martes, 19 de julio de 2016

PEDRO PABLO RUBENS.- EL JARDÍN DEL AMOR


Pedro Pablo Rubens

Buen día.


Hoy nos vamos a detener en una obra específica, la de un artista genial que, en su madurez, hizo un homenaje al amor y a la vida, sirviéndose de una deliciosa escena en la línea de lo que podemos considerar el estilo rococó.


La obra en cuestión es EL JARDÍN DEL AMOR, datada en 1630, y que es un óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de 198 x 283 cm, y que podemos deleitarnos con su visión en el extraordinario Museo del Prado, de Madrid.

EL JARDÍN DEL AMOR




No obstante, antes de empezar con el análisis de la obra, debemos hacer una referencia a la vida de su autor Rubens, quien cuatro años después de la muerte de su primera esposa, contrajo de nuevo matrimonio, y esta vez lo fue con una mujer mucho más joven, tan solo tenía dieciséis años, y era hija de un rico comerciante, quien no puso inconveniente alguno en que desposara con un hombre que tenía 53 años. La joven Hélène Fourment era muy hermosa y aceptó de buen grado la unión. Ambos contrajeron matrimonio el 6 de diciembre de 1630, y ese nuevo estado trajo la alegría y una renovada juventud a Pedro Pablo Rubens, convirtiendo a su nueva esposa, en la mas famosa de sus modelos. Tuvieron cinco hijos, y como prueba de esa felicidad, Rubens produjo dos de sus más emblemáticas obras, El jardín del amor  y La Kermese. 

Hélène Fourment



Es a través de su pincel, como Rubens retrató su felicidad y su enamoramiento por Hélène a base del color y alegría que inundan en ésta su obra, y lo hace presentándola a sus amigos, en una fiesta que se celebra en el campo, concretamente, en los jardines de su palacete, pues podemos observarlo al fondo de la pintura.

Y para ello vamos a centrarnos en la pintura en cuestión, en la que podemos destacar al matrimonio, a la izquierda, ambos abrazados, y significativamente un amorcillo hace las veces de presentación. 
Los amigos de Rubens aparecen todos ellos en una actitud distendida y amable, y se aprecia perfectamente como la armonía resalta en el cuadro. Señoras y caballeros reflejan una gran complicidad, incluso se dan las manos o se abrazan, y podemos destacar los numerosos amorcillos que sobrevuelan toda la escena, dotándola de una gran energía y felicidad.



Si nos centramos en algunas de las partes del lienzo, el tratamiento que recibe el palacete, lleno de luz y color, nos aporta una claridad que pone fondo a la gran alegría y gozo que se asienta en primer plano. 
Los amorcillos que abundan en la obra nos llaman la atención sobre una fuente en la que una estatua viene a representar a una ninfa, que vierte agua de sus pechos, en una alusión por parte del artista de lo que esperaba de su relación con su esposa, gozo y fertilidad.


El paisaje del fondo, en el que abundan los tonos verdes y azules, juega con la claridad y contrasta con el fuerte colorido de la vestimenta de los personajes.
No obstante, hay una imagen que llama poderosamente la atención, el abrazo que Rubens hacia su esposa, rodeándola con su brazo, en tanto su mirada está pletórica y entregada. .
Los personajes que conforman la escena destacan por la riqueza de sus ropajes, por su colorido e incluso por las joyas con las que van engalanadas las señoras, que descansan con una sensación de paz y de felicidad. 
Y una circunstancia curiosa del cuadro es la presencia justo al lado de Rubens y de Hélène, del pintor con su primera esposa, Isabella Brandt, quizás evocando su recuerdo y tratando de hacerle entender que su amor por ella lo fue hasta su fallecimiento. Una hermosísima forma de retratar no solo la felicidad presente, sino la que le fue y que permanece en el recuerdo de quién la gozó.

El matrimonio y uno de sus hijos

En esta deliciosa obra son fundamentales la luz y el color, si bien la iluminación es suave, los colores cálidos se combinan con diferentes tonos que pueden considerarse como fríos o intermedios, lo cual hace que la escena adquiera un total equilibrio.

Esta obra es muestra del periodo más brillante de la carrera de Pedro Pablo Rubens, y es el reflejo del ambiente galante social que se anticipa en el tiempo, pues será en el siglo XVIII cuando este tipo de pintura, cuyo principal exponente es Watteau, adquiera total popularidad. 





BUEN DÍA A TODOS

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Fuentes: Wikipedia
Obras Maestras de la Pintura Universal.


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