Reina Cristina de Suecia
Buen día.
Nos dirigimos hoy al Museo del Prado, de Madrid, cuyo vestíbulo de entrada recibe el nombre de Sala de las Musas, pues acoge la colección de estatuas de musas de Cristina de Suecia, la cual está integrada entre las mismas, toda vez que su rostro, esculpido en un taller de restauración romano, fue añadido al cuerpo de la diosa Talía.
Talía
Estás musas están ubicadas en altos pedestales que nos recuerdan a fustes de columnas clásicas, y dan la mejor de las bienvenidas a los visitantes de nuestro maravilloso y emblemático Museo del Prado, haciendo una llamada de atención sobre el hecho de que en el mismo existe una magnífica colección de escultura clásica.
Las conocidas como "Musas de la Reina Cristina de Suecia fueran halladas hacia 1500 en la Villa Adriana de Tívole, donde estaban destinadas a la decoración del escenario del Teatro de la Academia u Odeón. Fueron realizadas hacia finales del reinado de Adriano (año 130 d.C), en talleres romanos que reprodujeron diferentes modelos griegos del siglo II a. C.
La Reina Cristina de Suecia las adquirió y fueron expuestas en su palacio romano.
Clitia
Su llegada a la Colección Real española fue un empeño de la segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, dada la admiración que sentía por esta reina, pues los Farnesio tuvieron la ocasión de acogerla en Italia, en el Palacio Farnese, de Roma. Isabel de Farnesio fue una mujer de un carácter fuerte que se identificaba con la reina sueca, máxime teniendo en cuenta las etapas de largas melancolías en las que se veía sumido su marido y rey Felipe V.
El hecho cierto es que la reina Cristina de Suecia había realizado una función de mecenazgo realmente meritoria en Roma, donde fundó academias, teatros, compró cuadros de los grandes maestros de la pintura y consiguió hacerse con una colección de escultura antigua que ocupaba nada menos que diez salas del palacio Riario.
Euterpe
Tras el fallecimiento de la reina Cristina de Suecia, las esculturas, amén de otras muchas obras de arte, fueron heredadas por su favorito, el cardenal Azzolini, para a continuación ser propiedad de los príncipes Odelcaschi, y su compra fue realizada para que sirviera de adorno en el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, en una operación encubierta, pues los reyes de España, utilizaron testaferros, para no dar a conocer la identidad del verdadero comprador, siendo su competidor en la compra era Luis XIV.
Terpsícore
Fue gracias a las arduas negociaciones del Cardenal Acquaviva, que la colección de esculturas pasó a manos de los reyes de España, por la que pagaron la cantidad de 50.000 escudos. Dentro de esta transacción, aparte de las Musas, llegaron obras como el Grupo de San Ildefonso (Orestes y Pílades), el Fauno del Cabrito, la Venus del Delfín, y otras muchas joyas históricas.
Las Musas fueron restauradas por Ercole Ferrata (1610-1686), recibiendo diferentes atributos y cabezas, a tenor de la identificación que se les dio entonces. Solo la musa Terpsícore fue identificada exactamente. La musa que lleva el retrato de Cristina de Suecia fue convertida en Melpómene, siendo, no obstante, Talía, la musa de la comedia, como nos muestra la máscara cómica; Calíope fue restaurada bajo el nombre de Urania.
Clio
Si bien el Palacio de la Granja sigue conservando alguna pieza de la colección de la reina sueca, entre ella, el busto barroco de Cristina, el resto de piezas pasaron al Prado, junto con el resto de las Colecciones Reales.
Polimnia
Y, por cierto, un detalle que debe ser conocido por todos ¿quiénes eran las musas? Eran hijas de Zeus y de la Memoria (Mnemosine), y en sus orígenes solían cantar juntas con sus bellas voces en el Olimpo, para deleitar a los dioses, e inspirar a los poetas. Solo a partir del siglo II a. C. se comenzó a relacionar a cada una de las musas con un arte determinado. Todas ellas eran objeto de culto en el Museion de la famosa Biblioteca de Alejandría, de donde procede el término actual que conocemos como "Museo".
Sala de las Musas
Un pequeño artículo para el día de hoy, después del último relativo a la pintura rusa, fuera algo extenso, eso sí ello no impide que su contenido sea, igualmente, delicioso. Así lo espero, pues esa es mi mejor intención.
BUEN DÍA A TODOS
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Fuentes: Revista del Arte.Logopress
Museo Nacional del Prado.
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