Buen día, estimados lectores, son muchos los temas que vienen a ocupar un espacio en este blog, preferentemente los relacionados con el arte, más también me gusta tratar otros con connotaciones históricas.
Es por ello que hoy vamos a conocer qué se conoce como "Ordalía" o "Juicios de Dios", consistentes en pruebas llevadas a cabo, preferentemente, durante la Edad Media en Occidente y que se hacían a los acusados de algún delito para probar su inocencia.
Ordalía del agua
Ordalía del hierro candente
El significado etimológico de la palabra "ordalía" nos lleva a la inglesa "ordeal", que se traduce como juicio o dura prueba que una persona debe superar para demostrar su inocencia.
Sus orígenes son remotos y nos remiten a pueblos de la antigüedad, incluso el Código de Hammurabi señala su uso para los antiguos babilónicos, y deben su existencia a la firme creencia de que un Dios benevolente nunca permitiría que una persona inocente fuera declarada culpable y castigada, por lo que ese Dios, pues intervendría, haciéndolo de forma milagrosa.
La ordalía a la que era sometido el acusado podía ser elegida por cualquiera de las partes en litigio, y es así como se llegaba a la conclusión de que se obtenía un juicio del todo justo.
Consistían en pruebas que, mayormente, estaban relacionadas con torturas causadas por el fuego o el agua, por medio de las que se obligaba al acusado a sujetar hierros candentes, introducir sus manos en una hoguera o permanecer largo tiempo bajo el agua. Si la persona en cuestión sobrevivía, pues el juicio de Dios dictaminaba su inocencia, caso contrario, si moría, es porque ese Dios le consideraba culpable de aquello de lo que se le acusaba.
Prueba del agua
Fueron los pueblos germanos quienes después de la invasión de Occidente, popularizaron las llamadas "ordalías", que pasaron a designarse "Juicios de Dios".
A través de la historia, sabemos que los tipos de pruebas se consideraban de dos clases, la llamada vulgar, inventadas por las supersticiones del pueblo, y la canónica, que es la que estrictamente obedece al ante mencionado "juicio de Dios".
Fueron muchos los acusados de delitos quienes desde el siglo X al XIII fueron sometidos a "juicios de Dios", la indicada prueba del hierro candente, y la también conocida como prueba caldaria, para la cual se servían de dos tipos de calderas, una con agua hirviendo y otra con agua fría, y es así como dependiendo de la gravedad del delito, el acusado debía meter bien la mano o el brazo entero en la caldera de agua hirviendo. A continuación se procedía a envolver el miembro con vendas y si al tercer día sanaba, el sujeto en cuestión era inocente, si había gangrena, culpable.
Precisamente, este tipo de prueba fue la que con más frecuencia se llevó a cabo en España, dando lugar a múltiples abusos y falsedades, por lo cual Alfonso VI, en 1072, mandó que sólo se llevara a cabo en la Catedral de León, si bien la pena se siguió aplicando por los distintos fueros locales.
Otra de los "juicios de Dios" que se ejecutaron en nuestro país fue la conocía como prueba del desafío, más la conocida como del pan y del queso nunca se llevó a la práctica.
Sin perjuicio de las antes indicadas, los pueblos germánicos llevaron a la práctica otras variadas y curiosas "ordalías", entre ellas, cabe citar:
- El duelo, o lo que es el juicio por combate, del que el vencedor se consideraba inocente.
- La cruz, en la que tanto acusado como acusador debían mantenerse de pie, frente a una cruz con los brazos extendidos (precisamente, en forma de cruz)y el que antes los bajara era declarado culpable.
- El agua fría, por la que se ataban los pies y las manos del acusado y era arrojado al agua; si se hundía era considerado culpable, si flotaba, inocente.
- El bocado bendito, por la que el acusado debía de ingerir dentro de la iglesia y frente al altar un trozo de pan y un poco de queso, ambos bendecidos previamente. Si el bocado lo ingería sin dificultad (de lo cual podemos presumir su tamaño) era inocente, caso contrario, culpable.
- La hogaza suspendida, prueba curiosa, pues una hogaza de pan, hecha por un diácono con harina y agua bendita se ensartaba en una rama de madera. El sospechoso se tenía que presentar al "juicio de Dios" con dos testigos y la hogaza de pan debía de situarse entre ellos, suspendida. Más si comenzaba a rotar era síntoma de culpabilidad.
-El salterio, que determinaba la culpabilidad del sujeto en función de si el Libro de los Salmos que se utilizaba sujetado por una vara de madera, giraba bien de oeste a este, lo cual indicaba culpabilidad o de este a oeste, inocencia.
- El sangrado, prueba por la que se obligaba a los sospechosos de asesinato a mirar las heridas causadas a sus supuestas víctimas. Si las heridas sangraban, eran declarados culpables.
El combate
Es de mencionar el hecho de que los tribunales de Roma nunca utilizaron la ordalía como medio para impartir justicia y por lo que respecta a los Papas siempre se opusieron a dicha práctica y desde el principio empezaron a tomar las medidas necesarias para que no se llevaran a cabo, algo que no llegó a impedir que se realizaran.
La "ordalía" o el "juicio de Dios" curiosa y singular forma de impartir justicia, basándose en la absurda premisa de que un dios benévolo no podría permitir que un culpable quedara sin castigo....Si bien la historia nos ha venido demostrando con el paso del tiempo que la JUSTICIA no siempre ha hecho honor a su definición y concepto, con o sin intervención de dios alguno.
Blog incorporado al
Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia
Revista Redes.
Enciclopedia católica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario