Buen día.
Hoy nos vamos de cine, porque el cine, indudablemente es un arte, el 7º Arte, y del que conservamos y tenemos magníficos recuerdos, que en muchas ocasiones nos vinculan a determinados momentos de nuestras vidas.
En el mundo del cine, no solo las películas son objeto de admiración, también sus protagonistas, mujeres y hombres que dejaron una huella imborrable, por ser "exclusivamente diferentes".
Un caso, por ejemplo, MARLON BRANDO, del que un día de éstos hablaremos, mucho y bien. Promesa por cumplir.
Mas, toda vez que se cumplen 35 años de su fallecimiento, el 7 de noviembre de 1980, me detengo en compartir con vosotros la personalidad y la filmografía de un actor excepcional, que la muerte nos arrebató, de forma fulminante, con tan solo 50 años. Su nombre STEVE MCQUEEN, y al que siempre se calificó como "The King of Cool".
Fue el suyo un carisma excepcional que trascendió una carrera breve, pero intensa. Su vida privada también la vivió intensamente. Ello y su mas que impresionante físico, le convirtió en todo un "icono" y en un mito del celuloide.
Sirviéndonos de presentación, el propio Steve McQueen habla por sí mismo:
"Seamos sinceros, no soy un gran actor. No tengo un gran abanico de registros. Hay ciertas cosas que soy capaz de hacer, pero cuando soy malo....apesto. Hay algo en mis ojos de perro tristón que convence a la gente que soy mejor de lo que realmente soy".
Y es, sencillamente, con el físico de Steve McQueen, de total actualidad, que su imagen de canalla, su condición de seductor, y esos ojos mortalmente azules, todo en él era puro carisma.
Steve McQueen nació el 24 de marzo de 1930, en Beech Grove, y falleció el 7 de noviembre de 1980, en Ciudad Juarez, México.
Fue la suya una infancia díficil, pues el matrimonio de sus padres se rompió, antes de que Steve naciera, y el chico se crió en una granja en Missouri, con sus tios. Y a ello le siguió una convivencia con una madre que ejercía la prostitución. Steve se convirtió, inevitablemente, en un joven rebelde que pasó algunos años en una escuela-reformatorio, el Boys Republic of California, de donde salió para alistarse en la Marina. Tras licenciarse, se dedicó a todo un poco, pues trabajó como mecánico, vendedor, empleado en una serrería.... En definitiva, la típica vida de una persona que no sabía a ciencia cierta cuál era su objetivo, o ni siquiera, se lo planteaba.
Fue gracias a la influencia de una amiga, que aspiraba a ser actriz, como se matriculó en la Neighborhood Playhouse, ganando a continuación una beca para la Hagen-Herbert Berghof School, y en el año 1955, fue elegido entre 2.000 aspirantes, por Lee Strasberg para su Actor´s Studio (el otro seleccionado fue Martin Landau).
Sus primeros papeles lo fueron en el teatro, y también en algunas series de televisión. En el cine debutó junto a otro grande (de ojos azules) Paul Newman, en "Marcado por el odio".
Su rostro, especialmente atractivo, y un cuerpo que aunque no demasiado alto, si estaba muy bien proporcionado, le valieron que Hollywood pusiera los ojos en su persona. Gracias a ello, protagonizó tres películas que le lanzaron al estrellato; la primera, dirigida por John Sturges, en el año 1959, bajo el título "Cuando hierve la sangre", la segunda, en 1960, "Los Siete Magníficos", y la tercera, "La Gran Evasión".
Fotograma de Los Siete Magníficos
No obstante, su carácter problemático, herencia de su juventud mas que rebelde, se hacía patente en los rodajes, y fueron varios los desacuerdos con Yul Brynner, aparte de sus exigencias con el equipo de grabación.
Mas ello no impidió que la estrella seductora de Steve McQueen brillara con mas fuerza, y así se convirtió en uno de los actores mas cotizados de Hollywood.
Entre sus películas, inolvidables todas, y que os recomiendo, pues como cinéfila empedernida, las he visto todas y mas de una vez, "El Rey del juego" (Norman Jewison, 1965), "Nevada Smith" (Henry Hathaway, 1966), "El Yang-Tsé en llamas" (Robert Wise, 1966) -quizá, mi favorita-, "El caso de Thomas Crown (N. Jewison, 1968) o "Bullit" (Peter Yates, 1968).
Si bien su vida profesional era puro éxito, su vida privada, se iba derrumbando, poco a poco, pues durante su matrimonio con Neile Adams, de la que tuvo dos hijos, y que contrajo en 1956, conoció una vida de excesos, jugando con las drogas, el alcohol y sobre todo, su adicción al riesgo, y a los coches de carreras.
El matrimonio se rompió definitivamente, cuando durante el rodaje de "La huida", de Sam Peckinpan, en 1972, conoció a Linda Evans, que por entonces estaba casada con el productor de cine Robert Evans, y que había sido la protagonista de un film que figura en la mente de todos los enamorados de las películas de amor "Love story".
Con su primera esposa
Su historia de amor fueron seis años de un amor mas que apasionado, durante los cuales Linda Evans, abandonó el cine, por la presión que le hacía Steve en tal sentido.
Linda Evans
Con el amor de su vida y el de ella
Fue su afición a las carreras de coches y al riesgo, la que le llevó a producir una película "Las 24 horas de Le Mans", cuyos beneficios no fueron los esperados, pero en la que Steve McQueen rodó todas y cada una de las escenas de riesgo, pues se negó siempre a ser sustituido por un doble.
De su última etapa son dos películas, la primera "Papillon", en la que compartía papel con un jovencísimo Dustin Hoffman, dirigida en 1973 por Franklin J. Shaffner. Y la archiconocida película, ambientada en el cine de catástrofes, que empezó a cogerle gusto Hollywood, "El coloso en llamas", en 1974, dirigida por John Guillermin, y en la que nuevamente se encontraba con Paul Newman.
Fotograma de "El coloso en llamas"
Su última película la protagonizó el mismo año de su fallecimiento "Cazador a sueldo", dirigida por Buzz Kulik, y fue también el año en el que contrajo matrimonio con una joven modelo Barbara Minty.
Con Barbara Minty, poco antes de su muerte
Steve buscó solución a su enfermedad,en México, mediante remedios naturales, a un cáncer, relacionado con el amianto, contraído durante el tiempo que sirvió en la Marina, pero de nada le sirvió y falleció, prematuramente, con tan solo 50 años.
Esos ojos azules....
Steve McQueen fue un hombre dotado de una energía vital impresionante, con una personalidad marcada por una naturalidad involuntaria, que servía de atracción a los amantes del cine. Era la suya una sonrisa permanente en su rostro, si bien su temperamento colérico, hacía de la suya una personalidad compleja, un actor potente. Y esa potencia se hacía mas evidente en silencio, cuando mas se advertía su presencia.
El crítico de cine Carlos Boyero nos lo recuerda con estas palabras: "Nunca he sabido si McQueen era un gran actor, pero tengo claro que llenaba la pantalla y yo pagaba para verle".
Yo, personalmente, comparto la opinión de Carlos Boyero, y como mujer aún me atrevo a asegurar que hasta el momento ningún actor ha sabido vestir tan bien, unos vaqueros blancos, de la misma forma que conjugar una americana con un jersey de cuello vuelto.
Esa es la esencia del MITO. STEVE MCQUEEN, The King of Cool.
Con este post que se sale un poco de lo que es la tendencia habitual en mi blog, he querido rendir mi pequeño homenaje a este actor, en el 35 aniversario de su fallecimiento, y cuya presencia, entre todos los aficionados al cine, está del todo vigente.
Siempre en el recuerdo, mi querido y adorado, Steve....
ALWAYS...IN MY HEART
BUEN DÍA A TODOS
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Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia.
Fotogramas.
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