Todo lo que guarda estrecha relación con el ser humano ha sido siempre trasladado al mundo del arte, en consecuencia, no es nada extraño conocer de un hecho que afectó a la climatología de nuestro planeta y que fue recogido por la pintura de su época.
El llamado "Mínimo de Maunder" es el nombre que fue dado al período de 1645 a 1715, cuando las manchas solares casi llegaron a desaparecer de la superficie del sol, según crónicas de astrónomos de la época. El nombre que recibe este hecho lo debemos al astrónomo solar E.W. Maunder quien descubrió dicha circunstancia, y es del todo cierto que durante un período de treinta años esta ciencia vino a observar sólo 50 manchas solares, cuando lo normal es que fueran entre 40.000 y 50.000.
El término "Mínimo de Maunder" fue introducido por John A. Eddy, publicado en un artículo de la revista Science.
El "Mínimo de Maunder" coincidió con la parte más fría de la llamada "Pequeña Edad de Hielo", de los siglos XV al XVIII, que afectó a Europa y América del Norte, así como a gran parte del resto de nuestro planeta, registrándose temperaturas muy por debajo de normal en las diferentes estaciones de los años.
Estudios recientes vienen a corrobar el hecho de que el retardo en la rotación del Sol es el causante del llamado "Mínimo de Maunder".
Pues a partir de aquí y después de esta pequeña aclaración sobre un tema que es propio de la astronomía, vamos a relacionar dicha circunstancia con la pintura, pues ha quedado constatado por las obras de diferentes pintores de la época de estas bajas temperaturas y de cómo afectaron a la vida de las gentes de las ciudades y los pueblos.
Dos pintores, uno de ellos español, FRANCISCO COLLANTES, especializado en pinturas de paisajes, plasmó en una de sus obras, que podemos contemplar en el Museo del Prado de Madrid, los efectos climatológicos del "Mínimo de Maunder" en el llamado "Paisaje de invierno con adoración de los pastores".
Francisco Collantes, nacido en Madrid hacia 1599 y fallecido en 1656, fue un pintor barroco, apostó por una pintura, mayormente paisajística, en la que las luces plateadas venían a atemperar el crudo tenebrismo.
La validez de su obra fue reconocida fuera de nuestro país, y es de reseñar que una de sus pinturas formara parte de la colección de Luis XIV, actualmente en el Museo del Louvre (el paisaje con Moisés ante la zarza"), amén de que otras muchas permanecen en colecciones privadas.
Más si hemos de destacar la obra de un pintor que recogió en más de una ocasión escenas en las que se manifestaba esta "pequeña edad de hielo", debemos reseñar a HENDRICK JACOBSZ DUBBELS, nacido en Amsterdam, en 1621 y fallecido en 1707, pintor barroco, especializado en marinas y paisajes invernales, una de cuyas obras "El puerto de Amsterdam en invierno" óleo que se encuentra en el Museo del Prado es toda una evidencia de lo antes indicado.
El puerto de Amsterdan en invierno
Dubbels
Su pintura se caracteriza por la utilización de una gama bien reducida de colores, sobre todo fríos, y horizontes bajos.
Por cierto, según fuentes, el clima llegó a ser tan frío hasta en nuestro país que el río Ebro se heló siete veces.
Dubbels
Hendrick Barentsz
Dubbels
Río Támesis 1677
Alrededor de 1850, el clima del mundo empezó a calentarse de nuevo (probablemente por las incipientes emisiones preindustriales) y puede decirse que la Pequeña Edad de Hielo se acabó a partir de dicho momento.
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Fuentes: Wikipedia.org.
Museo del Prado.
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