Iliá Repin
Buen día.
Me decanto hoy por la disciplina artística de la pintura, y es curioso, el hecho de que siempre que hablo de arte, añada la calificación de disciplina, circunstancia que considero del todo acertada, desde el punto de vista de que solo a base de trabajo y entrega a lo que una persona tanto desea puede llegarse a obtener resultados apasionantes.
Si bien es cierto que la apreciación por parte del público llega, a veces, tarde, ya fallecido el artista, así el caso de Vincent Van Gogh, y otros muchos.
¡Qué libertad!
La velada
Nuestro protagonista de hoy es ILIÁ YEFÍMOVICH REPIN, considerado como uno de los más importantes artistas rusos del siglo XIX, y exponente de un movimiento artístico, el conocido como Peredvizhniki, o Los Itinerantes al que Iliá Repin se unió en el año 1878, promovido por la Sociedad de Exposiciones Artísticas Itinerantes, cuyos integrantes se rebelaron contra todo el formalismo de lo que fue la tradición rusa, y que propugnaba la Academia Imperial de las Artes.
Niña pescadora
Manzanas y hojas
Iliá Repin (1844-1930) nos ofrece una aportación en base a una obra que se deleita en el realismo, con una mas que singular profundidad psicológica y llamando la atención sobre la existencia de tensiones sociales en el orden imperante.
Iliá era hijo de un militar, y con tan solo trece años empezó a tener contacto con el mundo de la pintura, pues entró como aprendiz, en el taller de un artista de su localidad, que trabajaba los iconos -Iván Bunakov-. Ello no le impide estudiar la técnica del retrato, que dominará espléndidamente, para lo cual se marchó a San Petersburgo, en 1866, ingresando en la Academia Imperial de las Artes.
La resurrección de la hija de Jairo
Gracias a un premio que ganó con una obra maestra, La resurrección de la hija de Jairo, consistente en una medalla y una beca pudo marchar a estudiar a Francia e Italia, donde aprendió mucho de lo que significaba el movimiento
impresionista, y sobre todo, del uso de la luz y del color.
No obstante, su fama a nivel internacional le llegó a virtud de una pintura, Los sirgadores del Volga, no solo por su belleza artística, sino por la denuncia social que en ella hacía de la explotación de las personas.
Los sirgadores del Volga
A partir de 1882 se estableció en San Pertersburgo, con independencia de que realizó numerosos viajes al extranjero.
19 de octubre de 1905
Gopak (danza ucraniana)
La temática de su producción aborda diversas facetas, pues trabajó, con total acierto, el retrato, y sobre todo pinturas con una intensidad psicológica que llaman poderosamente la atención.
Una de ellas es quizás Iván el Terrible y su hijo, un óleo que nos muestra a un padre horrorizado que contempla como su hijo agoniza en sus brazos, después de haberle golpeado en un ataque de furia. Contrasta la expresión del padre con la del hijo, en la que domina la serenidad.
Iván el Terrible y su hijo
Negativa a confesarse
Otro de sus aciertos en su obra fue el hecho de trabajar diferentes temas históricos, a virtud de sus viajes por la región de los cosacos zapórogos. No obstante, en ellas también aboga por ideales como la libertad, la igualdad y la fraternidad.
El retrato lo cultivó fundamentalmente en la madurez de su vida y amén de personas desconocidas, también se sirvió de modelos como el novelista León Tolstoi, el poeta y pintor Tarás Shevchenko y compositores, como Borodin Músorgski y otros muchos.
Retrato del compositor Mijail Glinka
Retrato de León Tolstoi
Retrato del compositor Anton Rubinstein
Curiosamente, Iliá Repin llevó a cabo el diseño de su casa situada al Noroeste de San Petersburgo, la conocida como la finca de Los Penates, que es llamada así en honor a los ídolos romanos que protegían la familia y el hogar, y se dio el caso que tras la Revolución de Octubre, en 1917, la zona en la que se encontraba enclavada la finca en cuestión pasó a ser territorio finlandés.
No lo esperaban
Sirgadores atravesando un vado
Sesión solemne del Consejo de Estado
Evidentemente, las instituciones soviéticas intentaron que Iliá Repin volviera a su tierra natal, pero éste se negó a ello, argumentando que era demasiado viejo para viajar, y dedicó su tiempo a pintar obras de temática, fundamentalmente, religiosa.
Retrato del Zar Nicolás II
Sadkó en el reino subacuático
Tras su fallecimiento, sus restos están enterrados en el jardín de su casa, Los Penates, la cual está considerada parte del Patrimonio de la Humanidad de San Petersburgo, y desde 1940 puede ser visitada como museo.
Retrato de su hija
BUEN DIA A TODOS
Fuentes: Wikipedia.
Historia/ Arte.
Sin duda un pintor genial. Gracias Rosa. Me ha encantado.
ResponderEliminarMe alegro mucho, Gema, a mí también me ha resultado fascinante.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho su pintura, pero sin duda la que mas me ha fascinado es el retrato de Mijaíl Glinka.. Gracias Rosa, por hacernos llegar estos artistas, que, por ejemplo yo, no conocía.
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