Muchos somos los que hemos tenido la oportunidad de conocer la mas que bellísima ciudad italiana de Florencia, y cuyo recuerdo lo es del todo permanente en nuestra memoria.
Para todos aquéllos, enamorados del ARTE con mayúsculas, esta ciudad imponente, posee un patrimonio artístico incalculable, es mas, me atrevería a decir que ninguna ciudad en Europa, la consigue igualar. Un dato que nos viene a dar la razón sobre tal afirmación que es son doscientas cincuenta mil las obras de arte conservadas en los distintos museos.
Toda guía de viaje que se precie, nos ofrece la oferta de una Florencia artística, en la que destaca su historia en cada calle, plaza, mercadillo, y por supuesto, en sus mas que numerosos y bellísimos edificios que son una tributo a la mas excelsa de las obras del género humano.
Es mas no nos equivocamos si decimos que un tercio de las veinte o treinta obras, calificadas como mas famosas del mundo, por lo que respecta al aspecto artístico, están en Florencia; así podemos descubrir, la Primavera y el Nacimiento de Venus, de Botticelli, la Anunciación de la Virgen y la Adoración de los Magos, de Leonardo Da Vinci, el David y las Tumbas Mediceas, de Miguel Angel, la Virgen de la silla y la Velata de Rafael.
Detalle del edificio
Mas hoy nos vamos a detener en una biblioteca, la BIBLIOTECA LAURENCIANA, de Miguel Ángel, considerada como una obra de excepcional belleza.
Su fama nos viene avalada por que en ella se conservan cerca de 11.000 manuscritos. Construida en el claustro de la medicea basílica de San Lorenzo, fue patrocinio del Papa Clemente VII, hacia el año 1523 cuando todavía ostentaba el cargo de cardenal -Giulio de Medicis-, con la finalidad de que como biblioteca, imponente, como podréis observar, sirviera para conservar la mas que espléndida colección de libros, manuscritos y textos de su extensa familia.
Si bien hacia el año 1527 los trabajos tuvieron que ser interrumpidos, al igual que los que se llevaban a cabo en la sacristía nueva, como consecuencia de la invasión de las tropas de Carlos I de España y la expulsión de los Médicis de Florencia. El restablecimiento de de éstos en el gobierno en 1530 supuso la continuación de la obra.
En el año 1534, Miguel Angel recibe un nuevo encargo del Papa Clemente VII, consistente en pintar el Juicio Final en el altar de la Capilla Sixtina, por lo que abandonó los trabajos en San Lorenzo. Mas de la continuidad de los mismos se encargaron otros dos grandes genios que hicieron que la Biblioteca Laurenciana siguiera adelante: Bartolomeo Ammannti y Giorgio Vasari.
Fue Cosme I de Médicis, Gran Duque de Toscana, el que se decidió por abrir la Biblioteca al público, en 1571, y eso que aún no estaba completada.
La persona encargada de cuidar de sus fondos fue Angelo Maria Bandini, que lo fue durante cincuenta años, ni mas ni menos y que favoreció con mas que buen criterio la adquisición de libros, y todo tipo de obras que hicieron aumentar el valor de sus fondos, amén de que publicó los primeros catálogos sobre los los mismos.
Sendos detalles del artesonado
Si entramos en lo que es el edificio de la Biblioteca fue diseño de Miguel Angel la sala de lectura y el vestíbulo con la escalinata de acceso.
La biblioteca debía edificarse junto a la iglesia, en el terreno del Convento de San Lorenzo, y es aquí, donde Miguel Angel, con un espíritu del todo revolucionario, renueva el estilo de las bibliotecas cuatrocentistas, partiendo de la abolición de la tripartición en naves con columnas y creando una sala única, iluminada por una luz clara, que recibía por medio de grandes vidrieras, creadas y decoradas siguiendo, igualmente, el criterio de Miguel Angel.
Y desde el punto de vista arquitectónico nos encontramos con numerosas novedades; una de ellas es la inversión de la relación entre lleno y vacío, entre los elementos portantes y los sostenidos. Sus robustas columnas son encajadas en el muro y las paredes empujadas hacia adelante, lo que otorga al espacio un mayor dinamismo, y una sensación de fuerza.
La mas que alabada y bellísima escalera curvada es la que ocupa casi todo el espacio: tanto es así como que los peldaños nos empujan hacia la entrada como si de una cascada se tratara, rodeada por unas exquisitas barandillas laterales que hacia su mitad se abren, produciendo el efecto de que el espacio aparezca aún mas amplio de lo que realmente es, y que es un magnifico manifiesto de la Arquitectura del Manierismo.
Si ascendemos la escalera entramos en la sala de lectura de la biblioteca en la que destaca un enlosado de 15 paneles blancos y rojos de terracota. Curiosamente, este suelo fue descubierto casualmente, en el año 1774, pues una balda, la del escritorio 74 se desprendió. Y como consecuencia de las obras llevadas a cabo para su reparación, apareció a la vista este suelo.
En la actualidad hay habilitadas trampillas para que el público que visite la Biblioteca pueda admirar este pavimento, en el que destacan sus losas cuadradas de 2,6 metros de lado, siguiendo una secuencia basada en los principios básicos de la Geometria.
La colección que alberga la Biblioteca es fascinante, pues en ella encuentran espacio 11.000 manuscritos, 2.000 papiros, 43 ostraka, 566 incunables, 1.681 libros impresos en el siglo XVI, 126.527 libros del siglo XVII a la actualidad y 592 publicaciones especializadas.
Sala de lectura y biblioteca
Sello conmemorativo
El valor de esta maravillosa colección supera a cualquier otra biblioteca del mundo, pues combina su valor filológico con la belleza en la que está ubicada.
Viajar y no conocer Florencia, es como beber y no probar el buen vino, Florencia no solo se conoce, se vive en una única visita, sino que debe de hacerse, sucesivamente, pues cada paso que recorremos por sus calles, por sus mas recónditos lugares, y por su maravillosa colección de todo tipo de arte, nos produce una extraordinaria mezcla de impresiones, en las que predomina la emoción y un sentimiento de arrolladora nostalgia.
Florencia, patrimonio de la Humanidad, no es necesaria declaración oficial.
Viajar y no conocer Florencia, es como beber y no probar el buen vino, Florencia no solo se conoce, se vive en una única visita, sino que debe de hacerse, sucesivamente, pues cada paso que recorremos por sus calles, por sus mas recónditos lugares, y por su maravillosa colección de todo tipo de arte, nos produce una extraordinaria mezcla de impresiones, en las que predomina la emoción y un sentimiento de arrolladora nostalgia.
Florencia, patrimonio de la Humanidad, no es necesaria declaración oficial.
CONOCERLA ES UN SUEÑO
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Fuentes: wikipedia
Florencia. 100 obras maestras. Scala.
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