La obra de CÁNDIDO PORTINARI tiene un común denominador, pues a través de su pintura siempre quiso hacernos llegar y entender la realidad de los trabajadores del campo, labradores a los que describía con las siguientes palabras; "pies deformes, que pueden contar una historia, semejantes a los mapas con montes, valles, ríos y caminos".
Nada más acertado que hacer un recorrido por su vida y su trabajo a fin de conocer si efectivamente éste nos ha hecho conscientes de esa dura realidad.
CÁNDIDO PORTINARI nació el 29 de diciembre de 1903 en Brodowski, Estado de Sao Paulo, Brasil, y falleció en Río de Janeiro el 6 de febrero de 1962 estando considerado un pintor muy reconocido en función de los numerosos murales que hoy en día podemos disfrutar en sedes de diferentes organismos internacionales.
Su familia era de origen italiano y siendo aún muy pequeño manifestó su interés por el arte, es así que con quince años se trasladó a vivir a Río de Janeiro donde pasó el resto de su vida y donde murió.
Con quince años Portinari empezó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro, convirtiéndose en alumno de Joao Bautista da Costa, Lucilio Alburquerque y Rodolfo Chambeland; en sus inicios su pintura se ve muy influida por la del pintor, escultor y grabador sueco Anders Zorn, así como del pintor español Ignacio Zuloaga; fue la influencia de este último la que quedó reflejada en su retrato del poeta Olegario Mariano, gracias al cual ganó un viaje al extranjero, concretamente, al Salón Nacional de Bellas Artes en 1928.
Como consecuencia de ello, Portinari pasó un tiempo en París, para posteriormente recorrer España, Italia e Inglaterra, es así como su trabajo nos muestra cierta influencia de Amedeo Modigliani; por lo que respecta a Pablo Picasso, para Cándido Portinari fue todo un descubrimiento, es más, su obra Guernica le marcó profundamente, y ese aspecto muralista, la tendencia expresionista y la marca de dramatismo que transmiten sus trabajos son el resultado de la importancia de Picasso en Portinari.
Con independencia del trabajo como pintor esta etapa, años 20 del pasado siglo XXI, Cándido Portinari dedicó gran parte de su tiempo en Europa al descubrimiento de los más variados museos y galerías de arte, con la finalidad de estudiar tanto a los pintores que tanto admiraba como sus diferentes técnicas; fue así como descubrió la pintura al fresco.
En 1930 Portinari regresó a Brasil y en su ánimo el deseo de dar voz y expresión a la realidad de su pueblo, ello mediante una abundante producción de murales, muchos de los cuales fueron encargados por el dictador Getulio Vargas, más, Portinari nunca renunció a pintar de forma clara y explícita aquello que consideraba toda una injusticia social.
Cándido Portinari se afilió al Partido Comunista Brasileño, del que incluso llegó a presentarse como diputado federal y posteriormente como senador; más no tuvo éxito en esta nueva andadura y sin abandonar sus convicciones, continuó con su trabajo como profesor en la escuela de Bellas Artes y en la Universidad del Distrito Federal en Río de Janeiro.
Con su cuadro titulado CAFÉ recibió una mención honorífica en 1935 por parte de la Exposición Internacional de Arte Moderno del Instituto Carnegie, en Nueva York; ello le abrió las puertas del mercado norteamericano, ya que fue el primer artista sudamericano que llevó a cabo una exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, bajo el título de Portinari of Brazil.
No podemos dejar de mencionar sus obras más destacadas como los paneles Guerra y Paz en el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, El descubrimiento de Brasil para la Biblioteca del Congreso en Washington, tres grandes paneles que fueron expuestos en la Exposición Internacional de Nueva York en 1939, así como diferentes murales en el edificio del Ministerio de Educación.
Reconocida su obra a nivel internacional fue condecorado con la Legión de Honor de Francia en 1946, el Guggenheim´s National Award en 1956 y la medalla al pintor del año 1955 por el Internacional Fine Art Council.
Su fallecimiento, a los 59 años, dejó tras de sí todo un legado, aún hoy en día que desconocemos en gran parte.
Wikipedia
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