Buen día, estimados amigos, hace ahora seis años que el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) nos regaló una exposición de un excepcional pintor, maestro del gótico catalán, a la altura de artistas como Masaccio o Filippo Lippi.
BERNAT MARTORELL, del que se sabe que nació en San Celoni (Barcelona), es sin la menor duda el mejor exponente de lo que se conoce como segunda etapa del estilo gótico internacional en Cataluña, que se aproximaba, en gran medida, al estilo flamenco.
Dalmática de San Jordi
(Diseños de Bernat Martorell)
Si bien se dedicó, fundamentalmente, al retablo, destacó en la realización de vidrieras, miniaturas para libros, destacando las del Libre d´Hores -actualmente en el Instituto Municipal de Historia de Barcelona- y muestras para bordados (pintures d´agulla), tradición que por aquella época era muy apreciada.
Libro de las Horas
Es de destacar los dibujos que realizó y que fueron después bordados en hilos de oro y seda en las 16 escenas del Terno de San Jorge, concretamente, en una casulla, una capa y dos dalmáticas, que son conservadas por la Generalitat.
Cruz procesional
(Victoria and Albert Museum)
Bernat Martorell, a la sazón hijo de un carnicero de Sant Celoni, desarrolló su trabajo atendiendo las peticiones de gremios, diferentes corporaciones e incluso, la Iglesia, pero nunca estuvo bajo el patrocinio de reyes.
Durante el siglo XV, y en la capilla del palacio de la Generalitat en Barcelona se podía apreciar la belleza de un excepcional retablo que recreaba la ya conocida lucha de San Jorge y el dragón, datado hacia el año 1434, y es un hecho que fue, precisamente, en el siglo XV cuando la citada institución adoptó a San Jorge como patrón de Cataluña, apoyando la celebración de la fiesta en su honor.
El retablo en cuestión se componía inicialmente de una base sobre la que se apoyaban cinco compartimentos, que al día de hoy, están en diferentes museos, todos ellos decorados con diferentes escenas relativas al santo.
El panel o tabla central - en la actualidad en el Instituto de Arte de Chicago- fue adquirida a mediados del siglo XIX por el industrial estadounidense Charles Deering, a los Rocabruna, barones de Albi, para a continuación donarla al citado Instituto. Las laterales fueron adquiridas por el anticuario Celestino Dupont, vendidas en 1900 a Théophile Belin, y terminaron en 1905 en el Museo del Louvre (París).
No cabe la menor duda de que de las cinco tablas la más destacada es la que fuera la central, es decir, la que recreaba la lucha de San Jorge contra el mítico dragón, en tanto en las cuatro laterales se narran sus martirios y su muerte, y ello con independencia de una tabla dedicada a la Virgen y el Niño (actualmente, en Filadelfia), que se da por supuesto que coronaba el panel central.
La contemplación de la escena que reproduce la tabla central nos asombra en la medida en que asistimos a la lucha del bien contra el mal, San Jorge es quien domina la escena, montado sobre un caballo blanco y provisto de armadura completa, en el momento exacto en que se emplea en levantar la lanza para matar al dragón, cuya expresión del todo amenazante nos hace recaer la mirada en sus dientes, garras y en sus gigantescas alas de murciélago.
A la derecha de la escena podemos observar la presencia de una princesa, en actitud orante sobre la colina en la que se esconde el dragón, y al fondo de la escena, sobre las murallas de un castillo medieval, destacando el balcón presidido por los reyes, diferentes personajes observan la denodada lucha.
De la violencia y el horror provocados por el dragón dan testimonio los huesos de todos aquellos a los que mató y que se distinguen en primer término.
Pese a la violencia de la escena, Martorell acierta en apostar por el blanco del caballo, así como por el rosa y blanco, también, de la joven princesa, especialmente, el detalle del manto, en el que aplicó toques "puntillistas".
El triunfo del bien sobre el mal, destacando por las tonalidades empleadas y por pequeños elementos, como son los cisnes que se pueden observar nadando en el foso y el color empleado para definir el paisaje, nos ofrecen como resultado una composición de indudable belleza.
Bernat Martorell empleó para llevar a cabo su exquisita obra una pasta de yeso, pintada y dorada que por la época de su ejecución era bastante habitual, pero que utilizada por el maestro la convirtió en técnica sumamente original.
(Tres de las cinco tablas que formaban el retablo)
Es la historia del arte la que nos viene a mostrar la categoría de tantos y tantos pintores e ilustradores cuyas obras están custodiadas por instituciones y museos y es obligación de todos el cuidar de ese maravilloso patrimonio, y procurar que sea conocido y divulgado porque forma parte de la esencia de nuestra cultura.
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Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Wikipedia.
www.elpais.com
www.elcuadrodeldia.com.
Historia. National Geographic.
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