jueves, 4 de mayo de 2023

GUILLERMO DE OCKHAM.- PRINCIPIO DE ECONOMIA:LA EXPLICACIÓN MÁS SIMPLE ES LA CORRECTA.




GUILLERMO DE OCKHAM fue un filósofo, lógico y teólogo al que se le conoce por ser el máximo representante del denominado "nominalismo", cuyo término proviene del latín "nomen", surgido a raíz de los debates en la filosofía medieval con Roscelino de Compiégne, al que se considera su fundador.

Estas ideas alcanzaron su máximo florecimiento en Guillermo de Ockham así como en la obra de Pedro Abelardo; asimismo, la versión de estas ideas en el caso de estos dos filósofos ha venido también a llamarse "conceptualismo".




Guillermo de Ockham nació en Ockham (de ahí el gentilicio de su nombre) en una pequeña aldea situada en el condado de Surrey, hacia el año 1285.

Siendo muy joven ingresó como novicio en la orden franciscana, la que le envió a estudiar a Oxford, donde permaneció algún tiempo centrándose en las enseñanzas de El Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo, un tratado de teología considerado como fundamental por parte de la Iglesia. El hecho es que las ideas más que avanzadas de Guillermo de Ockham le convirtieron en un personaje objeto de múltiples controversias, por lo que no llegó a ejercer como doctor (magister) y se limitó a ser sencillamente inceptor "el que empieza".




Sus continuas críticas contra el Papado, y sobre todo a los argumentos que esgrimía la autoridad, amén de la radical separación que establece entre razón y fe, vinieron a sentar las bases de la llegada del Renacimiento, y por lo tanto, la denominada Modernidad. Es así que se le considera el último pensador medieval, a la vez que sienta el precedente para las posteriores teorías de Martin Lutero; es más, este último en su libro Charlas de sobremesa alude a Ockham llamándole "mi querido maestro".




Las obras de Ockham no tienen la intención de ofrecernos una teoría general sobre el gobierno de la Iglesia y el Estado, sino que el filósofo viene a poner su interés en las relaciones particulares entre el papa y el emperador, y todo ello en base a que parte de su reivindicación de la libertad de conciencia religiosa e investigadora. A tenor de esto, para Ockham la ley de Cristo es ley de libertad y por eso se opone al absolutismo papal. De este posicionamiento surge su combate con el Papado, por el despotismo y porque considera que hace un mal uso del derecho a la propiedad.

Una de las grandes obras de Guillermo de Ockham es la que obedece al nombre de Summa Logicae, que es un compendio de las dos lógicas, la que se conoce como lógica antigua de los teólogos de Paris y la lógica moderna de Oxford. 




No cabe la menor duda de que Ockham fue un hombre adelantado a su tiempo, estando basado su pensamiento teóricos en dos principios: Filosofía y Teología, o lo que es lo mismo, Razón y Fe. Es Guillermo de Ockham quien introduce el célebre principio de economía de pensamiento, por el que ha sido reconocido; desde lo que es el fondo cognoscitivo concibe un mundo de individuos sin esencia o naturaleza común que los relacione.

Las teorías de Guillermo de Ockham, quien estaba convencido de que la naturaleza tiende a la sencillez, mantienen su vigencia actual. Todo ello se resume en un principio universal de economía: no conviene multiplicar los entes sin necesidad.




De ahí, la reconocida máxima de Ockham, la llamada la navaja de Ockham que opta siempre por una explicación simple o sencilla en términos del menor número de causas o variables. En la actualidad, tanto en el terreno de la filosofía como en el de la ciencia esta máxima sigue estando vigente por su utilidad para la elaboación de hipótesis, así como formular teorías; no obstante, muchos científicos actuales han olvidado quien fue Ockham y su aportación en este sentido, y prefieren hablar del llamado "principio de parsimonia" que, en términos generales, viene a decir: dadas dos hipóresis para explicar un mismo suceso es muy probable que la más sencilla, y no la más compleja, sea la correcta.

"Es inútil hacer con muchas cosas lo que puede conseguirse con pocas"

(Exposición de los ocho libros sobre la Física, p. 83)

Es más que recomendable hacer una alusión a lo que Guillermo de Ockham entiende como buen gobernante, que es aquel que no debe de buscar nunca su propio provecho. Es así que en un gobierno recto y justo, el gobernante deberá siempre garantizar lo que se entiende por bien público. Es así que su único interés debe de residir en representar los intereses de sus súbditos y no los suyos propios. Nada más acertado afirmar el hecho de que un gobernante que olvide el bien común y busque exclusivamente su propio bien, degenerará en un tirano.

Evidentemente, la teoría filosófica de Guillermo de Ockham está más que vigente si contemplamos la actualidad en la que está sumida la situación mundial por lo que respecta a la prioridad  que los gobiernos vienen a dar a su propio beneficio en detrimento del bien común. 







Fuentes:
https://es.wikipedia.org
Muy Sophia. Edición coleccionista



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