Buen día.
Hoy nos adentramos en un breve estudio de una deliciosa obra del escultor monegasco FRANÇOIS JOSEPH BOSIO, nacido en 1768, y fallecido en París, en 1845: LA NINFA SALMACIS.
Bosio
Mas antes de admirar la obra escultórica de SALMACIS, nos adentraremos en el mundo tan delicioso que es la MITOLOGÍA.
Las ninfas de la mitología griega tienen distinta clasificación, así algunas de ellas son consideradas dríadas toda vez que pertenecen a un árbol determinado, y viven y mueren tanto como éste. Otras se consideran oréadas, ninfas de las montañas, y también están las llamadas níadas, ninfas de los ríos, los arroyos y las charcas.
Pues bien, nuestra particular SALMACIS era una níada, que disfrutaba plenamente en su charca, descartando unirse a las demás ninfas que solían acompañar a Ártemis a la caza.
La existencia de Salmacis está vinculada a la de Hermafrodito, hijo de Afrodita y Hermes, de ahí que su nombre se deriva de la combinación de los de sus padres. Destacaba por su belleza, heredada de su madre, y un día conoció, en uno de sus múltiples viajes a la ninfa Salmacis.
Ésta quedó prendada de Hermafrodito, al que rogó le hiciera su esposa, o en todo caso, su amante, a lo que aquél se negó.
Salmacis reaccionó abrazándolo con todas sus fuerzas, y el la rechazó, gritándole: "Márchate..¿O acaso tendré que marcharme yo?".
La metaformosis de Hermafrodito y Salmacis
(Jan Gossaert -h.1520)
Es así que Salmacis fingió hacer caso a Hermafrodito, si bien se escondió detrás de los arbustos, en tanto el joven se sentó a descansar y después decidió darse un baño en la charca. Una vez sumergido en la charca, Salmacis saltó sobre él. Le abrazó y le presionó tanto contra su cuerpo, a la vez que le suplicaba que se quedaran unidos para siempre, y los dioses atendieron su petición.
Fue entonces que los dos cuerpos, entrelazados, empezaros a disolverse en un solo ser, ni del todo hombre, ni del todo mujer. Y es así que quien salió de la charca de Salmacis fue el primer hermafrodita.
Salmacis y Hermafrodito
(Jean François de Troy)
François Joseph Bosio nos legó una bellísima escultura, la de LA NINFA SALMACIS, la cual podéis contemplar desde distintos ángulos, destacando por su más que deliciosa belleza.
Bosio fue alumno del escultor Augustin Pajoy y su trabajo le llevó a Italia, para ser contratado después por Vivant Denonen, en 1808, quien le encomendó los bajorrelieves de la Columna Vendôme, situada en la Plaza Vendôme de París, y llegó a ser el retratista de Napoleón y su familia, destacando el busto de la emperatriz Josefina.
Columna Vendôme de Paris
Busto de la Emperatriz Josefina
También realizaría las alegorías de Francia y la Fidelidad para el monumento proyectado por el arquitecto Louis-Hippolyte Lebas para el Palacio de Justicia parisino, cuya inauguración tuvo lugar en 1822.
Luis XVIII le nombre caballero de la Orden de San Miguel, amén de ser nombrado oficial de la Legión de Honor.
Carlos X le otorgó el título de Barón.
Cuadriga que corona el
Arco de Triunfo de Carrusel
La escultura que sirve para reflejar la belleza de la obra de Bosio, la de LA NINFA SALMACIS corresponde justo antes de que se fusionara con Hermafrodito, en tanto era una mujer joven y hermosa, y que podemos contemplar en el Museo del Louvre de Paris.
Disfruten de esta bellísima obra (y de las demás, por supuesto).
Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia.
Mitología.RBA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario