FRESA
Sólo yo supe leer en tu
rostro
La melodía ajustada a mi
estado de ánimo
Escuchar de tu silencio
La palabra traducida en
seducción
Dibujando, desde la
distancia,
La fresa de tus labios.
Añoro tanto el olor de
tu piel desnuda
Y aún más el delicioso
proceso de mirarte
Desde una prometedora
distancia,
Al alcance de mi deseo
En la antesala de tu lascivia.
Ignoro el ángulo exacto
de tus largas piernas
(nunca fui bueno en
geometría)
Asegurándome ese placer
infinito
Morir y vivir eran una
misma cosa
En la profundidad de tu
sexo.
Sólo yo supe leer en tu
rostro
El fin de aquel milagro del
carente de fe
Donde mi corazón conserva
una espina
De la rosa que,
abandonada sobre mis manos,
Marchitó la luz de mi
vida.
La fresa de tus labios,
insisto,
La dibujé yo.
Rosa Freyre
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