martes, 20 de julio de 2021
REFLEXIONES.- EL JUEGO DEL AMOR.
EL JUEGO DEL AMOR.
lunes, 19 de julio de 2021
REFLEXIONES.- TONTOS E INTRÉPIDOS.
TONTOS E INTRÉPIDOS.-
EUGÈNE JANSSON.- LOS MÁS HERMOSOS NOCTURNOS SUECOS.
Eugène Fredrik Jansson nació en Estocolmo, el 18 de marzo de 1862 y falleció en Skara, el 15 de junio de 1915; entre una y otra fecha una vida entera dedicada a su gran pasión: la pintura con especial atención a sus deliciosos "nocturnos".
El hecho cierto es que es bastante habitual entre los artistas cultivadores de todo tipo de facetas ser amantes de los viajes, toda vez que esto contribuye no ya solo a su formación, sino también a la visión del mundo que plasma en su obra; en el caso de Eugène Jansson apenas salió de su país natal, si bien ello no le impidió convertirse en uno de los pintores más creativos de su época.
De origen humilde, sus progenitores inculcaron en sus dos hijos Eugène y Adrian el amor por el arte y la música. Es así que estudió en la escuela Tekniska, una importante institución universitaria dedicada a las Bellas Artes, para después ser alumno de la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo.
Sus inicios en la pintura le hacen decantarse por los bodegones, a fin de poder vivir de su vocación, más una vez conseguida cierta estabilidad, dio un cambio radical a su pintura creando maravillosos nocturnos y optando por el empleo del color azul.
Es así que mereció el apelativo de blamalaren (el pintor azul).
Son de una especial belleza sus paisajes que nos muestran diferentes vistas o panoramas de su ciudad Estocolmo, toda vez que su taller se encontraba situado en las alturas de Mariaberget, desde el cual se podía observar todas sus islas, así como sus diferentes extensiones de agua.
Una circunstancia también determinante en su infancia como lo fue su afición hacia la música, también "aparece" en sus cuadros, de ahí el hecho que muchos de ellos son titulados con el nombre de "nocturno", siendo inspirado por su compositor favorito, el gran Chopin.
No obstante, y pese a la belleza de su obras, éstas eran de gran tamaño, amén de que eran consideradas demasiado vanguardistas, lo que le llevó a una situación económica un tanto difícil; fue entonces cuando conoció a uno de los hombres más ricos de Suecia, Ernest Thiel, que se convirtió en su mecenas.
La inquietud que aborda en su temática pictórica se traduce una vez más en un cambio radical, cuando comienza a pintar desnudos masculinos, principalmente, en ejercicios atléticos. Una afición, la del atletismo, que conoció en su adolescencia, a raíz de una enfermedad que le obligó a seguir una estricta disciplina física; es así como Eugène Jansson se convirtió en un auténtico experto en la representación del cuerpo masculino.
Hasta hace escasos años, la crítica y los expertos en artes negaron la relación entre esta última temática escogida por Eugène Janssen y su supuesta homosexualidad; bien es cierto que nunca llegó a casarse y que mantuvo relaciones con uno de los jóvenes modelos. Fue su hermano Adrian -también homosexual- quién destruyó a la muerte de Eugène toda su correspondencia y documentos personales, ya que en Suecia la homosexualidad fue ilegal hasta el año 1944.
La importancia y la belleza de los trabajos de Eugène Jansson no deben verse ensombrecidas por aspectos personales que nunca nadie debe juzgar.
Disfrutad con esta variada y singular obra.
domingo, 18 de julio de 2021
JULIO GONZÁLEZ PELLICER.- FORJADO EN HIERRO.
martes, 13 de julio de 2021
DEBORAH TURBEVILLE.- LA FOTOGRAFÍA COMO ARTE DE VANGUARDIA.
Durante mucho tiempo y desde diferentes sectores artísticos la llamada "FOTOGRAFÍA DE MODA" ha sido considerada como un arte menor. Nada más lejos de la realidad si nos aproximamos a personalidades de la categoría de Helmut Newton o Guy Bourdin, pues con sus fotografías sentíamos el impacto de lo que viene a significar ARTE, con escenas en las que el erotismo o la provocación despertaban no ya solo curiosidad, sino que ofrecieron la oportunidad a muchos artistas para manifestar su forma de entender y plasmar la esencia de la vida, la belleza, a través de diferentes y controvertidos medios.
Este es el caso de una mujer estadounidense, llamada DEBORAH TURBEVILLE, nacida en Boston, Massachusetts, 1932, y fallecida en Manhattan, Nueva York, 2013, cuya obra viene a representar la moda en su estado puro, eso sí, marcada por su especial personalidad, y que la llevó a ser considerada una auténtica revolucionaria de la fotografía como arte de vanguardia.
Es así que la revista The New York Times calificó tanto a Helmut Newton, Guy Bourdin y a DEBORAH TURBEVILLE como auténticos transformadores de lo que hasta ese momento era tradicionalmente considerado simple "fotografía de modas".
Deborah Turbeville fue una niña un tanto diferente, tímida, rehusaba el contacto directo con las personas y prefería mantener cierta distancia incluso con otras niñas y niños de su edad. Con solo 19 años se decidió por marcharse a Nueva York para trabajar en el teatro, aunque terminó por trabajar para la diseñadora Claire McCardell.
Fue precisamente en Nueva York donde inició su actividad dentro del campo de la moda como editora en Harper´s Bazaar con Marvil Israel.
Su vida se desarrollaba entre dos lugares del todo diferentes, Nueva York y México, es más nunca dejaba pasar un años sin viajar a San Petersburgo, fuente de inspiración de su trabajo. Con el tiempo su amor por esta ciudad le valió el que recibiera en 2002 una beca Fullbright con la finalidad de que realizara una serie de conferencias sobre fotografía en la Escuela de Fotografía del Báltico, en Rusia. Asimismo, llegó a ser profesora, en 2005, en el Instituto Smolney.
Dos años después un viaje por diferentes países de Europa le ofreció la oportunidad de captar diferentes y adorables imágenes de personas, lugares, situaciones con la particular visión que ella misma era capaz de captar.
Es de destacar, entre la inmensa obra fotográfica de Deborah Turbeville un encargo por parte de la revista VOGUE, bajo el título "Bathhouse", en 1975, cuyas protagonistas son cinco mujeres que aparecen inmortalizadas en un aseo público, con ropa de baño y en actitudes que nos hacen evocar una singular languidez, con un mensaje estaba más que evidente: una crítica a la desigualdad, representando a la mujer como prisionera.
Pese a que Deborah Turbeville no se consideraba a sí misma como fotógrafa de moda, sí que su vida encontró en este medio de expresión sus inquietudes una forma rotunda de ofrecernos su visión del mundo que la rodeaba, marcada por un delicado y cuidadoso misterio.
Wikipedia.
https://vein.es/la-fotografía.
https://www.vogue.es