domingo, 1 de enero de 2023

WILLEM KALF.- MAESTRO DEL BODEGÓN.



Se conoce como NATURALEZA MUERTA a la obra de arte que normalmente viene a representar un tema inanimado, siendo éste uno de los más generalizados dentro de lo que es el arte occidental; entre los objetos que aparecen en la naturaleza muerta, también llamada "bodegón" se incluyen plantas, flores, alimentos, especialmente, frutos, así como libros y otros muchos elementos que muestran el mensaje que el pintor quiere transmitir. La naturaleza muerta tuvo una gran difusión en Europa, y sobre todo, en los Países Bajos, durante el siglo XVI, si bien se sabe que también se cultivaba en el Antiguo Egipto, Grecia y Roma.

La técnica que se emplea en este tipo de pintura es libre, si bien el bodegón requiere de un acertado realismo a fin de que las figuras sean reconocibles.





Uno de los grandes maestros del bodegón fue el pintor neerlandés WILLEM KALF, nacido en Róterdam en 1619 y fallecido en Ámsterdam, en 1693. Su familia estaba bien posicionada económicamente, ya que se padre era comerciante textil, lo que le facilitó el acceso a la formación artística, si bien se tienen muchas dudas sobre cómo y de qué forma la llevó a cabo, sí que es cierto que hacia el año 1642 se le sitúa en París, en el distrito de Saint-Germain-des-Prés, lugar frecuentado por numerosos artistas, entre ellos, muchos de origen flamenco, entre los que el bodegón era un tema muy recurrente y con los que Kalf consiguió una gran notoriedad, consiguiendo importantes beneficios económicos.






Entre sus obras más destacadas, bodegones de gran suntuosidad, -pronkstilleven- caracterizados por la representación en ellos de piezas de plata, vidrios y porcelanas, así como alfombras orientales; este nuevo tipo de bodegón adquirió una gran popularidad en Francia, y sus obras sirvieron de precedente para otros muchos artistas.




En puridad, los denominados pronkstilleven se consideran  una forma de pintura de vanitas, ya que transmiten un mensaje o lección moral, pues apuntan a la fugacidad de la vida y el vacío que supone la riqueza, cuando todo acaba en la vida terrenal; es así que las rosas que abundan en esta forma de bodegón aluden a la fugacidad de la belleza terrenal, los relojes de arena la fugacidad del tiempo; en definitiva, son una advertencia o mensaje para el espectador de la necesidad que debe exigirse el ser humano en cuanto a la moderación y la templanza.






Después de sus años en París, Willem Kalf se trasladó a Róterdam y luego a Hoorn; fue en 1685 cuando contrajo matrimonio con Cornelia Pluvier, poetisa y grabadora, con la que tuvo cuatro hijos. Más hasta que se estableció en Ámsterdam no se sabe nada de su actividad artística, y es ya en esta ciudad, centro artístico en el que abundaban pintores y marchantes de arte, cuando se sabe que reanudó su trabajo. No obstante, sus pinturas se vuelven más pequeñas y denotan una mayor calidad artística.




El hecho cierto es que su producción no es muy extensa, ya que gran parte de los últimos años de su vida trabajó como marchante de arte, y tanto es así que su obra quedó mucho tiempo en el olvido, hasta que sus obras fueron restauradas y en 2007 el Museo Boijmans de Róterdam le dedicó toda una extraordinaria exposición con cuarenta y una de sus más extraordinarias pinturas, en lo salones del Museo Suermondt en Aquisgrán.

El legado pictórico de Willem Kalf en el contexto del bodegón o naturaleza muerta nos muestra su extraordinaria habilidad para conseguir efectos de luz, y hacer del pincel pura magia.





Fuentes:
Wikipedia.
https://www.museothyssen.org


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