lunes, 3 de diciembre de 2018

KÄTHE KOLLWITZ.- EL ARTE Y LA DENUNCIA SOCIAL


El arte ha sido y sigue siendo una valiosa forma de expresar cuanto sentimos, desde aquello que nos gusta, a lo que nos puede causar sufrimiento, dolor e incluso repulsa.
Es por ello que determinadas personas han canalizado su dolor a través de esta fórmula, siendo KÄTHE KOLLWITZ una de las mejores traductoras de lo que fue la realidad social de su época.




Käthe Kollwitz nació en Königsberg, por entonces capital de la Prusia oriental en 1867 y falleció en Moritzburg, en 1945. Su vida se desarrolló en un ambiente familiar de gran sencillez, en el que las ideas socialdemócratas marcaron su futuro no sólo personal, sino también como artista.
Su obra abarca la pintura y la escultura y se enmarca dentro de lo que se considera movimiento expresionista.


Siendo aún muy niña demostró un especial talento artístico por lo que su padre la apoyó en todo momento e hizo que su hija estudiara con los mejores maestros.
De esta forma, en 1881 comenzó sus estudios bajo la tutela de Rudolf Mauer, grabador que ejerció en Königsberg, donde recibió clases del pintor Gustav Naujok.
El año de 1885 marca su traslado a Berlín para estudiar en la Künstlerinnenschule (Escuela de arte femenina), sintiéndose muy atraída por el dramatismo de la obra de Max Klinger, que tanto influyó en su posterior trabajo. 


Tras dos años en Berlín, en 1887 se traslada de nuevo a Königsberg produciendo sus primeras obras, supervisada por Emil Neide. Durante 1888 y 1889 perfeccionó su talento en la Künstlerinneschule de Munich, en esta ocasión teniendo como profesor a Ludwing Herterich.
Es a partir de 1889, y establecida en su ciudad natal cuando inicia su propia trayectoria, en su taller.

Autorretrato

La vida de Käthe Kollwitz da un nuevo giro cuando contrae matrimonio con el Dr. Karl Köllwitz, un hombre de gran corazón, que se ocupaba de tratar a enfermos que no podían acceder a una sanidad pagada, para lo que contaba con su esposa quien siempre le acompañaba a en sus visitas.
El matrimonio, establecido en Berlín, en uno de los barrios más pobres, le valió a Käthe para conocer en profundidad todo lo que esconde la miseria social, la pobreza, la enfermedad y la muerte.


Para ello empezó a trabajar más en profundidad que en la pintura, en el dibujo y el grabado, pues gracias a ambas técnicas Käthe expresaba con una mayor facilidad su sensibilidad.
Una de sus series más significativas es la conocida como La revuelta de los tejedores, seis grabados que fueron expuestos en la Gran Exhibición de Arte de Berlín, en 1898 y que le valió no sólo el reconocimiento general de la crítica, sino también el del público.



Su incorporación a la Sezessión de Berlín lo fue en 1898, y es a partir de esta época, entre los años 1901 a 1908 cuando Käthe Kollwitz realiza una serie de viajes que la llevan por distintas ciudades de Europa, entre ellas Roma, Florencia y París. Fue precisamente en esta última ciudad, donde visitó la Academie Julien y conoció al escultor Auguste Rodin, iniciándose a continuación en la escultura.



De su matrimonio nacieron dos hijos, Hans y Peter -éste fallecido en la Primera Guerra Mundial-. Dicha triste circunstancia y toda vez que Käthe era una convencida pacifista la llevaron a manifestarse en múltiples ocasiones contra la guerra.
En 1919 fue nombrada miembro de la Academia Prusiana de las Artes, convirtiéndose en la primera mujer en dicha institución, si bien a raíz de la irrupción en el poder del partido nacionalsocialista, fue forzada a dimitir en 1933.



Su aproximación al socialismo la llevó a viajar a Rusia en 1927, cuya experiencia se convirtió en decepción.
En 1932 y como homenaje a su hijo fallecido vio la luz una obra monumental, el llamado Monumento a los muertos, situado en el cementerio de Essen, en Bélgica. Es ésta un singular obra que nos ofrece la imagen de dos progenitores profundamente afectados por la muerte de su hijo.


Como consecuencia del nazismo, sus obras fueron incluidas en la Exposición de Arte Degenerado, que tuvo lugar en Berlín, en 1937, y para la que se presentaron cerca de 650 obras de distintos artistas, todos ellos considerados hostiles para con el régimen de Hitler. Curiosamente, el régimen nazi organizó otra exposición de arte "oficial", la conocida como Grosse Deutsche Kunstausstellug (Exposición del Gran Arte Alemán), si bien la considerada como "degenerada" recibió la vista de más de dos millones de personas, a la última sólo la visitaron menos de medio millón.¨


Los siguientes años fueron estuvieron marcados por un profundo dolor para Käthe Kollwitz, debido a la continua presión del aparato nazi, la destrucción de su estudio a raíz de los bombardeos y el fallecimiento de su marido, en 1940.
Käthe sobrevivió a su marido cinco años, falleciendo el 22 de abril de 1945.



Käthe Kollwitz está considerada como una de las más grandes artista expresionistas de la Alemania del siglo XX, si bien ello no le impidió ser una mujer tímida, discreta y sobre todo, humilde.



Esa especial sensibilidad de Käthe Kollwitz queda de manifiesto no sólo en su obra artística, sino también en sus Diarios, editados por Hermida Editores y que nos ofrecen una más que acertada visión de esta gran mujer.



Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes



Fuentes: Wikipedia.
www.biografiasyvidas.com
Clio.Historia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario