lunes, 1 de marzo de 2021

MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI.- "EL SUEÑO DE LA VIDA HUMANA".


                        Miguel Ángel por Daniele da Volterra

MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI, junto con Leonardo da Vinci, son considerados los grandes genios del Renacimiento. En el caso de Miguel Ángel es el suyo un espíritu que se manifiesta a modo de rebeldía y ardor en todo aquello que emprende; es la suya una potencia plástica maravillosa, arrasadora, una fuente de energía que nos avanza lo que con el tiempo nos aportaría el barroco; asimismo, como pintor destaca por su gran riqueza en el empleo del color así como el hecho de que nos abre los ojos a una nueva concepción del espacio.


Miguel Ángel nos aproxima a los tonos audaces, abundando en los llamados cangianti ("pasos" de un color a otro con transición y matices), asombra su capacidad de imaginar la quadratura (arquitectura fingida, en perspectiva ilusionista) e incluso llega a yuxtaponer figuras a diferentes escalas, creando la significativa figura serpentina".


Sería del todo imposible reunir en este pequeño espacio la obra completa de este genio, y es así que me decido hoy por comentar una de sus dibujos más deliciosos cuyo título es "EL SUEÑO DE LA VIDA HUMANA"

Tradicionalmente este dibujo ha sido interpretado como una alegoría del vicio y la virtud, no obstante su estudio alberga un más que singular significado.



La Galería londinense Courtauld conserva este bellísimo tesoro, realizado por Miguel Ángel alrededor del año 1533, con unas dimensiones de 39,4 por 27,7 centímetros, y está realizado al carboncillo, que pone de manifiesto no ya la extraordinaria habilidad de Miguel Ángel como dibujante, sino también su capacidad creativa.

Este es uno de los cuatro dibujos que Miguel Ángel regaló a un joven del que estaba perdidamente enamorado, el noble Tommaso de Cavalieri, de tan solo 17 años, y al que le ligó una amistad que duró más de treinta años.

                    El rapto de GanÍmedes (regalo para Tommaso)

Amén de los dibujos, Miguel Ángel mantuvo con Tommaso una extensa correspondencia, en la que puso de manifiesto su amor, e incluso llegó a componer unos sonetos en su honor.

El dibujo nos llama la atención por sus dos figuras principales: un hombre joven desnudo rodeado de tentaciones terrenales y un ángel que desciende de los cielos para despertarle de ese "sueño", sirviéndose de una trompeta. Alrededor de ambos podemos observar una serie de figuras, que vienen a representar los vicios de la tierra, todo un catálogo de imágenes de lo que se consideran como malos comportamientos terrenales.


En la parte derecha del dibujo descubrimos la ira; un mano que porta una bolsa con dinero representa la codicia; un hombre que bebe, la gula; una persona que tira de la capa de otra la envidia; las parejas que se besan la lujuria y la pereza se nos muestra bajo la forma de un hombre que duerme dejando caer la cabeza sobre su brazo; en puridad, podrían interpretarse como la representación de los siete pecados capitales de los que nos habla la Biblia.



Por lo que se refiere al joven que aparece en un primer plano está sobre una caja abierta en la que vemos una serie de máscaras, cubiertas por un paño; es así que esta tela equivaldría al telón de un escenario, que al ser descubierta, nos ofrecería la visión de lo que son los diversos papeles o roles que interpretamos a lo largo de nuestras vidas.

Y es muy curioso un hecho relacionado con las dos figuras principales, el joven ya citado y el ángel que sopla su trompeta, pero no lo hace en el oído de aquél sino en la mitad de su frente, justamente donde dícese está situado el llamado "tercer ojo", según la filosofía oriental.


Todo ello nos puede acercar a interpretar la imagen que contemplamos como una forma de expresión del hecho de la necesidad que tenemos todos los seres humanos de despertar desde el punto de vista espiritual que no físico.

En este dibujo de Miguel Ángel nos encontramos con lo que es la perfecta unión de la pintura y la poesía, ya que nos revela un significativo mensaje para todos los que podemos disfrutarla.

En palabras de Leonardo da Vinci: "La pintura es poesía que se ve más que se siente, y la poesía es pintura que se siente más que se ve".




Fuentes:

MUY ARTE. Edición coleccionista.
https://elimparcial.es
https://bles.com/cultura
https://www.prensa.com/cultura.

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