Buen día, estimados amigos, hoy vamos a detenermos en disfrutar durante unos momentos de lo que la mitología, a través de la historia, ha venido ofreciendo a la Humanidad, en forma de leyendas e historias que son del todo deliciosas.
Este es el caso de un mito, el de ATALANTA E HIPÓMENES, y del que nos remitimos a la obra de GUIDO RENI, datada en 1612, que podemos admirar en el Museo del Prado, de Madrid.
Guido Reni
Pues bien, esta obra inspirada en las Metamorfosis, del poeta romano Ovidio, representa la mítica carrera entre la veloz Atalanta y el astuto Hipómenes.
Desafiando a todos los que pretendían su amor, Atalanta prometía casarse con el ganador. En la imagen que nos muestra el cuadro, la hermosa cazadora interrumpe su carrera y se agacha para recoger manzanas de oro esparcidas por Hipómenes. Es el irresistible deseo de poseer estas doradas frutas el que hace que Atalanta pierda su prueba y, por tanto, deberá casarse con Hipómenes.
Detalle de Hipómenes
La obras nos ofrece un mas que espléndido movimiento en las figuras, lo cual pone en evidencia una estructura muy estudiada, basada en diagonales entrecruzadas, de una belleza poética del todo singular. Este especial dinamismo desarrollado por Guido Reni ofrece al espectador el desarrollo de una idea de belleza sensual y de total perfección clásica, para lo que emplea técnicas coloristas e ilusionistas.
Detalle de Atalanta recogiendo una manzana
Mas antes conozcamos algo sobre la vida de GUIDO RENI, nacido en Bolonia, en una familia de tradición musical; sus padres eran Danieli Reni y Ginevra de Pozzi. Siendo un niño de tan solo nueve años empezó a trabajar en el taller del boloñes Denys Calvaert, al que también asistieron Albani y Domenichino. También fue aprendiz en el taller de un pintor llamado Ferrantini.
Contando Guido Reni veinte años, sus compañeros de aprendizaje se marcharon a otro taller, llamado Accademia degli Incamminati (Academia de los "recién embarcados" o progresivos), de la que era director Ludovico Carracci. Entre todos ellos constituyeron una Escuela de pintores bajo la dirección de Annibale Carracci, en Roma.
La pintura de Guido Reni es deliciosa por los efectos de luz, y por la gracia de sus figuras.
Detalle del rostro de Atalanta
De la obra que sirve de temática a este post, ATALANTA E HIPÓMENES existen dos ejemplares, ambos son óleos sobre lienzo; uno de ellos lo podemos encontrar, como ya he indicado, en el Museo del Prado de Madrid, y tiene unas medidas de 206 x 297 cm, datado entre los años 1618 y 1619; el otro ejemplar está en el Museo di Capodimonte de Nápoles, y sus medidas son 191 x 264, estando datado entre los años 1620 y 1625.
Detalle de Atalanta con la manzana
Detalles del cuadro
El cuadro que conserva el Museo del Prado tuvo como primer dueño al marqués Giovan Francesco Serra, siendo adquirido en el año 1664 por el virrey de Nápoles para Felipe IV, quien inicialmente lo situó en la galería del cierzo del Alcázar de Madrid, siendo una de las obras que se salvaron del incendio de 1734.
Carlos III, al considerar la obra "lasciva" hizo que fuera trasladada a la casa de Rebeque (el estudio del pintor de cámara Andrés de la Calleja). Pese a que, de forma inconcebible, se pensó en quemarlo, al final se envió a la Real Academia de San Fernando, en 1796, si bien, por su condición de "lascivo", fue ocultado al público.
No fue hasta el año 1827, cuando la obra en cuestión pasó a formar parte del nuevo Museo de Pintura y Escultura (el Prado), mas al ser considerado como "copia", pues se suponía que el original era el que se encontraba en Nápoles, no se le dio la importancia debida y no fue exhibido, en esta ocasión, al ser catalogado como una obra de escaso interés; con ello, fue cedido a la Universidad de Granada.
En el año 1963, un nuevo estudio, llevado a cabo por profesionales, consideró la importancia de la pintura y su condición de original, estableciéndose su cronología.
La historia del mito de Atalanta e Hipómanes es del todo deliciosa, así que paso a narrárosla:
"Un día una osa benevolente encontró una niña recién nacida, llamada Atalanta, al pie de la montaña, que había sido abandonada por su padre por ser mujer.
La osa la crió como a uno de sus hijos y le enseñó a cazar y a recoger miel y bayas. Una vez que creció se convirtió en una seguidora de Diana la cazadora; vivía sola y era muy feliz recorriendo los bosques y los campos inundados de sol.
Apolo apoyaba su modo de vida y le recomendó que no se casara nunca para no perder su identidad.
Sin embargo, siempre vivía rodeada de pretendientes.
Cansada de tener que enfrentar esta situación y para liberarse de ellos organizó un plan. Confiando en su destreza física, los desafió a competir con ella en una carrera; y el que pudiera vencer se casaría con ella, pero el que fuera vencido, perdería la vida.
Estaba segura que con esta condición nadie querría participar, ya que eran suficientemente duras como para desalentar a cualquier candidato, sin embargo, muchos hombres estuvieron dispuestos a perder la vida.
Un día un extranjero, llamado Hipómenes, pasó por esa región y se enteró de la competencia. Se burló de los hombres que participaban, pero en cuanto conoció a la bella Atalanta también quiso arriesgarse para lograr ser su esposo.
Era el nieto de Neptuno, dios del mar, un orgulloso e intrépido caballero que la impresionó por su arrogante presencia.
Atalanta le pidió que se fuera porque temía por la vida de ese gallardo joven que la había conmovido y del que se estaba enamorando.
Sin embargo, a pesar de sus súplicas, él no quiso ceder y con gran pesar tuvo que consentir en competir con él.
Hipómenes le rogó a la diosa Venus que lo ayudara y ésta decidió hacerlo y así tener la oportunidad de castigar a Atalanta por despreciar al amor.
Venus cortó tres manzanas de oro de un árbol sagrado y se las dio al audaz caballero para que se las fuera arrojando a la joven durante la carrera para distraerla y alejarla del camino. Era la única manera de ganarle, porque era mas veloz que el mismo viento.
Las dos primeras manzanas lograron hacer retroceder a Atalanta para recogerlas llegando a estar los dos a la par; pero la tercera manzana era la última oportunidad, por lo tanto Hipómenes trató de lanzarla lo mas lejos posible.
Atalanta se disponía a ignorarla para no perder la carrera, pero en ese momento la decisión de Venus tocó su corazón y le hizo abandonar el camino para recogerla, perdiendo la carrera.
Hipómenes ganó así la competencia gracias a la ayuda de Venus, logrando ser el primero en ganar el premio que le permitía tomar a Atalanta como esposa.
Pero con el afán de ganar la carrera, Hipómenes olvidó agradecerle a Venus el apoyo, quien enfurecida por su falta de agradecimiento, con la ayuda de Diana, la diosa de la Luna, urdió un castigo para la pareja por haberla ignorado.
Cuando ambas diosas les encontraron juntos en el bosque recostados sobre la hierba a la luz de la luna, decidieron convertirlos en animales.
Fue así que esa misma noche sus cuerpos empezaron a experimentar grandes cambios y se transformaron lentamente en dos poderosos leones.
Cuando se despertaron a la madrugada, comenzaron a rugir y no tuvieron mas remedio que salir a cazar para poder subsistir.
A partir de entonces, Atalanta e Hipómenes vivieron juntos para siempre en las profundidades del bosque, convertidos en leones y dominados por la luna"
( El Mito de Atalanta e Hipómenes/La guía de Filosofía).
Guido Reni nos hizo partícipes de un instante de la narración de este mito, en el que las dos figuras aparecen en un paisaje oscurecido, destacando, eso sí, la carnalidad de ambos, muy iluminadas, sobre un fondo oscuro.
Destaca, fundamentalmente el dinamismo que desprenden ambos cuerpos, lo cual lo consigue a base de líneas diagonales, cuyos movimientos nos recuerdan una perfecta coreografía. En ambos personajes se da la circunstancia de que descansan su peso sobre un solo pie; Guido Reni utiliza las líneas de tensión y las direcciones opuestas para ofrecernos una composición del todo abierta.
Y es precisamente esta obra la que nos muestra el enfrentamiento estético entre dos mundos, que simultáneamente, vive la Italia del mil seiscientos, como son el estilo barroco caravaggista y el clasicismo de los Carracci, siendo ésta última la escuela en la que Guido Reni queda enmarcado.
Atalanta e Hipómenes
Museo del Prado
La magia que nos ofrece siempre el arte se ve en este caso enaltecida por la temática escogida por Guido Reni, la mitología. Es gracias a ello Reni nos muestra su talento, sirviéndose de esa mas que significativa estela del claroscuro y del movimiento.
De nuevo, el poder de la manzana.... ¿por qué será?
De nuevo, el poder de la manzana.... ¿por qué será?
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Fuentes:
Descubrir el Arte.
Wikipedia.
El Mito de Atalanta e Hipómenes.La Guía de Filosofía.
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