domingo, 23 de julio de 2017

LA CAPILLA DE LOS SCROVEGNI.- ESPLENDOR EN PADUA.



Buen día.

Nos desplazamos hoy a la deliciosa ciudad de Padua, en Italia, para darnos un alección de arte, mediante la visita y contemplación de los frescos que alberga la conocida como CAPILLA DE LOS SCROVEGNI, también Capilla de la Arena, en la que Giotto di Bondone llevó a cabo la realización de una de las obras cumbres del arte occidental.



El edificio en el que se encuentra ubicada la capilla, dedicada a Santa María de la Caridad, fue construido en ladrillo, siendo la suya una planta rectangular y estando cubierta por una bóveda de cañón. Si observamos su exterior, la construcción ha sido modificada en diferentes ocasiones a lo largo de su historia, a base de la utilización de contrafuertes vistos y de tejados a dos aguas.




Su construcción la debemos al hijo de un rico y poderoso usurero, Enrico Scrovegni, entre los años 1303 y 1305, con la finalidad de purgar, en cierta medida, los pecados de su progenitor.
Tuvo como finalidad el servir de reposo definitivo de Enrico Scrovegni, fallecido en 1936, y que se encuentra enterrado en un sarcófago detrás del altar.
La capilla pasó a ser propiedad de la ciudad de Padua en 1880, procediendo a su restauración, si bien inicialmente se encontraba conectada mediante una puerta lateral con el palacio de la familia Scrovegni, actualmente desaparecido y en cuyo espacio se sitúa un jardín, precisamente delante del edificio, joya de la historia.





Si nos adentramos en la capilla su decoración mural es una de las más importantes aportaciones al arte de Giotto, que finalizó la misma hacia el año 1305 o 1306.
Es de destacar la disposición en tres bandas horizontales superpuestas de los frescos, estando constituídas, a su vez, cada una de ellas de seis recuadros sucesivos, lo que suma un total de 36 cuadros, y cuya lectura narrativa lo es de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.





Es así que en la que es la banda superior del muro situado a la izquierda, se nos hace un relato de la vida de los padres de la virgen María, San Joaquín y Santa Ana, para continuar, en el muro de enfrente con diferentes episodios de lo que es la historia de aquélla. 
Retomando el contenido del muro izquierdo observamos distintos episodios que parten del nacimiento e infancia de Jesús, entre otros, la huida a Egipto.
Volviendo al lado opuesto se desarrollan variadas escenas como el bautismo en el Jordán, el milagro de las bodas de Caná, la resurrección de Lázaro, la entrada en Jerusalen y la expulsión de los mercaderes del templo.



En las correspondientes bandas inferiores asistimos a la narración de la Pasión, la lamentación sobre Cristo muerto y la Resurrección de ése.
En el último de los 36 cuadros se puede observar el milagro de Pentecostés, y lo que es el inicio de la actividad de la Iglesia en la tierra.





Desde el punto de vista de la inspiración sobre la iconografía Giotto se sirvió de El Nuevo Testamento, amén de diversas informaciones apócrifas, entre ellas las de Jacobo de la Vorágine, que se refieren a la vida de los padres de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana, así como el conocido como Protoevangelio, de Santiago.




Con independencia de los distintos episodios ya narrados, existen otros que se sitúan en forma de pintura sobre el arco triunfal de acceso al ábside que hace alusión a la Anunciación de la virgen, en tanto en su pared opuesta, vemos representado el Juicio Final.


Y por último, y en lo que son las bandas inferiores, Giotto se sirvió de la representación de las 14 alegorías de Vicios y Virtudes, estando ubicados los primeros en el muro izquierdo, en tanto que las Virtudes lo están en el derecho.
El contenido de los Vicios alude a los pecadores que son condenados al infierno, y la Virtudes están identificadas con los bienaventurados.
En resumen, Giotto, siguiendo la tradición de los postulados de la Iglesia nos reafirma en el hecho de que los vicios nos llevan a la condenación eterna, en tanto las virtudes, nos salvan.
Un cielo estrellado aparece sostenido por falsos mármoles pintados, ofreciendo una visión infinita de una naturaleza pintada.



Giotto di Bondone terminó esta deliciosa obra cuando aún era joven, contando sólo con cuarenta años, legándonos una maravillosa obra de arte que facilmente podemos comparar con la Capilla Sixtina de Miguel Àngel, evidentemente manteniendo las correspondientes diferencias de estilos.

Disfruten de este emblemático lugar.




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Fuentes: Wikipedia.
www.italia.it/es.

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