Buen día a todos mis mas que estimados amigos, entro de lleno en el tema que me he propuesto desarrollar para hoy, pues hacía bastante tiempo que la fotografía, como disciplina artística que también debe ser considerada, no se paseaba por estos espacios.
Y para ello tomo como referencia, la exposición que la Fundación MAPFRE ha inaugurado en su nueva sala de exposiciones, situada en la calle Bárbara de Braganza, 13, esquina con el Paseo de Recoletos, y frente a la Biblioteca Nacional, en Madrid.
La función de mecenazgo que durante muchos siglos fue llevada a cabo por reyes, papas y grandes aristócratas la ha asumido hoy, en gran parte, FUNDACIONES que distintas instituciones han puesto al servicio de la cultura y del conocimiento. Este es el caso de la FUNDACIÓN MAPFRE, a la que por dicho motivo debemos estarles agradecidos.
La inauguración de este nuevo espacio lo ha sido con una protagonista de excepción, la fotógrafa británica VANESSA WINSHIP. Para ello nos hace un recorrido por las diferentes series de fotos que ha ido realizando a lo largo de su vida, desde las que dedicó a los Balcanes a las mas actuales, realizadas, por cierto, en Almería, en 2014, producida por la indicada Fundación, que se exponen por vez primera, y todo ello en una muestra que abarca 188 fotografías.
VANESSA WINSHIP (Barton-upon-Humber, Reino Unido, 1960) es dueña de una mirada fotográfica como pocos pueden ofrecernos: sus temas nos hacen especial intencionalidad en la condición humana, en la inestabilidad y la oscuridad de un pasado que es mas que reciente, en el desarraigo y las minorías.
Vanessa y su obra
Su obra ha sido objeto de continuo reconocimiento, pues ha conseguido por dos veces el World Press Photo (1998 y 2008), una el Sony World Photography (2008), otra el Descubrimiento de PhotoEspaña (2010), y una el Cartier-Bresson (2011).
La retrospectiva que se presenta en Madrid, que es la primera que recoge todas sus series, en la historia de su obra, contiene la última de ellas, el asolador aspecto del paisaje de Almería, destrozado como consecuencia de la agricultura intensiva de los invernaderos.
Sin título, Serie Almería
Desde principios de los años noventa, VANESSA WINSHIP ha ejercido su labor como fotógrafo en zonas en las que la inestabilidad social, política, económica han dejado una profunda huella, no solo en el aspecto físico de los territorios y de las fronteras, sino en el de sus habitantes, a los que sus identidades les ha sido arrebatada como consecuencia de conflictos e intereses que han llevado a guerras, bajo el liderazgo de las grandes potencias.
Es así que entre 1999 y 2003, durante el conflicto bélico de la ex-Yugoslavia, Vanessa Winship se recorrió las diferentes regiones asoladas por este suceso, así pudo captar incontables imágenes en las regiones de Albania, Serbia, Kosovo y Atenas, y ello le ofreció la posibilidad de producir su serie Imagined States and Desires, A Balkan Journey.
Posteriormente, se desplazó a la zona del Mar Negro y durante los ocho años siguientes su objetivo fue captando todo aquéllo que su experiencia como fotógrafa sabía que sería motivo de llamada de atención: Turquía, Georgia, Rusia, Ucrania, Rumania y Bulgaria, la cual tuvo como recompensa una de sus series mas conocidas Black Sea: Between Chronicle and Fiction.
A continuación os propongo contemplar y estudiar la obra de esta magnífica fotógrafa, con algunas de sus imágenes mas impactantes.
Es en enero de 2014, cuando Vanessa Winship, teniendo como inspiración una obra literaria de Juan Goytisolo, "Campos de Nijar" se traslada a España, y concretamente a Almería, donde su cámara se detiene, especialmente, en las formas geológicas de las costas del Cabo de Gata, y poniendo especial énfasis en la terrible devastación paisajística provocada por la producción agrícola masiva de los invernaderos.
La fotografía de Vanessa Winship no se detiene única y exclusivamente en los espacios, en los territorios, sino que alcanza, de manera absorbente a las personas, de tal forma que éstas pasan a formar parte íntegra de aquellos. Sus miradas fijas y sus rostros que nos miran sin forzar expresión alguna, pero manteniendo una eterna pregunta nos hacen plantearnos la capacidad del ser humano para reconstruir, aunque sea mediante una imagen fotográfica, todo un paisaje y un mundo anterior al que se remite la fotografía, nos lleva más allá, donde estuvo lo que ahora ya no es y nos invita a contemplar las consecuencias de la devastación que el ser humano es capaz de producir con su sola intención de conseguir diferentes propósitos.
Una foto no podrá nunca entenderse sin la historia que la precede y no podrá jamas resolver la situación que plantea, sin la voluntad de todos aquellos que destruyeron lo que la naturaleza creó por si misma para deleite y buen uso (?) de la Humanidad.
Con esta exposición de Vanessa Winship acerquémonos al mundo roto, al que ha entrado en colisión consigo mismo, y con quienes le habitan, porque, en definitiva, la eclosión nos llega a todos en forma de sentimientos intensos y, en muchos casos, decisorios.
Vulnerabilidad, inestabilidad, inseguridad, ese es el mensaje de Vanessa Winship, nuestro objetivo, y no me refiero al de la cámara, es evitar que se sigan produciendo que llegan a tales extremos.
SIEMPRE HAY UN CAMINO DE VUELTA
BUEN DIA A TODOS
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