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Hoy tomamos como referencia una retrospectiva que el Museo Judío de Nueva York dedica al arquitecto brasileño BURLE MARX (1909-1994), al que se le considera el padre del paisajismo del siglo XX.
Esta singular retrospectiva viajará, posteriormente, a Berlín y Río de Janeiro.
La personalidad de Roberto Burle Marx se complementa con su faceta como pintor, escultor, cantante barítono, diseñador de joyas, escenógrafo, y hasta...cocinero. Y, sobre todo, fue una de las primeras personalidades en denunciar la destrucción del Amazonas, pues era un gran ecologista.
La pasión de Burle Marx por la jardinería la heredó de su madre, pues con tan solo siete años empezó a coleccionar diferentes plantas y descubrió en el Jardín Botánico de Berlín, la existencia de plantas brasileñas que no existían ya.
Si bien su formación le acerca al arte, su estudio de la botánica lo fue de forma totalmente autodidacta.
Fundamental fue para su desarrollo como persona y como profesional el conocimiento que tuvo del arquitecto Oscar Niemeyer, a raíz de su ingreso en la Escola Nacional de Belas Artes de Rio de Janeiro, de la misma manera que también influyeron en su trayectoria Hélio Uchôa o Milton Roberto.
La calidad de sus trabajos le valieron el nombramiento en su país de director del Departamento de Parques y Jardines de Pernambuco.
Jardines en Rio de Janeiro
En su trayectoria es de especial relevancia el estudio que llevó a cabo sobre la vegetación autóctona de Brasil, y es a partir de este momento, cuando es reclamado para realizar los mas variados trabajos.
Su posicionamiento artístico le lleva a comulgar, entre los años 1920 a 1940, con un estilo expresionista, si bien va evolucionando, adentrándose en el cubismo. Hacia 1950 su obra tiene una clara proyección a la abstración, y en base a ésta tendencia, es como sus jardines empiezan a adoptar diferentes colores, sus composiciones están llenas de lírismo, algo que irá creciendo a lo largo de su vida profesional.
Diseño de Jardín
Diferentes diseños
Burle Marx fue un hombre que supo converger con diferentes movimientos artísticos, eso sí, nunca se decantó por uno en concreto, pero acertó eligiendo lo más emblemático de cada uno de ellos, adaptándolo a su propio punto de vista, y dando a su concepto de arte un espíritu fuera de todo convencionalismo.
En su trabajo tiene una marcada tendencia la utilización de especies de plantas de origen brasileño, algo novedoso, pues eran las especies europeas las más demandadas para el diseño de jardines.
Fue tal su dedicación a las especies botánicas de su país, que un total de 45 llevan su nombre. No obstante, uno de los problemas con el que se encontró, que supo solventar, fue el hecho de que al ser sus especies vegetales poco conocidas no tenían demanda, y los viveros no las solicitaban. En base a ello Burle Marx se decantó por crear sus propios invernaderos, consiguiendo maravillosos y espléndidos hábitats.
Uno de sus trabajos mas aplaudidos fue el Aterro de Flamengo, fechado a finales de los años 50 y que está considerado como el mayor jardín urbano de Brasil y uno de los más hermosos y singulares del mundo. Y todo ello, en base a que junto al jardín supo combinar diferentes zonas para ocio y recreo, e igualmente, parques infantiles.
Destacar sus jardines del MAM (Museo de Arte Moderno), el Largo do Machado, los jardines del edificio Petrobrás, los jardines centrales de las Avenida Atlántica. En Brasilia y junto con Oscar Niemeyer llevó a cabo la construcción de los jardines del Palacio de Itamaraty y del Palacio de Justicia, y en Sao Paulo, el Jardín del Parque Guarapiranga.
Aterro de Flamengo
Mas si nos hemos de decantar por una obra emblemática ésta no puede ser otra que el Sitio de Burle, situada en Santo Antonio da Bica, en el que 365.000 metros cuadrados cohabitan mas de 3500 especies de diferentes plantas y en el mismo encontramos gran parte de sus obras de arte adquiridas como coleccionista que fue.
Tanto es así que en el año 1985, Burle donó toda su obra, la pasión de su vida, al Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional, que es objeto de visita por parte del público.
Su casa en San Antonio da Bica
Roberto Burle Marx no solo diseñó bellísimos jardines, sino que nos enseñó el placer por disfrutar de la naturaleza viva, por las mas que diferentes manifestaciones vegetales de su país natal, y por crear, sin destruir la Naturaleza, todo lo contrario, con su colaboración, los más deliciosos espacios al aire libre.
Hasta el año de su fallecimiento, en 1994, su trabajo le llevó a proyectar mas de dos mil jardines públicos y privados en decenas de países, siendo premiado por ello, y dejándonos un legado inconmesurable.
Sus palabras lo resumen todo: "Quisiera que los que vengan después de mí pudiesen, al menos, ver algo que todavía recordase el país fabuloso que es Brasil, desde el punto de vista botánico, dueño de la flora más rica del planeta".
Roberto Burle Marx
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Wikipedia.
Los Jardines de Burle Marx.
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