sábado, 12 de mayo de 2018

MONSU DESIDERIO.- EL PINTOR DE LAS ARQUITECTURAS ONÍRICAS.

MONSU DESIDERIO

Buen día, estimados lectores, todos atraídos por el mundo del arte y de la cultura, en sus más que diferentes y singulares facetas, siendo mucho lo que de ensueño y misterio nos impulsa a contemplar bellas o turbadoras imágenes, tal es la pintura por la que apostó MONSU DESIDERIO, nombre del pintor francés François de Nome, nacido en Metz, sobre 1583 y fallecido en Nápoles, sobre 1644.

François de Nome

Tanto su propia vida como su arte están envueltos en un auténtico misterio, toda vez que con dicha firma -MONSU DESIDERIO- se reunieron obras no sólo de Nome, sino del también pintor Didier Barra, pues ambos realizaron en común algunas pinturas. Más una vez separadas las trayectorias de ambos artistas, Barra destaca por sus pinturas panóramicas, así como vistas de la ciudad de Nápoles, en tanto Nome se decanta por las arquitecturas fantásticas y las ruinas que nos sugieren escenarios oníricos.

Obra de Didier Barra y François Nome

Didier Barra

François de Nome

De Monsu Desiderio se conservan un total, reconocidas, de menos de cien obras, de las que la mitad, en la actualidad se ubican en EE.UU., a excepción de algún que otro cuadro en alguna iglesia napolitana o museo, y los que están en colecciones privadas; no obstante, podemos encontrar cuatro de sus obras en el Museo de Artes Decorativas de París.



Tanto la personalidad como la obra de Monsu Desiderio sólo empezaron a ser conocidas en 1956, a raíz de que viera la luz su acta matrimonial en la que se precisaba su origen lorenés.
Huérfano a temprana edad, se sabe que abandonó su ciudad natal para dirigirse a Roma, en compañía del que fuera pintor flamenco Balthazar Lauwers, a la sazón discípulo de Paul Brill, destacado paisajista. Fue en la ciudad de Roma, donde Monsu Desiderio permaneció durante ocho años, para a continuación trasladarse a Nápoles y trabajar en el taller de un pintor de estandartes, Louis Croys, contrayendo matrimonio con su hija Isabelle.




La complejidad de conocer con exactitud la vida y la obra de Monsu Desiderio radica, en cierta medida, en el hecho de que en Italia, a todo extranjero que llegaba y que hablaba francés, se le llamaba "Monsu", -de Monsieur-, seguido de su nombre, que no del apellido.



François Nome, a la sazón Monsu Desiderio, se inició con los grabados y los pinceles, coincidiendo en su desarrollo como artista con otros de diferentes nacionalidades, entre ellos, Desiderio Barra, y es entonces cuando empieza la colaboración entre ambos.


Si Barra se interesa por la pintura paisajística, apostando por la panóramica, Nome aporta el elemento fantástico, siendo una de las primeras obras nacidas de esta unión artística, la conocida como "La Torre de Babel", un cuadro en gran medida tenebroso, en el que se multiplican los personajes del todo insólitos, llevando al espectador a una sensación de ingravidez y ensueño.

La Torre de Babel

Es así que el trabajo en común de ambos artistas lo llevan a cabo durante un largo periodo de tiempo, combinando, ambos la dosis de genialidad que hace de cada obra una pintura excepcionalmente hermosa.
Con el tiempo, Barra se mantiene en lo que es su inicial pintura panorámica de vistas y paisajes, más Nome evoluciona y su obra va ofreciéndonos pequeños detalles de sus obsesiones, de sus miedos que traduce en arquitecturas del todo irreales.


Pese al trabajo en común de ambos artistas, el tiempo ha venido a demostrarnos que tras MONSU DESIDERIO se esconde la persona de FRANÇOIS NOME, cuya obra libera lo simbólico y la imaginación.
Influenciado por las obras de El Bosco, Brueghel y Cock, François Nome se introduce en delirantes mundos, visiones asombrosas de arquitecturas imaginarias, cuyos personajes son palacios, estatuas, elementos de la naturaleza, como tormentas, e incluso utiliza fuerzas sobrenaturales que le asaltan en su inspiración.


A través de la que es su pintura MONSU DESIDERIO nos habla de la temporalidad de la vida, del sufrimiento y aterrado por lo que presiente y ve, se vuelca en ofrecernos cuadros en los que el miedo dirige sus pinceles. La idea de la muerte está presente en su obra, así como todo lo que suponga destrucción, desaparición o caos.
Nos abre las puertas de un futuro desolador, de una realidad deformada, en el que los seres humanos hemos quedado convertidos en meros paseantes por un mundo en ruinas, o tal vez, esa visión no fuera tal irreal y pudiera ser la percepción de un futuro que los que hoy vivimos ya conocemos.



MONSU DESIDERIO es, en resumidas cuentas, el portador de un "mensaje profético", atemporal e imperecedero, y que, en consecuencia, debe ser entendido no como un anuncio sino como la constatación de una realidad que, una vez, sea "pasado", volverá a ser "presente", y se presumirá irremediablemente "futuro".

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Fuentes: Wikipedia.
Album. Letras-Artes.

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