Antoine Helbert
La llamada "ilustración" en lo que engloba el mundo del arte ha sido definida como "el dibujo, pintura u obra impresa de arte que explica, aclara, ilumina visualmente, representa o simplemente decora un texto escrito, que puede ser de carácter literario o comercial".
Sus orígenes los podemos encontrar, antes de lo que fuera la invención de la escritura, en la pintura rupestre, testimonio queda de ello en Chauvet, Lascaux y Altamira, donde el carbón y el ocre vinieron a servir a nuestros antepasados como decoración o forma de transmisión de todo lo que constituía su mundo. Con el tiempo, la ilustración ha venido gozando de cada vez más popularidad al extenderse, evidentemente gracias a la evolución de la humanidad, a libros, revistas y periódicos, si bien, también son muchos los grandes ilustradores que, a día de hoy, nos ofrecen sus más que singulares habilidades en todo tipo de carteles, anuncios, libros de texto e incluso tarjetas de felicitación.
Más no debemos quedarnos en ese aspecto un tanto frío, como definición, de lo que es la "ilustración", sino que ésta debe de aportarnos una visión, del todo diferente, según el artista, de las más variadas circunstancias, hechos y por qué no, fantasías que habitan nuestra imaginación.
En esta maravillosa parcela del ARTE, con mayúsculas, el ilustrador ANTOINE HELBERT (Colmar, Francia, 1967) nos abre una puerta a un mundo en el que recrea escenarios históricos, a la vez que paisajes imaginarios.
Desde muy joven Antoine Helbert sintió una gran admiración por la Edad Media y posteriormente, por lo que de aportación al mundo del arte supuso la civilización bizantina. Helbert, partiendo de su formación en la Escuela de Artes Decorativas de Estrasburgo, nos introduce en un universo de personajes híbridos, en el que los humanos muestran su faceta más animal, abundando en el empleo de toda clase de detalles y un exultante colorido.
Su pasión por la pintura le valió graduarse con título de "honor", participando no ya sólo de la belleza de la ilustración, sino que también sus pinturas son alabadas, así como la restauración de otras de arte a las que, igualmente, dedica su tiempo.
Es así que no debe de sorprendernos el hecho de que Antoine Helbert haya hecho decorados para la Öpera Nacional del Rin. Asimismo fue seleccionado por la Orquesta Filarmónica de Estrasburgo con la finalidad de trabajar en una serie de estudios sobre la historia del arte destinada a una campaña publicitaria.
La importancia de la creación artística de este gran ilustrador viene a demostrar que la ILUSTRACIÓN no es un arte menor, sino un forma de expresión artística a la altura de lo que es la pintura o la escultura.
Hoy en día, y gracias a las diferentes formas de difusión de todo tipo de manifestación cultural, y por supuesto, a la tecnología, los ilustradores están siendo reconocidos y aplaudidos por toda una mayoría de personas que admiran su trabajo y el mensaje que conlleva su obra, en muchos casos, de denuncia social, política, etc...
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Fuentes: 100 Illustrators. Taschen
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