Autorretrato
Buen día.
Volvemos de nuevo a tratar el tema de la pintura, y esta vez toma protagonismo una mujer, ARTEMISIA GENTILESCHI, nacida en Roma, en 1593 y fallecida en Nápoles, en 1654, siendo la primera mujer que ingresó en la Academia de Dibujo de Florencia, precisamente en una época en la que la posición de la mujer estaba centrada, exclusivamente, en el hogar, y su labor era exclusivamente la de esposa y madre.
Artemisia era hija del pintor Orazio Gentileschi, a la sazón seguidor de Caravaggio, y sobre el que conocemos una dramática historia que tiene como protagonista a su hija, Artemisia.
En el año 1612, Orazio presentó una demanda ante el Tribunale del Governatore de Roma contra hasta quien había sido su amigo y compañero Agostino Tassi, acusándole de haber violado a su hija Artemisia, así como de robar un cuadro de Judit de gran tamaño.
Orazio era quien enseñaba a su hija el arte de la pintura, toda vez que siempre fue consciente del talento de la joven.
Los hechos que fueron delatados estaban un tanto confusos, pues se llegó a argumentar que el propio padre de Artemisia había aceptado la relación de Tassi con su hija, pensando en que éste se desposaría con ella. Después de un juicio en el que la joven Artemisia sufrió todo tipo de vejaciones, Tassi fue declarado culpable, si bien nunca llegó a cumplir condena.
La famosa obra de Judith decapitando a Holofernes es un óleo sobre lienzo, datado en 1620, con unas dimensiones de 199 x 162,5 cm, y que podemos admirar en la Galleria degli Uffizi, en Florencia, y fue un encargo para Cósimo II de Médici, duque de Toscano, quien impresionado por la rudeza de la escena, lo mantuvo escondido en un lugar del Palacio.
Su autora, ARTEMISIA GENTILESCHI fue una pintora de gran talento y seguidora del estilo de Caravaggio, una mujer de espíritu libre y con una gran personalidad, la cual casó con un pintor florentino del que tuvo cinco hijos, separándose posteriormente, y terminando su vida en Nápoles.´
Además de a Judith, también pintó a otras mujeres célebres como Lucrecia, Cleopatra y María Magdalena.
Según nos relatan las escrituras, Judith era una viuda que vivía en Betulia cuando la ciudad fue asediada por los asirios. Con la ayuda de su criada, Judith planeó en secreto el asesinato del general asirio Holofernes. Para ello, se vistió con sus mejores galas, se puso collares y todo tipo de joyas, y se dirigió al campamento de Holofernes, provista de varios presentes. Holofernes quedó prendado de la belleza de Judith y aprovechando que éste se encontraba del todo bebido, Judith se hizo con su espada y con dos golpes le decapitó. La criada se ocupó de guardar la cabeza en la alforja que portaba las provisiones para llevarla a la ciudad, y mostrarla a los hebreos.
Fue éste un tema preferido por diferentes pintores de la época, entre ellos Caravaggio, del que realizó cuatro versiones.
No obstante, solo Artemisia Gentileschi consiguió mostrarnos el más cruel de todos los horrores, con una infinidad de texturas pictóricas conseguidas mediante la aplicación gradual de veladuras, una tras otra, sobre los más que ricos pigmentos, dándole un tratamiento genial a las luces y sombras.
Curiosamente, Artemisia retrató a Holofernes con el rostro de Agostino Tassi, el hombre que la había violado, y por el que sufrió todo tipo de agravios, cuando solo contaba diecisiete años. Amén de ello su propio rostro fue el que prestó a Judith, que permanece del todo inmutable ante tanto horror, como inmutable es también el gesto de la criada que ayuda a Judith, Agra.
Esta circunstancia tan dolorosa vivida por Artemisia hizo que en sus obras abundaran personajes femeninos que transmiten una gran fuerza y valentía.
En Judith decapitando a Holofernes, la imagen está impregnada de una fuerza dramática extraordinaria, y para ello nos podemos fijar en el color rojo de la sangre, la firmeza con que las manos, tanto de Judith como de la criada cumplen con su misión, el brillo de la espada con la que decapitan a Holofernes, cuyo rostro presenta un aspecto agonizante, invadido por la impotencia.
Nos encontramos ante una gran obra maestra, influenciada por el caravaggismo barroco, que destaca por el efecto de los claroscuros.
Mas detengámonos en observar diferentes detalles de la obra, como es el hecho de que la misma se perfila en función de un triángulo, cuyos vértices son las cabezas de los tres personajes, si bien el personaje principal es Holofernes, del que podemos distinguir todos sus rasgos faciales. En lo referente a las mujeres, su fuerza se hace patente y casi podríamos afirmar que "sale" del cuadro, amén de que la carne de los brazos de las dos mujeres son dos puntos de referencia en cuanto a la fuerza que respira la escena, tanto Judith como su criada Agra, con sus potentes brazos, consiguen someter a Holofernes. Una escena que se desarrolla durante la noche, y que, en consecuencia, nos hace más evidente la opresión del momento, predominando colores como el rojo, el negro y el blanco (el de la sábana que aparece manchada de sangre).
Los rostros de las dos mujeres permanecen impasibles ante el dolor, pues, en cierta medida, Artemisia se identifica con Judith, y pone fin a la vida del que fue su violador, representado en la figura de Holofernes, del que se destaca su boca, entreabierta y sus ojos que se mueven en un intento de conocer a su atacante. Una contundente espada que se sitúa en el centro de la escena completa la misma, poniendo punto y final a tal crueldad.
En Artemisia Gentileschi las mujeres toman un protagonismo especial en sus cuadros, en cierta medida por el hecho de que era a éstas a las que tenía acceso en su vida diaria, si bien las pintó en actitudes fundamentalmente heroicas. Nunca cae en el sentimentalismo, y sus figuras femeninas son eso, mujeres de carne y hueso, que se muestran en una realidad apabullante.
Autorretrato
Sin lugar a dudas, Artemisia Gentileschi fue una de las artistas italianas mas conocidas y valoradas del siglo XVII.
BUEN DÍA A TODOS
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Fuentes:
Las setenta grandes obras de arte de la historia.Blume.
100 Obras maestras de la pintura universal. El Mundo.
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