del siglo XIX, si bien no  corresponde al rey Atreo, sino que probablemente fue construida para Agamenón, y durante su reinado.
Es la más grande de todas de las que se tienen conocimiento y sólo la piedra del dintel sobre la puerta pesa 120 toneladas, siendo sus dimensiones de 8,3 x 5,2 x 1,2 m3.




Su estructura monumental ofrece una espectacular visita, que destaca por su pertenencia al arte creto-micénico; la tumba en cuestión está precedida por un corredor o dromos, de 6 metros de ancho por 36 metros de largo, protegido por gruesos muros de sillares, cuya parte alta alcanza más de 10 metros de altura. Esta estancia termina con una puerta gigantesca, y a continuación nos encontramos con dos cámaras, en la que destaca el "tholos" o cúpula, si bien se trata de una falsa cúpula, ya que fue construida mediante la superposición de hileras concéntricas de sillares de piedra que se van estrechando a medida que aumenta la altura, de ahí que la presión que ejerce el peso de la bóveda se distribuya de forma vertical y no oblicua, como si de una verdadera bóveda se tratara.
Thomas Bruce Elgin, embajador británico por entonces ante el imperio otomano, sustrajo parte del dintel de entrada de este monumento, tal y como hizo con diferentes esculturas del templo ateniense del Partenón y que podemos ver y apreciar en el Museo Británico, formando parte de su colección permanente.






El "tholos" tiene unas dimensiones extraordinarias con más de 14 metros de altura, siendo su diámetro prácticamente el mismo; por lo que respecta a su alzado es casi cónico lo que permite que los empujes hacia los muros laterales sean más fáciles. Se da por seguro que estaba adornada por piezas realizadas a base de oro, plata y bronce, a tenor de unos orificios que se observan en los muros, y cuya función es desconocida.
Al estar excavada en la ladera de una colina, la sala fue construida cavando verticalmente en la misma, y su estabilidad la proporcionan los materiales que cubren la cúpula que está completamente enterrada. Los diferentes niveles de sillería se situaron en anillos, de tal forma que cada nivel sucesivo se proyectara en voladizo un poco más hacia el interior, hasta que sólo quedó una pequeña abertura en lo que es la parte superior.





Por último, nos encontramos con una tercera cámara de pequeño tamaño, que se abre a la derecha de la entrada, excavada en la roca y que es donde estaría situada la cámara sepulcral del Rey Agamenón.
Es de significar que este tipo de construcciones tiene una doble función político-religiosa, toda vez que sirvió para guardar el tesoro de la ciudad de Micenas y además sirvió de enterramiento para el rey Agamenón.



El hecho cierto es que sólo los romanos, trece siglos después, consiguieron con su ingeniería arquitectónica superar las construcciones abovedadas sin soporte intermedio. 





Fuentes:
https://www.guiadegrecia.com
https://www.auladehistoria.org
Wikipedia.

domingo, 20 de marzo de 2022

Bastille - Shut Off The Lights




BUENA NOCHE

BUENA MÚSICA



 

George Ezra - Anyone For You (Tiger Lily) (Official Video)




BUENA NOCHE

BUENA MÚSICA


 

JUAN DE FLANDES.- EL RETABLO DE SAN MIGUEL EN SALAMANCA.



JUAN DE FLANDES fue uno de los pintores más importantes del Renacimiento español, amén de pintor de corte de Isabel La Católica desde 1496 hasta la fecha en que ésta murió, cuando lo más probable es que buscara un nuevo mecenas.
Su verdadero nombre sigue siendo aún una incógnita, si bien se baraja como opción de que se trate de Juan Astrat, tal y como consta en una inscripción colocada al dorso de una de sus tablas del Políptico de Isabel La Católica.
Asimismo, su formación, de la que igualmente se conocen muy pocos datos, le relaciona con el círculo de la escuela de Gante, de la que también formaban parte Hugo van der Roes, Dirk Bouts y Justo de Gante, para posteriormente trasladarse a Brujas, donde asimiló algunos de los rasgos de la obra de Hans Memling, principalmente, esa sensibilidad que le hace ofrecernos una calma exquisita y una belleza en gran medida ensoñadora.





En tanto ejerció como pintor de cámara de la reina Isabel La Católica se estableció en Salamanca, ciudad en la que recibió el encargo de pintar un retablo, según el estilo del Renacimiento flamenco y que tenía como destino el nicho funerario de los hermanos Rodríguez de San Isidro en la catedral de la ciudad.





El retablo en cuestión lo conforman seis paneles; en la parte superior podemos contemplar una extraordinaria imagen de San Miguel Arcángel, situado a su derecha Santiago el Mayor y a su izquierda San Francisco de Asís, en tanto en la base inferior destacan otros tres paneles, en el del centro, una Piedad, con San Pedro y San Pablo a ambos lados. En la pintura, en su conjunto, destaca la calidad del trabajo de Juan de Flandes a razón de su formación en la escuela flamenca, lo que se demuestra claramente por el empleo de la luz y el fondo del paisaje.





Sin lugar a dudas, la imagen más destacada y que ocupa la parte central de la composición es la figura de San Miguel, quien empuña la espada sagrada justo en el preciso momento en el que está a punto de acabar con una especie de serpiente que personifica al diablo.
Curiosamente, la apariencia del santo es la de un caballero medieval, cuya armadura resplandece, adornada con una capa roja y dos alas al vuelo; tanto en su pectoral como en su escudo puede verse la batalla entre ángeles y ángeles caídos, en un escenario que nos recuerda la escena que se describe en la Biblia en la ciudad de Babilonia, como ciudad del mal y que es una premonición del Juicio Final.




La figura de San Miguel con cuya victoria sobre el Maligno se resuelve la lucha entre el Mal y el Bien, de lo que nos habla el Apocalipsis.
Es así que San Miguel que así se le menciona con su propio nombre en la Biblia, no sólo es el modelo angélico, sino que además es el jefe del ejército celestial, modelo de virtudes espirituales, de ahí que sea el protector de la Iglesia.
No obstante, San Miguel tiene una doble faceta, pues es también el ángel de la muerte, quien tiene la misión de llevar al Cielo las almas de los difuntos que lo merecen, amén de pesar las almas en la balanza que decidirá su definitivo reposo en el Juicio Final.
Una temática muy ampliamente recogida dentro de lo que el Renacimiento consideraba como medio no ya sólo de mostrar el buen camino para el individuo, sino también de hacerlo mediante unas más que increíbles y bellísimas imágenes.


San Miguel Arcángel
Cádiz (España)



Fuentes:
Wikipedia.
Historia. National Geographic.