La excepcional Catedral o Basílica de Santa Cecilia, en la ciudad de Albi, situada en lo que es la zona sur del país galo, a primera vista nos da la impresión que estamos ante una fortaleza y no ante un edificio dedicado al culto religioso, cuya construcción se desarrolló a lo largo de dos siglos, entre 1282 a 1480, siendo comenzada por el obispo y vice-inquisidor de Francia Bernard de Castanet y consagrada por Luis I de Amboise en 1480.
Curiosamente, el contraste entre lo que es su apariencia exterior y la exquisita y excelsa decoración de su interior es lo que más nos llama la atención, en la que es una fortaleza obra maestra del gótico meridional, haciendo de la misma un castillo que sirvió de arma disuasoria para la defensa de la ciudad de Albi. Es más, a diferencia de las típicas catedrales como Notre Dame de París, Chartres o Reims, la catedral de Albi fue construida a base de ladrillo y no con piedra como era lo habitual.
Otro aspecto que distingue esta catedral son sus dimensiones y forma de planta, ya de su longitud es superior a los 110 metros, no obstante lo cual su ancho no supera los 35 metros; sus muros alcanzan los 40 metros y el campanario llega a los 78 metros. Asimismo, resulta del todo singular tener la sensación, al dar una vuelta al edificio, de estar recorriendo una muralla, con sus estrechas y elevadas vidrieras, y la espectacular bóveda que cubre la que es única nave del edificio, lo que permite más espacio para las capillas de los espacios laterales.
Y aún más que viene a destacar la sensación de fortaleza de la basílica es el hecho de que sólo tiene dos puertas, una muy pequeña situada en la zona norte y la principal que se encuentra en el lado sur; ésta última diseño de Dominique de Florence, con un estilo propio del gótico recargado.
En una visita a su interior, y ello con independencia de la solemnidad religiosa, nos sorprenden sus 18.500 metros cuadrados de frescos, que hacen de la Catedral de Santa Cecilia la más grande pintada en Europa, en la que podemos hacer una completa lectura de la Biblia, a tenor de sus bellísimas ilustraciones; es así que no podemos dejar de admirar los colores y sus diferentes y variados motivos geométricos y trampantojos.
Destacar uno de los más bellos órganos de Francia, de estilo clásico francés y que data de 1736, conocido como el órgano Moucherel fue una donación del arzobispo Armand Pierre de la Croix de Castries, en el que llama poderosamente la atención el buffet y su exquisita decoración, con unas dimensiones de 16,40 metros de ancho y 15,30 metros de altura (El buffet de los órganos es la estructura de madera en la que se contienen las cañas y los resortes del órgano en cuestión, y tiene como función la de ocultar y proteger la parte interna del mismo, si bien realiza la función de dirigir y amplificar su sonido y caja de resonancia).
Asimismo, la que fuera antigua sala del tesoro y de los archivos, la caja fuerte, contiene una exquisita variedad en lo que son objetos preciosos que van desde el siglo XIV al XIX, pertenecientes, en su momento, al Chapitre; otro "tesoro" es el facsímil del Mapamundi que se conserva desde el año 1.300 y que es un testimonio único de la historia de la Humanidad.
Y, por supuesto, dejo para el final los bellísimos frescos de la bóveda que destacan por su colorido y su gran tamaño, el color azul que es el famoso "azul de Francia", también se denomina "azul real", cuya composición lo es a base de lapislázuli y óxido de cobre, cuya extraordinaria calidad en materiales hizo posible su conservación.
Una de sus pinturas principales es la conocida con el nombre de El fresco del Juicio Final, una representación del Cielo, la Tierra y el Infierno; se cree que fueron pintores flamencos los que llevaron a cabo tal gigantesco mural entre 1475 y 1480, realizado al temple, con escenas alegóricas como las que hacen referencia a los siete pecados capitales; es de destacar el hecho de que esta catedral es la más pintada en todas las que se encuentras ubicadas en Europa, con el elemento común del colorido y el hecho de que sus autores eran importantes y reconocidos pintores; asimismo, su decoración es todo un lujo, lo que viene a contrastar con su aspecto rudo exterior, con reminiscencia castrense a lo que contribuye una enorme torre a los pies de la iglesia, con una altura que alcanza casi los 80 metros.
Su única nave interior se encuentra dividida en dos por el coro, en cuyo interior se encuentran dos filas con 120 sillas coronadas por pequeños baldaquinos, con un total de 72 angelotes que forman el coro celeste dirigido a Santa Cecilia.
Imposible dejar de realizar una visita esta magnífica obra artística como es la Catedral de Santa Cecilia, en Albi, por lo que os emplazo a que así lo sea en vuestra próxima escapada.
Wikipedia.
https://www.ecured.cu
https://www.albi-tourisme.fr
No hay comentarios:
Publicar un comentario