sábado, 11 de enero de 2020

TORCUATO TASSO.- LA HISTORIA DE UN POETA INCOMPRENDIDO.

Torquato Tasso

Son innumerables las ocasiones en las que se ha mencionado el hecho de que el genio es incomprendido y de que su brillantez tan sólo es reconocida con el tiempo, y muchos los artistas que en las diferentes disciplinas han pasado a la historia no ya sólo por su trabajo, sino por la aureola de misterio que rodeó su vida.


Es así como hoy dedicaremos este pequeño espacio a la vida y la obra del poeta italiano TORCUATO TASSO.
La existencia de Tasso ha quedado inmortalizada más allá de lo que es su obra poética, entre la que destaca "Jerusalén liberada", un poema épico en octavas reales, estructuradas en veinte cantos y cuya temática aborda el asedio a Jerusalén durante la primera de las cruzadas, defendiendo la defensa de la fe cristiana y apoyando la unión de la Cristiandad frente al poder cada vez mayor de lo que era el Imperio otomano.


Nada más acertado que reconocer el dolor y la locura que sufrió este poeta, gracias a la aportación artística de tres grandes: dos escritores y un pintor.
Torcuato Tasso nació en Sorrento, cerca de Nápoles, el 11 de marzo de 1544 y falleció en Roma, el 25 de abril de 1595, siendo su familia de origen noble. Es más, su padre Bernardo Tasso, fue un notable poeta cortesano, al servicio del príncipe de Salerno. 
Fue en Nápoles donde pasó los primeros años de su vida, si bien la muerte prematura de su madre, le obligó a viajar por diversas ciudades italianas, completando sus estudios junto con el hijo del  duque de Urbino, en la ciudad de Pésaro.
De esta forma viajó a Bolonia, Padua, ampliando conocimientos y siempre al servicio de distintos nobles italianos, como fue el cardenal Luis de Este, hermano de Alfonso II,  duque de Ferrara.
Fue en la corte de este último, cuando Torcuato Tasso, a raíz de las críticas que recibió por su obra "Jerusalén liberada", empezó a conocer de la inestabilidad emocional, que bien pudo estar asociada a esquizofrenia, pues a estados de melancolía o postración repentinos, se unían actitudes de ira y de manía persecutoria.


Lo curioso es que fue el propio Torcuato Tasso quien, en 1575, se hizo examinar por el inquisidor de Bolonia, y en 1577 por el de Ferrara, descartando ambos cualquier tipo de enfermedad o trastorno mental. Ante esta situación Tasso huyó de la corte y se refugió en la casa de su hermana en Sorrento.
Tras un tiempo de aislamiento, volvió a la corte, más su desequilibrio mental era todo un hecho, por lo que  el propio duque Alfonso solicitó, en 1579, su ingreso en el Hospital de Santa Ana, donde fue visitado por el escritor Michel de Montaigne, quien hace alusión a Tasso en sus Ensayos.

Montaigne visiting Torquato Tasso
in Prison. François Marius Granet

Hasta el año 1856, Torcuato Tasso permaneció en el antedicho hospital hasta que Vincenzo Gonzaga se ocupó de su traslado a Mantua, un año más tarde y después de una recaída, marchó a Módena, y en 1588, fue huésped de los monjes de Monte Oliveto, en Nápoles.

Torcuato Tasso se retira al convento
de San Onofre en el Janículo
Gabriel Marueta y Aracil

Sus últimos días los vivió en Roma, en el monasterio de San Onefre, en el Janículo, falleciendo el 25 de abril de 1595, siendo sepultado en el monasterio citado.
Amén de su antedicha obra "Jerusalén liberada", destaca "Rinaldo", poema épico en doce cantos, compuesto cuando Tasso tenía sólo 18 años, en el que viene a narrar los amores de un joven llamado Rinaldo por la princesa Clarice; también su drama pastoril "Amintas", en cinco actos, y escrito en endecasílabos y heptasílabos alternados, que fue todo un éxito cuando se estrenó en la corte de Ferrara en 1573, y en el que se nos cuentan los amores del pastor Amintas por una ninfa -Silvia-.




Volviendo al tema inicial por el que he traído a este espacio a TORCUATO TASSO, su historia viene a recordarnos el arquetipo del artista despreciado, tomado por loco y encerrado en una celda, a raíz de su situación mental.
Más la historia de Torcuato Tasso la podemos descubrir a través de una maravillosa pintura, obra de EUGÈNE DELACROIX, titulada Tasso en el manicomio, datada en 1839, óleo sobre lienzo y perteneciente a una colección particular.

Tasso en el Manicomio
Eugéne Delacroix

En esta pintura Delacroix nos presenta a un hombre con mirada ausente, delgado, como podemos observar por su torso desnudo, y cuya iluminación procede de un lateral. Tasso aparece sentado sobre una especie de camastro desvencijado, siendo curioso el detalle de los papeles que aparecen por el suelo, quizás arrojados por el propio Tasso. Al fondo, a la izquierda, tras unos barrotes unos individuos le observan, pero Tasso permanece impasible ante la mirada escrutadora de aquellos.
Delacroix plasmó, de forma más que impresionante, la actitud ante la vida y la naturaleza del poeta, un hombre que pidió expresamente que le examinaran su estado mental y que padecía profundamente a  causa de ello.


No obstante, Delacroix supo de esta historia gracias a un poema de otro gran artista, poeta y escritor, LORD BYRON, quien en 1817, y tras una visita a la ciudad de Ferrara, conoció de la existencia de Tasso y se interesó por el tiempo que este pasó encerrado en el hospital de Santa Ana.
De este hecho nació su poema El lamento de Tasso, escrito en primera persona, en el que el propio Byron se sintió del todo identificado con el genio romántico trágico y desgarrador de Torcuato Tasso, abundando en su terrible existencia.


Más no toda la atracción por Torcuato Tasso acaba aquí sino que el propio CHARLES BAUDELAIRE dedicó dos versiones de un soneto a la pintura de Delacroix, sabiéndose identificado con el genio tachado de loco del poeta. 
Para Baudelaire, la celda en la que transcurrieron tantos días de este insigne poeta no fueron más que una alegoría de los muros que le impedían trascender su propia realidad. 

Torquato Tasso and the two Leonores
Carl Ferdinand Sohn

Y por último, la "fatalidad" tan admirada de Tasso alcanzó a rozar la atención de Goethe, quien le dedicó una obra de teatro, o del mismísimo Frank Liszt, con su composición Tasso, lamento y triunfo.






El hecho cierto es que la inmortalidad de TORCUATO TASSO no responde única y exclusivamente a la fatalidad de su infortunio, a su desgracia personal, sino que la debe a todos aquellos que participaron y sintieron hasta tal punto su miseria y a la vez su grandeza que la quisieron dar a conocer al mundo: Delacroix, Byron, Baudelaire, Goethe, Listz...; nunca un pobre poeta fue tan "elogiado".

Disfrutad de su lectura.

Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes

Fuentes: Wikipedia.
Descubrir el Arte.






1 comentario:

  1. Que admirable como expresas la locura de este pobre incomprendido, es triste ver cómo la locura puede tanto desarollar las habildades humanas como dejar en la triste miseria , saludos

    ResponderEliminar