miércoles, 26 de febrero de 2014

LUJO DE ZARES:LA HISTORIA DE LOS HUEVOS DE FABERGÉ.

Carl Fabergé

Muy, pero que muy buenas tardes, en este luminoso día que se me presenta, al menos, en mi ciudad, completamente despejado, y con un sol radiante, lo cual me anima a salir a pasear y disfrutar de la naturaleza.
Bien es cierto, que la naturaleza del disfrute y bienestar de la persona es diferente según quien, en mi caso, el ARTE y sus distintas formas de expresión, priman sobre cualquier otra forma.
De esta manera no hay revista que tenga como tema el Arte, que no caiga en mis manos, y a través de ella, artículos o reseñas que llaman mi atención. Esta vez lo ha sido en la revista Tendencias del Mercado del Arte, en su número 70, para ser mas exactos, en la que siempre se reseñan determinadas piezas de arte que salen a subasta en distintas galerías. 
Una de ellas me entusiasmó, y es un HUEVO DE PASCUA DE FABERGÉ, tasado en 30.000,00 euros, y que saca a subasta hoy 26 y mañana 27 de febrero, la Galería Blclis, sita en Barcelona.



Pues bien, la maravilla que estais viendo no es otra que el Huevo de Pascua de Fabergé al que he hecho referencia en el párrafo anterior. Este está hecho de plata cincelada y parcialmente dorada, esmalte "guilloché", con rubies talla oval cabujón (4,5 t), turmalinas, tallas cabujón redondo y oval (2,5 ct) y dimantes talla rosa (2,37 ct) Peana en serpentina o jadenefrita. Punzón de Henrik Immanuel Wigström, orfebre de Fabergé entre 1886 y 1917, jefe de taller entre 1903 y 1916 y supervisor de la realización de los huevos de Pascua imperiales entre 1904 y 1916. Con estuche original en abedul y seda, con escudo imperial estampado (Altura del huevo: 29 cn., y medidas caja cerrada 22,2 x 12 x 12cm).


Hecha la presentación, está bien claro amigos lectores que el tema con el que hoy vamos a pasar un buen rato, si os parece, es con el origen de los HUEVOS DE FABERGÉ y su historia. Creo que es un tema lo suficientemente atractivo para teneros un rato en mi compañia.


Y como el conocimiento en mi, no es innato, no sé bien si lo será en alguno de vosotros, pues recurro a la información que existe en internet sobre los Huevos de Pascua de Fabergé, que conforman sesenta y nueve joyas cuyo autor es Carl Fabergé y sus artesanos de la empresa creada con su nombre, y cuyos destinatarios eran los zares de Rusia, sin descartar miembros de la aristocracia y nobleza. Está considerados como auténticas obras de arte, no sólo por la belleza de cada uno de ellos, totalmente distintos entre sí, sino por el valor de las piezas utilizadas para su realización.



Para la iglesia ortodoxa rusa una de las fiestas mas importantes del calendario es la de la Pascua, y su celebración es sumamente curiosa, mediante tres besos y el intercambio de los Huevos de Pascua.
Evientemente, no todo el pueblo ruso tuvo nunca a su alcance los Huevos de Pascua que aquí presentamos, -lo de los besos, eso el que quisiera-; pero los Huevos de Pascua de Fabergé comenzaron a fabricarse cuando el zar Alejandro encarga uno muy especial para su  esposa, la emperatriz María Fyodorevna, originaria de Dinamarca, por lo que el Huevo en cuestión recordaba a la emperatriz su tierra natal. Tal fue el éxito del regalo en cuestión, que el Zar ordenó a Peter Carl Gustavovich Fabergé que cada año fabricara uno, con una condición que el huevo fuese siempre único y encerrase una sorpresa.





Como podéis apreciar la belleza de la composición es extraordinaria, máxime si tenemos en cuenta la delicadeza que se desprende de cada uno de ellos y su carácter exclusivo; es por ello que en 1885, Fabergé fue nombrado proveedor oficial de la corte imperial rusa. La fabricación de estas obras de arte se convirtieron en la prioridad de la compañía creada por Fabergé, y toda vez que cada uno de ellos debía de tener diseño y formas distintas, su creador se inspiró en distintos estilos europeos: el barroco, el rococó, el neoclásico o el modernista. De tal manera que la fabricación de estos huevos ya no se hicieron exclusivamente para celebrar la Pascua, sino también con otros motivos "especiales", como la coronación del Zar Nicolás II, la terminación del ferrocarril Transiberiano, etc. Eso sí, cualquiera que fuere el objeto de su realización quedaban en poder de la corte imperial de los zares.



En total fueron 69 los huevos de pascua que fabricó la Casa Fabergé, pero no sólo para los zares, sino también para la clases altas, tanto económica como social. Se conservan 61 y del total de 52 que fueron realizados para la casa imperial rusa, están localizados 44. Algunos se consideran desaparecidos, otros quizás estén en alguna que otra colección particular.

La belleza y calidad de estas maravillosas obras de arte vienen refrendadas por los materiales con los que fueron realizados; para ello se utilizaron metales como el oro, el platino, la plata, el cobre, niquel, paladio, y acero, cuya combinación les confería determinadas y diferentes tonalidades a la "cáscara" del huevo. También incluían minerales como el jaspe, la malaquita, la rodonita, el crital de rota, el ágata, la aventurina, el lapizlázuli, amén, por supuesto, de las piedras preciosas -zafiros, rubies y esmeraldas- todos ellos empleados en la talla conocida como "cabujón" (corte redondo).




Espero, mis queridos amigos, que el pequeño viaje a través del mundo de los huevos de Fabergé os haya servido, una vez más, para ampliar conocimiento y sobre todo y ante todo, para disfrutar de la BELLEZA.

"LA BELLEZA ES AÚN MAS DÍFICIL DE EXPLICAR QUE LA FELICIDAD"
(SIMONE DE BEAUVOIR)

BUENAS TARDES A TODOS

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