martes, 1 de julio de 2014

ANTONIO CÁNOVA: LA EXCELENCIA ARTÍSTICA

ANTONIO CÁNOVA

Buenos días entrañables lectores, después de contactar tan a menudo, me atrevo a consideraros verdaderamente queridos y mas que estimados por el trabajo que realizo en este blog, y por el aprecio que le prestáis.
Hoy, como no podía ser menos, nos vemos frente a la personalidad y el ARTE de un hombre, quien durante durante mucho tiempo fue considerado como el mejor escultor europeo desde Bernini. 
ANTONIO CÁNOVA, nació en Possagno, el 1 de noviembre de 1757, y falleció en Venecia, el 13 de octubre de 1822, su obra abarca tanto la pintura como la escultura, mas fue en esta última disciplina en la que destacó sobremanera.
Su estilo, no cabe la menor duda, que está inspirado en el arte de la Antigua Grecia y sus obras consideradas como auténticos tesoros del arte neoclásico, si bien tuvo una cierta influencia del romanticismo. 
Su estilo no tuvo continuidad en su momento, sin embargo fue considerado como toda una referencia durante el siglo XIX. Mas el auge de las manifestaciones artísticas mas modernas hicieron, en cierta medida, que la obra de ANTONIO CÁNOVA cayera un tanto en el olvido. 
Fue una persona considerada por todos sus contemporáneos como un ser humano excepcional, que además apoyó y ayudó a numerosos artistas jóvenes.
Es por ello, y por su incesante labor pedagógica por lo que fue nombrado director de la Academia de San Lucas, en Roma e inspector general de Antigüedades y Bellas Artes de los Estados Pontificios, amén de ser merecedor de numerosos premios, todo lo cual le valió que el pontífice Pio II le otorgará el título de Marqués de Ischia.

Teseo y el Minotauro

De su infancia nos llegan noticias en el sentido de que quedó huérfano muy pequeño de madre, con tan sólo tres años, por lo que su padre se volvió a casar, y tuvo un hermano de este matrimonio, el abad Giovanni Battista, con el que siempre mantuvo unas relaciones muy cordiales, amén de que fue su albacea.
Su abuelo, también era escultor, y se dio cuenta inmediatamente de las cualidades de su nieto, por lo que su juventud la pasó en talleres de escultura -fijaos que con tan solo nueve años fue construyó dos pequeños altar-relicarios de mármol que aún se conservan-. Fue su abuelo el que empezó por encargarle trabajos que le solicitaban a aquél. La capacidad artística de Antonio Cánova fue prontamente reconocida y con trece años fue discípulo de uno de los mas notables escultores de la época Giuseppe Bernardi. De esta forma entró en contacto con las colecciones de esculturas antiguas, las de la Academia de Venecia y con el coleccionista Filippo Farsetti, gracias al cual pudo conseguir numerosos encargos. 
Mas su protector Bernardi, falleció cuando Antonio Cánova tenía 16 años, y pasó bajo la protección de un sobrino de éste, Giovanni Ferrari. Fue en 1772 cuando se presentó a un concurso con sus famosos Luchadores de la Gallería de los Uffici, por el que consiguió el segundo premio.

Greuges

Damoxenos

La actividad cada vez mas emergente de Antonio Cánova se vio asegurada con los encargos que recibía por parte de su protector, entre ellos, "Orfeo y Eurídice", expuestas en su día en la Plaza de San Marcos, si bien, en la actualidad se encuentran en el Museo del Hermitage, en San Petersburgo. En 1979, concluyó, durante su estancia en Venecia, a "Apolo", que donó a la Academia de dicha ciudad, al ser elegido miembro de la misma. También de esta época, son sus creaciones "Dédalo e Icaro". No hace falta hacer reflexión sobre el vigor que Antonio Cánova insuflaba en su escultura, con esa delicada idealización propia de los clásicos.

