jueves, 2 de noviembre de 2023

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BUEN DÍA

SÓLO NOS QUEDA LA MÚSICA




 

LOS NIÑOS DE LÍDICE (HISTORIA DE UNA MASACRE)



El arte debe servir para hacernos conscientes de cuánta belleza existe en el mundo en el que vivimos, más también debe serlo como forma de denuncia de situaciones personales, sociales que están o han estado llenas de dolor y sufrimiento.

A través de la mirada de una tercera persona podemos adquirir el conocimiento necesario para juzgar el horror que la historia no debe olvidar.



La escultora checa MARIE UCHYTILOVÁ, nacida en Královice en 1924 y fallecida en Praga en 1989 nos legó un testimonio del todo escalofriante, pues tiene como temática una masacre ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial, siendo su escenario el pueblo checoslovaco de LÍDICE, que fue  destruido por las fuerzas de ocupación, y todo ello como consecuencia del asesinato del jerarca nazi Reinhard Heydrich.




En la mañana del 27 de mayo de 1942, Heydrich se dirigía en su descapotable al Castillo de Praga en el sector de Holesovice, siendo atacado por dos guerrilleros de la resintencia checa, Jozef Gabeik y Jan Kubis; ambos habían sido entrenados en el Reino Unido y formaban parte de la Operación Antropoide. Pocos días después Heydrich fallecería en el hospital, como consecuencia de una septicemia, lo que provocó la ira de Hitler, dando orden expresa de capturar a ambos.

Pero nunca imaginó la resistencia checa hasta qué punto podría llegar la venganza de Hitler, para lo que las fuerzas alemanas rodearon el pueblo de Lídice, así como Lezáky, ambos escogidos por ser muy contundentes contra la ocupación nazi.




Toda la población fue sacada de sus casas, los hombres mayores de 15 años fueron separados del resto y trasladados a un granero, donde fueron todos ellos fusilados; muchas mujeres y niños fueron trasladados al campo de concentración de Ravensbrück, muriendo casi todos ellos en las cámaras de gas o por inanición. Hasta los animales domésticos, las mascotas fueron sacrificadas, e incluso destruido el cementerio, siendo exhumados los restos de los ya fallecidos, a fin de despojarles de las posibles joyas que pudieran tener

En el caso de los niños, aquellos que tenían rasgos arios fueron separados del resto y enviados a familias alemanas. 

De los 503 vecinos de Lídice los alemanes asesinaron a 340, de los 88 eran niños.Por lo que respecta a la aldea de Lezaky, cuya población eran mucho menor, 33 personas de entre 14 y 84 años fueron fusiladas, y 11 de un total de 13 niños gaseados en un campo de exterminio, únicamente dos niñas lograron sobrevivir al tener rasgos arios.





Y si con la matanza no hubiera sido más que suficiente el horror, continuaron arrasando ambas aldeas, limpiando todo tipo de rastro, como si nada hubiera sucedido. Tal fue la crueldad de este hecho que conmocionó al mundo y en distintos países se fundaron pueblos con el nombre de Lídice, en Brasil, México, Ecuador, Panamá, Israel, Venezuela, Perú, EE.UU., Uruguay y Cuba.




Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial sólo Lídice fue reconstruída, y toda la zona fue considerada terreno sagrado en la República Checa.

En el lugar donde se encontraba la aldea de Lezaky existe diferentes lápidas de piedra con cruces latinas, en las que aparecen los nombres de todas las víctimas de tan horrible masacre.





Es a Marie Uchytilová a quien debemos el monumento en recuerdo de los 82  niños masacrados, un grupo escultórico en el que empezó a trabajar en 1980, y que tardó veinte años en terminar. La obra escultórica en cuestión está situada en el emplazamiento de la antigua ciudad de Lídice, bajo el nombre de "Monumento a los niños víctimas de la guerra" está compuesta de 82 estatuas simbólicas de cada uno de los pequeños asesinados (40 niños y 42 niñas) realizadas en bronce, de edades comprendidas entre 1 y 16 años,  si bien no se trata de retratos. Esta inmensa labor la pudo llevar a cabo gracias a la ayuda de su esposo, también escultor, Jirím V. Hamplem, y a pequeñas aportaciones individuales, hasta que la ayuda definitiva vino de la localidad danesa de Albertslund. El conjunto escultórico está orientado de forma que los niños puedan ver la tumba de sus padres, abuelos y amigos.






Toda la zona está rodeada de un área que rinde tributo a todos los fallecidos, y en la que se ubica un museo y una sala de exposiciones; en 1955 se instaló un jardín de rosales, que fue sustituido y ampliado por otro con un total de 21.000 rosales.




Cualquier forma de violencia, cualquiera que sea la etapa histórica que hemos conocido a través de los libros o la que vemos y escuchamos diariamente a través de diferentes medios de comunicación, es tanto o más terrible que la que se ve reflejada en este conjunto escultórico, siendo siempre los más pequeños, los niños, las víctimas de todo conflicto, no importa su raza, ideología, religión. Hoy más presente que nunca.

La escultora Marie Uchytilová había unido a su obra en homenaje a estos pequeños el siguiente texto:

"En nombre de la paz entrego a los 82 niños de esta nación a su planicie natal en forma de símbolo de advertencia y recuerdo a los millones de niños asesinados en las guerras desencadenadas son sentido alguno por habitantes de la Tierra. A través de las escultura envío a las naciones un mensaje de entendimiento. Espero que junto a este símbolo de la tumba coletiva de los niños de Lídice lleguen a reconciliarse los vecinos uno con los otros".









Fuentes:
Wikipedia.
https://español.radio.cz