viernes, 11 de mayo de 2018

GEOFFREY CHAUCER.- LOS CUENTOS DE CANTERBURY

Geoffrey Chaucer

Buen día, estimados lectores, y como de eso se trata, de leer, hoy dedicamos este pequeño espacio a conocer un poco sobre la vida de GEOFFREY CHAUCER, quien junto con William Shakespeare, es una de las figuras más representativas y brillantes de la literatura inglesa, y por supuesto, universal.
De todos los libros de Geoffrey Chaucer, sin lugar a dudas, el que es más conocido y que viene a hacer un retrato de toda una época y sociedad, es LOS CUENTOS DE CANTERBURY, cuya lectura nos ofrece una visión, siempre actual de la esencia del hombre y del mundo en el que habita.


Geoffrey Chaucer nació en Londres, sobre 1343 y falleció, también en Londres, hacia 1400. 
Su padre era proveedor de vinos de la corte, y el joven Geoffrey se formó en la escuela de gramática latina de la catedral de San Pablo, estudiando leyes en el Inns of Court. 
En su juventud fue paje de la condesa del Ulster y escudero de Eduardo III de Inglaterra.
Su cercanía a la corte le ayudó a conseguir contraer matrimonio con una dama de compañía de la reina, en 1366, llamada Philippa Roet.
Con independencia de lo que es su condición de escritor, Chaucer se empleó como interventor de aduanas en el puerto de Londres, pasando después a ser juez de paz en Kent, parlamentario y también se encargó de los jardines y palacios reales. Atendiendo a peticiones de la corte, llevó a cabo numerosos viajes al reino de Navarra, por Francia e Italia, y precisamente, gracias a su estancia en Italia, conoció la obra de Dante, Petrarca y Boccaccio.
Su vida terminó en una casa cercana a la Abadía de Westminster, en donde fue enterrado.




La obra de Chaucer abarca desde la traducción de otras, como la del conocido Roman de la rose, de la que apenas se conservan algunos fragmentos, a la propia, siendo la primera de sus obras el Libro de la duquesa, hacia 1374, escrita en tono elegíaco y que dedicó al que fuera su protector, Juan de Gante, a raíz de la muerte de la primera esposa de éste, Blanche.
Durante su estancia en Italia, concretamente, en Génova, hacia 1372, y por motivos relacionados con su profesión, se interesó profundamente por la literatura italiana, fruto de ello fueron sus poemas La casa de la Fama -1380- y El parlamento de las aves -1382..
Otra de sus obras también de influencia italiana es la llamada Troilo y Crésida, que es un extenso poema de ocho mil versos, cuya temática está relacionada con el amor y teniendo como escenario la guerra de Troya. Poco después, escribió La leyenda de las mujeres virtuosas -1386- obra que no llegó a terminar.




Más, sin lugar a dudas, la obra más conocida y reconocida de Geoffrey Chaucer es LOS CUENTOS DE CANTERBURY, que es un compendio de diferentes relatos y que bebe de las fuentes de El decamerón, escrito entre los años 1386 a 1400.
En todos y cada uno de los cuentos que integran este libro, Chaucer nos hace un análisis más que preciso no sólo de la sociedad de su época, sino de las personas y las conductas humanas, sirviéndose de un estilo vivo y con un gran sentido del humor, en muchos casos sarcástico.


Sin lugar a dudas, está considerada como la mejor obra de la Edad Media en Inglaterra, contribuyendo a la popularización del inglés como lengua vernácula en la literatura.


Para el punto de partida de los diferentes relatos, Chaucer se sirve de una serie de personajes de diferentes clases sociales, en peregrinación a la catedral de Canterbury, en la que se encuentra la tumba de Santo Tomás Becket.
La peregrinación en sí misma es sólo una excusa de que se sirve Chaucer para que los lectores asistan a las distintas narraciones que hacen los personajes, guiados por una inicial apuesta del dueño del mesón, desde el que se inicia el viaje, haciéndolo más ameno y que garantizará al ganador del mejor de los relatos, al regreso, una suculenta cena que pagarán entre los demás.




Chaucer apostó, inicialmente, por cuatro cuentos por cada uno de los treinta peregrinos, que habrían hecho un total de 120 cuentos; más no contó con la temporalidad de la vida, y sólo pudo llegar a escribir 24 narraciones todas ellas igual de sugerentes y que abarcan temas tan distintos como la codicia, la lujuria, el amor, el perdón o la venganza; en definitiva, historias del todo atemporales.

Vidriera de la Catedral de Canterbury

Y una de las características más significativas de estas singulares historias y que redundan en su vigencia y modernidad son los recursos narrativos que emplea su autor, con tramas que se entrecruzan, recurriendo a elipses y acotaciones, e incluso, dando vida a cuentos dentro de cuentos, que forman parte de la historia central.



Es así como podemos deleitarnos con diferentes historias, que Chaucer nos clasifica en función de la profesión o trabajo al que se dedica quien lo relata: El cuento del caballero, del molinero, del alguacil, del cocinero, del magistrado, de la esposa (o comadre) de Bath, del fraile, del convocante, del erudito, del mercader, del escudero, del terrateniente, del médico, del bulero, del marino, de la priora, de Sir Thopas, de Melibeo, del monje, del capellán de monjas, de la segunda monja, del criado del canónigo, del ecónomo, y del clérigo.



Una lectura del todo recomendada, por su agilidad, frescura y que arrastra al lector hacia mundos que le son del todo conocidos, si bien no dejan de sorprenderle,  pues pertenecen a lo que viene a llamarse esencia del ser humano, y ésta, amigos todos, se repite  a lo largo de la historia de nuestra humanidad, para bien y para mal de todos o de muchos.

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Fuentes: Wikipedia.
www.biografiayvidas.com


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