APOLO

Pio VII, su protector

A finales de 1779, se traslado a Roma donde realizó una gran labor de aprendizaje y conocimiento, pues entonces Roma era el centro cultural mas importante de toda Europa. Dicho conocimiento lo completó durante su estancia en Venecia, en donde encontró numerosos contactos entre ellos el arqueólogo Gavin Hamilton, los coleccionistas William Hamilton, y el cardenal Alessandro Albani, así como el anticuario Johann Joachim Winckelmann, todos ellos compartían la atracción que Antonio Cánova sentía por el mundo clásico.

Perseo con la cabeza de Medusa

Teseo y el Centauro

Uno de sus encargos mas importantes estaba destinado a la Basílica de San Pedro, un monumento funerario para el papa Clemente XIV, si bien lo combinó con una estatua de Psiquis, y algún que otro proyecto mas. En el cenotafio para el papa Clemente XIII dejó cinco años de su vida, terminándolo en 1792, que le supuso una gran fama entre la comunidad artística de la época.

Monumento Papa Clemente XIV

Monumento funerario papa Clemente XIII

Psique reanimada por el beso del amor

Su magnífica producción se mantuvo durante toda su vida, poniendo en cada encargo todo su esfuerzo y máximo interés por conseguir llevar la expresión de la belleza con toda su fuerza a cada una de sus creaciones. Sus obras, Eros y Psique, en distintas actitudes, Venus y Adonis, Hércules y Licas, y una versión de la Magdalena penitente son muestra de su talento.
Mas tanto trabajo trajo como consecuencia que ANTONIO CÁNOVA enfermara, pues sufrió el hundimiento del esternón, como consecuencia del uso del trépano para realizar esculturas, por lo que por un tiempo se retiró a su ciudad natal Possagno, y allí se dedicó a la pintura. Realizó entonces numerosos viajes que le llevaron por Austria, Alemania y fue precisamente, en la primera donde recibió el encargo de un cenotafio para la arquiduquesa María Cristina, hija de Francisco I, toda una excelencia artística.

Hércules y Licas

Magdalena Penitente

Cenotafio para la Archiduquesa Maria Cristina

Su popularidad llegó a oidos de Napoleón Bonaparte, en París, quien le pidió le retratase a él y a su familia. 

Paulina Bonaparte

Antonio Cánova mantuvo durante toda su vida una actividad frenética, en 10 de agosto de 1802, el papa Pio VII le nombró Inspector General de Antigüedades y Bellas Artes del Vaticano, ocupando dicho cargo hasta su fallecimiento. Ello no sólo implicaba un reconocimiento a su obra, sino también que se le considera capaz de juzgar la calidad artística de muchos de sus contemporáneos. De esta forma decidía también sobre el otorgamiento de becas a aquellos que estaban cualificados para recibirlas y en 1810 fue nombrado presidente de la Academia de San Lucas, la institución considerada artísticamente como la mas importante de toda Italia.
Por esta época realizó un viaje, gran deseado durante mucho tiempo, y cuyo destino era Londres. Su principal objetivo era, por un lado dar las gracias al gobierno británico en la recuperación del expolio italiano confiscado por el emperador francés, y conocer los mármoles de Elgin, una serie de piezas cuyo origen estaban en el Partenon de Atenas, realizadas por Fideas y sus discípulos. Todo ello supuso para Antonio Cánova un maravilloso descubrimiento, el del arte griego, superior en gran medida a otros muchas manifestaciones artísticas. 
Fue tan bien llevada a cabo su labor en Londres, que el papa le otorgó, en 1816, una pensión de 3.000 escudos y su nombre se inscribió en el Libro de Oro del Capitolio con el título de Marques de Ischia.

Helena de Troya

Las tres Gracias

Al final de sus dias, Antonio Cánova empezó a trabajar en un proyecto monumental, representativo de la Religión; en absoluto por ganarse el favor del papa, sino porque era un hombre profundamente religioso. Una empresa demasiado costosa, tanto en esfuerzo como en dinero, mas fue financiada por el propio Antonio Cánova, ejecutada en mármol por deseo de Lord Brownlon y trasladada a Londres. 
Fue entonces cuando Antonio Cánova se decidió por construir un templo en su ciudad natal, donde con el tiempo reposaría su cuerpo, y para ello acudía diariamente supervisando la obra y dando las oportunas instrucciones.

Cenotafio de Antonio Cánova

De esta última etapa de su vida, son algunas de sus obras mas significativas como el conjunto Marte y Venus para la Corona Inglesa, la estatua de Pio Vi, y una Pietá, amén de otra versión de la Magdalena penitente. La última de las obras que pudo terminar fue un busto de su amigo el conde Cicognara.

Marte y Venus

PIO VI

PIETÁ

Cuando en 1822 se trasladó a Nápoles su estado de salud estaba muy afectado, y trasladado a Possagno empeoró. En Venecia falleció, tranquilo y plácidamente, como lo fue su vida

La causa de su fallecimiento fue una necrosia como consecuencia de una obstrucción intestinal. Su funeral constituyó una auténtica procesión de duelo, pues se le rindieron los mas grandes honores. Su cuerpo reposa en Possagno, mas su corazón fue depositado en una urna de pórfido en la Academia de Venecia

Náyade

La figura de ANTONIO CÁNOVA no ha sido lo suficientemente valorada, en términos artísticos, en función de su producción no sólo en cantidad, sino en calidad. Era un hombre tranquilo, sereno, con una fe profunda y provisto de grandes virtudes morales. No tenía gran vida social, aunque siempre fue solicitado para frecuentar los círculos artísticos mas exquisitos, pero para ANTONIO CÁNOVA la única preocupación de su vida era su obra, su trabajo. Jamás contrajo matrimonio, si bien, en dos ocasiones estuvo a punto de hacerlo. Era un gran amigo para con sus amigos, un ser humano afectuoso y dotado de un talento superior. Mas no sólo mostraba interés por la escultura y la pintura, sino también por la lectura, era un gran lector.
Aclamado por los mas grandes de su época, jamás hizo alarde de tales reconocimientos, y además fue un gran coleccionista de piezas arqueológicas clásicas de mármol y terracota. 
Fue precisamente durante la época en la que vivió Cánova cuando se descubrió que los griegos usaban el color en sus estatuas, por lo que Antonio Cánova empezó a experimentar en tal sentido, mas la reacción del público no le acompañó, pues éste prefería el blanco de mármol, asociado a la pureza idealista. Antonio Cánova tenía como costumbre después del pulido final, bañar sus estatuas con acqua di rota -el agua donde eran lavados los instrumentos de trabajo- y a continuación les ponía cera para de esta forma obtener el color suave de la piel. Su acabado fino y delicado, era del todo inusual en su época.

Venús Itálica

Termino este post, bastante extenso, por cierto, mas la magnitud y calidad de la obra de ANTONIO CANOVA lo exigía, con las palabras que causó en el poeta Ugo Foscolo,la visión de la Venus Italica, la cual fue creada por Cánova para sustituir a la Venus de Médici que fue confiscada por los franceses en 1802:

"He visitado y revisado y me he apasionado, y besado -pero que nadie lo sepa- Por una vez acariciaba esta nueva Venus.... adornada con todas las gracias que transpiran un no se qué de la tierra, pero conmueven con mas facilidad el corazón, transformado en arcilla...
Cuando ví a este divinidad de Cánova, me senté a su lado con cierto respeto, pero encontrándome un momento a solas con ella, suspiré mil deseos, y con mil recuerdos del alma; en definitiva, si la Venus de Medici es una diosa bellísima, esta que miro y vuelvo a mirar de nuevo es una mujer bellísima; aquella me hace esperar el paraiso fuera de este mundo, pero esta me acerca al paraiso incluso en este valle de lágrimas" (15 de octubre de 1812).


Bellísimas las palabras de Ugo Foscolo para un legado sin precedentes
como el de ANTONIO CANOVA

BUEN DIA A TODOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario