sábado, 4 de abril de 2020

DESCUBRIENDO "LA FUENTE Q"




Muchas son las preguntas que, a día de hoy, nos seguimos haciendo sobre los CUATRO EVANGELIOS, que forman parte del llamado Nuevo Testamento.
El vocablo evangelio es traducción del griego evaggélion, que significa buen mensaje o buena nueva.  
El hecho cierto es que los citados cuatro textos llevan los nombres de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, si bien son anónimos, recibiendo dichos nombres antes de la mitad del siglo II.


Ninguno de ellos fue escrito en arameo, sino en griego, y es acertado afirmar que fueron traducidos por diferentes seguidores de Jesús.
Los antedichos cuatro evangelios canónicos son los admitidos como "oficiales", y los que no se consideran oficiales, reciben el nombre de "apócrifos". El hecho de que sólo se escogieran a cuatro como oficiales vino determinado por la circunstancia de que sus autores fueron seguidores de Jesús o incluso personas que habían estado en contacto con éstos últimos, amén de ser los más leídos en las iglesias más importantes de ciudades como Roma, Éfeso, Alejandría y Antioquía, amén de que en todos ellos existe un gran contenido que lo hace tener fuente común.




Y de dónde proviene la llamada "FUENTE Q"?
La conocida como FUENTE Q o también "Fuente de los dichos de Jesús" ("Q", de Quelle, en alemán "fuente") se refiere a lo que viene a considerarse como reconstrucción de un supuesto manuscrito, para cuya base toman como referencia los evangelios de Mateo y Lucas, si bien no así el de Marcos.


No existen copias de este manuscrito, más sí que podemos afirmar de su existencia, pues tanto Mateo como Lucas coinciden en el relato de hechos que se desarrollaron en 200 lugares diferentes, máxime cuando la herencia oral no podría hacer posible que tanto uno como otro evangelista coincidieran en la narración de tantos hechos y de forma tan precisa.
Inicialmente designado como La Fuente, la mayor parte de los investigadores que trabajaron en ella eran alemanes de ahí que se decidió por llamarla "Fuente Q" (como ya ha quedado expresado "Quelle", en alemán, "Fuente").



Lo que es la antigua colección de dichos de Jesús fue descubierta hacia la primera mitad del siglo XIX, y desde entonces no ha dejado de estudiarse.
En puridad, su estudio es fascinante para los que trabajan en los orígenes del cristianismo, ya que viene a demostrar el interés de los testimonios más antiguos sobre Jesús, así como su vida y la de sus discípulos.
La hipótesis Q fue formulada en 1900, siendo uno de los fundamentos de la escuela moderna del Evangelio. 


B.H. Streeter nos ofreció su visión de Q, que es la más aceptada, cuyo contenido aparece en el evangelio de Mateo, en Lucas, o en ambos. Existe una teoría llamada de "las dos fuentes", en el sentido de que tanto Mateo como Lucas, habría utilizado datos de Mateo y Q como fuentes.
No obstante, también existen postulados en el sentido de que Q es una pluralidad de fuentes, que viene a reunir algunas escritas y otras orales.


Es un hecho aceptado que la relación entre los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) no sólo se remite a la similitudes en cuanto a los más variados puntos de vista, sino que relatan las mismas historias, en el mismo orden y en muchas ocasiones, hasta con las mismas palabras.
De ello resulta como conclusión que el documento Q tuvo que ser redactado con anterioridad a los Evangelios tanto de Mateo como de Lucas, e incluso, como llegan a postular determinados estudiosos, al de Marcos. Es así que resulta que este documento Q puede situarse entre los años 40 y 50 del primer siglo.

Manuscrito del "Padrenuestro"
más antiguo

Entre los elementos que proceden de la Fuente Q y que sólo lo hacen en los evangelios de Mateo y Lucas se encuentra el Padrenuestro, quizá la oración más importante que viene a definir a las iglesias cristianas. No obstante, Mateo y Lucas difieren del momento en el que Jesús lo enseñó, pues según Mateo, lo fue durante el Sermón de la Montaña, en tanto, Lucas no lo sitúa en ningún momento especial, sino que fue el propio Jesús el que quiso enseñar a orar a uno de sus discípulos.

Los cuatro evangelistas
(Jacob Jordaens)

Si de algo existe coincidencia entre los estudiosos de este documento, es del hecho de que, aún teniendo forma física, se perdió. Eso sí, podría llegar a ser parcialmente reconstituido partiendo de los elementos comunes en los evangelios de Mateo y Lucas (si bien ausentes en Marcos). Ello conllevaría que en el documento Q podríamos encontrar toda una colección de dichos y citas de Jesús, si bien no contaría con escenas de la vida de Jesús, ni su nacimiento, cómo eligió a sus doce discípulos, y tampoco referencias a la crucifixión o resurrección de Jesús.


Quizá con el tiempo y después de amplios estudios, para todos los que la vida de Jesús supone una forma de abarcar las raíces de la iglesia cristiana, este documento, Q, es todo un misterio...

Los cuatro evangelistas
(Peter Paul Rubens)

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Fuentes: 
Wikipedia.
Historia. National Geographic

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