FRANCISCO SALZILLO: El maestro de la imagineria religiosa

Buen día, amigos lectores, hoy me decido por tocar el tema de la iconografía religiosa, máxime teniendo en cuenta que estamos en pleno ecuador de esta Semana Santa 2014, y con independencia de lo que significa la pertenencia a ésta u otra confesión religiosa, el "post" que os propongo lo es en la medida de conocer la figura y la obra de uno de los mas grandes escultores del barroco español del siglo XVIII.

Francisco Salzillo vio la luz en Murcia, el dia 12 de mayo de 1707, hijo de Nicolas Salzillo, escultor de origen italiano, natural de Capua, quien se desplazó hasta Murcia para trabajar con Nicolás de Bussy y allí conoció y se casó con Isabel Alcaráz con la que tuvo siete hijos, siendo Francisco el segundo de ellos. Es del todo evidente el legado del padre de Salzillo sobre su hijo, pues puso al alcance de éste toda la sensibilidad del mundo artístico napolitano, de maestros de su generación, residentes en Nápoles, de la categoria de Patalano, Fumo y Colombo.

Su educación le llevó a estudiar con los jesuitas y parece ser que entró como novicio con los dominicos, pero la muerte prematura de su padre y mentor hizo que abandonara el convento para trabajar en el taller de su progenitor junto con sus hermanos. Contaba, por entonces, con tan sólo veinte años.

El hecho cierto es que durante toda su vida fue un hombre muy religioso, circunstancia y deseo que queda bien plasmada en su obra.

Prácticamente toda su vida se desarrolla en su ciudad natal, en donde contrae matrimonio con Juana de Vallejo y Taibilla, en 1746, con la que tuvo dos hijos. 

Poco a poco y gracias a su voluntariosa actividad consiguió cada vez más fama, empezando por recibir encargos de otras provincias como Albacete, Almería y Murcia (ciudad ésta en la que después tendría su enclave su particularísimo Museo Salzillo). Fue nombrado Escultor oficial del Concejo de Murcia e inspector de pintura y escultura.

Francisco Salzillo trabajó,única y exclusivamente, la temática religiosa en toda su obra, utilizando para ello la técnica de la madera policromada y confiriéndole un estilo muy personal. Su técnica artística se basó fundamentalmente, en tres parámetros: la herencia de su padre -también escultor-, el conocimiento de la escultura napolitana -su padre era de ascendencia italiana-, y también la influencia del escultor Antonio Dupar.

Virgen del Rosario de la Aurora de Aledo

Sus inicios con la escultura se limitan a terminar obras que su padre, al fallecer, dejó sin terminar.

Los historiadores de la época de la Ilustración llegaron a ensalzar la figura de Salzillo, en base a su escultura, un hombre del todo identificado con el medio cultural y religioso que le rodeaba, y sobre todo, fue alabado y querido por un público sencillo al que conmovía, lo cual hizo de Francisco Salzillo un genio, pero un genio muy querido.

Una bellísima imagen de la Virgen de las Angustias, datada en 1740, de la Iglesia de San Bartolomé, nos ofrece la expresión de dolor de aquélla, en tanto sostiene el cuerpo muerto de Jesús. Este Cristo muerto es el único realizado por el escultor. La escena se complementa con cuatro ángeles.

Virgen de las Angustias, de San Bartolomé

En este periodo de su trayectoria escultórica realiza dos deliciosas esculturas, una de ellas Santa Clara y San Francisco, que se encuentran ubicadas en la Iglesia del Convento de las Capuchinas de Murcia. Los rostros tanto de una como de otro son de una gran espiritualidad y nos llenan de emoción.

Santa Clara y San Francisco

Otras obras escultóricas de Salzillo que merecen una especial consideración son su San Antón, ubicado en la ermita de su propio nombre, San Agustín, del convento de las Agustinas o el medallón de la Virgen de la Leche en la Catedral.

Virgen de la leche

Por supuesto, debemos detenernos en el estudio de los pasos procesionales, que nos muestran una belleza, angustiosa y melancólica, destacando entre ellos Oración en el huerto (1752), La caida (1752), La Verónica (1754), La Dolorosa (1755) y La Cena (1763).

