Los que habitualmente leéis este blog, cosa que agradezco profundamente, creo que sois conocedores de mi gran pasión por la pintura, y fundamentalmente, por la renacentista.
Uno de las pinturas más hermosas que, desde mi humilde punto de vista, he tenido el placer de ver directamente, y además de la que tengo en mi casa una pequeña reproducción enmarcada, es la que nos regaló el pintor italiano renacentista DOMENICO GHIRLANDAIO, expuesta en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (España): RETRATO DE GIOVANNA TORNABUONI.
Esta bellísima joven no es otra que Giovana degli Albizzi Tornabuoni representada de perfil, como lo sería si se tratara de una moneda clásica, y cuya imagen está rodeada de una serie de objetos que nos dan información sobre la pertenencia de la misma a la sociedad elitista florentina.
Más esta belleza que parece tan viva y real en el preciso instante en que fue retratada conoce de una triste historia, pues nos encontramos ante un retrato "post mortem", algo común en dicha época, de la misma manera que siglos más tarde la fotografía "post mortem" vendría a traernos al presente la ausencia de todos los que nos abandonaron.
La joven Giovanna se casó con sólo 17 años y falleció al dar a luz a su hijo dos años después; fue enterrada en la capilla iglesia de Santa María Novella, en Florencia. El retrato fue un encargo del que fuera su marido, Lorenzo Tornabuoni, tanto es así que la fecha que figura en el mismo -1489- no se corresponde con la de su realización, sino con la de la prematura muerte de la hermosa joven.
Su autor Domenico Ghirlandaio ejerció como pintor en la Toscana, fundamentalmente en Florencia, siendo el suyo un estilo marcado por un fino carácter narrativo, pues sus escenas abundan en personajes elegantes, no obstante lo cual l o anecdótico y secundario llegaba a cobrar, en gran medida, el tema central.
En gran medida, Ghirlandaio fue todo un cronista de su siglo, pues introdujo en sus frescos, caracterizados por muy complejas composiciones, las más variadas costumbres de su época, así como diferentes retratos de personalidades de su entorno.
La familia Tornabuoni que estaba emparentada con los Medici, encargaron a Ghirlandaio la decoración con unos impresionantes frescos de la capilla mayor de la iglesia en la que fue enterrada la joven Giovanna, y es un retrato de ésta el que también aparece en la escena de la Visitación, presidiendo un cortejo de mujeres; tanto en en su retrato como en esta último caso aparece de perfil, con el mismo peinado y vestido.
La imagen de GIOVANNA TORNABUONI está considerada como un máximo ejemplo de lo que es el modelo de retrato florentino del Quattrocento, pues participa de la pose del retratado erguido, de perfil y de busto, así como con los brazos y las manos juntas. Destaca por su perfectas facciones, sus líneas que dibujan un esbelto cuello y es ejemplo de los principios teóricos y ejemplos tomados de la Antigüedad clásica.
En el Museo Thyssen-Bornemisza esta deliciosa obra es una de las más sugestivas y atractivas de su colección; más allá de la gran belleza de la joven, el fondo en el que está enmarcada hace alusión a sus gustos y también a su carácter; es así que podemos distinguir la joya con un dragón que lleva añadida dos perlas y un rubí, lo que unido al colgante de cordón de seda que engalana su pecho, es una clara alusión a la vida pública de la retratada.
También destacar el libro de oraciones y un rosario realizado a base de bolas de coral, lo que resalta su devoción y la evidencia de una vida interior con independencia de su apariencia. Y es del todo delicioso el pequeño cartel, que forma parte de un epigrama de Marcial (XXXI), titulado A un retrato primo cuya transcripción es la siguiente: "Ojalá pudiera el arte reproducir el carácter y el espíritu! En toda la tierra se encontraría un cuadro más hermoso".
Fuentes:
https://www.museothyssen.org
https://www.elcuadrodeldia.com
MUY HISTORIA. Edición coleccionista
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