En cualquier tiempo, en cualquier parte del mundo siempre podemos encontrarnos con pioneros en lo que es la expresión artística, este es el caso de UENO HIKOMA, fotógrafo japonés, especialista en retratos, principalmente de personalidades tanto japonesas como extranjeras, así como de deliciosos paisajes, sobre todo, de Nagasaki.
Nacido en 1838 en Nagasaki, Ueno Hikoma no solo conoció del éxito artístico, sino también del comercial, amén de su consideración como profesor y maestro de fotógrafos que le admiraron.
El nacimiento de su vocación se lo proporcionó su propio padre, cuando en el año 1848 importó la primera cámara a Japón, por su condición de comerciante y empleado del clan Shimazu. No obstante, Ueno Hikoma era por sí mismo un joven estudiante ávido de conocimiento que llegó a construir sus propias cámaras a partir de lentes de telescopios antiguos, a la vez que experimentaba cómo fabricar productos químicos que hicieran avanzar a la fotografía.
Eso sí, primero estudió los textos clásicos chinos, y después del fallecimiento de su padre ingresó en el Colegio Médico de Nagasaki a fin de estudiar química, y dedicarse a la industria textil -tradición familiar-, más en su camino se cruzó Pompe Van Meerdervoort, un médico naval holandés, quien aún teniendo los conocimientos propios de aquel que se sirve de una sencilla cámara y un manual de fotografía, enseñó a Ueno Hikoma técnicas fotográficas.
Este fue el primero de los contactos y relaciones que llegó a tener Ueno Hikoma con diferentes fotógrafos, entre ellos el suizo Pierre Rossier, enviado especial de la compañía Negretti and Zambra con la finalidad de obtener diferentes fotos de Asia y Japón, y que supuso una influencia definitiva para el desarrollo de sus capacidades, pues le enseñó el nuevo proceso de colodión húmedo. Es así como la inicial decisión de continuar con la tradición familiar terminó por dar paso a una nueva y totalmente diferente profesión, la fotografía, para lo cual abrió en 1862 su propio estudio y empezó por importar cámaras.
El hecho cierto es que el éxito no le llegó de inmediato, sino que supuso un arduo trabajo y tiempo para Ueno Hikoma quien, a su vez, se convirtió en profesor de fotografía para otros tantos fotógrafos que se iniciaban en dicha disciplina artística, entre ellos, Uchida Kuichi, quien se convertiría en el retratista oficial del emperador japonés, Tomishige Rihei, Kameya Tokujirõ...
Amén de los retratos Ueno Hikoma también cultivó escenas de paisajes tanto de Nagasaki como de sus alrededores, e incluso llegó a fotografiar el tránsito de Venus a través del Sol en 1874 para una misión astronómica observatoria americana. Asimismo, es de destacar el encargo recibido del gobernador de Nagasaki, en 1877, en el sentido de fotografiar escenas del campo de batalla en el suroeste de Japón durante la Rebelión Satsuma.
El trabajo de Ueno Hikoma le valió su participación en sendas Exposiciones Mundiales, la de Viena, en 1873 y la de Chicago, en 1893.
Sobre su técnica es de significar el empleo de la fotografía de la placa mojada, más en 1877 se decidió por utilizar las placas secas importadas de Bélgica. Curiosamente, y cuando el público gustaba de las fotos coloreadas, que no en color, Ueno Hikoma prefería seguir utilizando el blanco y negro.
Este singular pionero de la fotografía japonesa falleció en Nagasaki en 1904, dejando un legado impresionante.
Wikipedia.
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