La Oración en el Huerto es uno de los pasos más prestigiosos y queridos por el pueblo de Murcia, desfilando el Viernes Santo. Está compuesto por dos grupos; en un lado, el ángel que sostiene a Cristo, y en otra, los tres apóstoles, San Juan, San Pedro y Santiago.

Nos presenta la imagen de un Cristo arrodillado, cuyo rostro denota una gran melancolía y fatal cansancio. Cada uno de los Apóstoles nos muestra una actitud distinta; así San Juan duerme profundamente, Santiago reposa en posición descuidada y San Pedro, se nos muestra alerta aunque duerme, en tanto sujeta su espada con la mano.

Oración en el Huerto

Otro de los grupos escultóricos procesionales que merece una especial atención por nuestra parte es La última cena, en la que podemos observar la expresión distinta en los rostros de cada uno de los apóstoles.

Detalle de La Santa Cena

Por último, y dentro de los pasos procesionales El Prendimiento es otra de sus obras mas emblemáticas, también los Viernes Santos de cada año, desfila por las calles de Murcia. Nos muestra el momento en que Jesús es prendido en el huerto de Getsemaní. Destaquemos de este conjunto escultórico el espléndido estudio anatómico del brazo de San Pedro y la escena del beso de Judas, que manifiesta temor, en tanto el rostro de Jesus muestra una gran serenidad.

Bellísimo detalle de El Prendimiento

Ahora nos vamos a detener en otro aspecto de la escultura de Francisco Salzillo y es en El Belén que realizó casi al final de su carrera, como encargo de Jesualdo Riquelme, una obra gigantesta en su concepción, pues abarca desde el nacimiento, la primera infancia de Jesus, la anunciación de María, e incluso la degollación de los inocentes. En total 556 figuras utilizando para ello barro cocido, madera, cartón o textiles.

Imágenes de El Belén, de Salzillo

Muchas de las obras de este maestro del barroco español se encuentran ubicadas en el Museo Salzillo, en Murcia, que inició sus andaduras en el siglo XIX, y partió del hecho de que muchos de los turistas que visitaban la ciudad se paraban  en la Iglesia de Jesus, en donde se custodiaban los tan famosos pasos de nuestro escultor. Fue entonces cuando se empezó a hablar de MUSEO, a la pequeña iglesia de planta central, que fue visitada por personalidades célebres como Canalejas, Perez Galdós, Mariano Beinllure o Emilia Pardo Bazán.

Finalizado el siglo XIX, los pasos y la Iglesia de Jesus fueron restaurados, interviniendo en ello los escultores Sanchez Tapia y Sanchez Araciel. Javier Fuentes y Ponte fue el encargado de realizar un informe en el que se contemplara la posibilidad de transformar la iglesia en un Museo, todo ello con la finalidad de que las obras de Salzillo pudieran ser mejor expuestas y visitadas. De la popularidad de este Museo se encargaron también fotógrafos como Clifford, Laurent Roude, Bolarin, Juan Almagro y Belda, de tal forma que la obra de FRANCISCO SALZILLO fue conocida por prácticamente todo aquel interesado en la escultura del barroco español.

En 1960, y gracias a los esfuerzos del historiador Juan Torres Fontes, el Museo Salzillo abrió sus  puertas al público, si bien durante los años setenta se instaló en su frente norte la fachada renacentista del Palacio Riquelme, antes ubicado en la calle Jabonería de Murcia.

Gracias al programa Murcia Restaura, en los años noventa, y al patrocinio de particulares, organismos públicos y la Fundación Cajamurcia se realizó una completa rehabilitación. Fue entonces cuando el Ministerio de cultura se hizo cargo de las pinturas murales del Museo, y ello posibilitó el que grandes exposiciones sobre la obra de Salzillo dieran la vuelta al mundo.

Ya en vida Francisco Salzillo fue considerado por sus contemporáneos como "celebrado escultor de España" y "escultor del mayor crédito de estos reinos". Con su obra se cerraba el mas importante episodio de la escultura barroca española en madera policromada.

Y hasta aquí esta, mi pequeña contribución a lo que es la importancia de la escultura barroca y cuyo principal exponente es FRANCISCO SALZILLO.

BUEN DIA A TODOS Y DISFRUTAD DE ESTA SEMANA SANTA