AQUELARRE
Quisiera que hablaran
por mí
palabras que saben de
luz, amor y afectos;
que cantaran por voces
de jilgueros,
melodías de salón,
risas de niños,
jugando en la plaza del
pueblo.
Palabras que abundaran
en el amor que por ti
siento,
en el deseo oscuro de tu
sexo
que conoce nuestros
cuerpos.
Mas son las mías
palabras
alimentadas por soledad,
nutrida por desconsuelo.
Proclaman estados de
angustia,
tristeza o desencanto.
Ni rendida a nadie me
entrego,
en tanto no puedo creer
en lo que
ni siquiera sé si
quiero.
No sé si soy yo, en
esencia,
o soy lo que veo,
que mi alrededor deviene
aquelarre de invierno.
Rosa Freyre del Hoyo.
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