Istvan Sandorfi
Buen día.
Nos vamos hoy de visita a una exposición, la que desde la Fundación de las Artes y los Artistas (entidad que se encuentra tras el Museu Europeu d´Art Modern, MEAM), tiene como protagonista al artista de origen húngaro ISTVAN SANDORFI, quien durante la década de los años 80 del pasado siglo XX tuvo un público que acertó a apreciar la calidad de su obra, si bien con el tiempo quedó un tanto en el olvido.
Y con la finalidad de traernos a ISTVAN SANDORFI de nuevo a nuestros días, el MEAM recurre a una magnífica retrospectiva que la que tenemos el placer de comtemplar 140 de sus obras de distintos formatos y que abarcan diferentes etapas de su producción (inicial, azul, rosa y final), y de la misma forma nos hace una recreación de su estudio, el lugar en el que trabajaba, con sus pinceles, paletas, colores, fotografías, y todo su entorno vital.
Su obra tiene un carácter marcadamente autobiográfico, pues se retrató en innumerables ocasiones a sí mismo, de la misma manera que lo hizo con sus hijas.
Istvan Sandorfi nació en Budapest (Hungría), el 12 de junio de 1948, y murió tempranamente, en París (Francia), el 26 de diciembre de 2007, ciudad en la que pasó gran parte de su vida.
Con tan solo 8 años abandonó su país natal y hasta 1958 residieron en Alemania, para terminar en Francia. Estudió Bellas Artes en la École Supérieure des Beaux Arts de París e igualmente fue alumno de la École des Arts Decoratifs, de París. Fue padre de dos hijas, muriendo en un hospital de París después de una grave enfermedad. Sus cenizas fueron trasladadas a Hungría donde reposan en el Cementerio de Kispest, en Budapest.
Muy tempranamente se inició en el dibujo, y con tan solo 12 años ya empezó a pintar sus primeros óleos. A partir de los 15 se utilizaba a sí mismo como modelo. Su precocidad se vio reconocida con la primera exposición que realizó en una galería de París, con solo 17 años.
Fue en 1973 cuando el Museo de Artes Modernas de París llevó a cabo una exposición sobre su obra y ello trajo como consecuencia el que diferentes galerías de arte del mundo se interesaran por exponer sus obras, por lo que éstas viajaron a ciudades como Roma, París, Munich, Bruselas, Basilea, Copenhague, Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.
Su obra puede perfectamente catalogarse en cuatro periodos, en los que en el primero de ellos abundaban los bodegones, si bien con objetos un tanto extraños y en actitudes poco habituales.
Mas coincidiendo con el final de los años 70 y principios de los 80, su gama de colores se limitaba al azul, lila, así a combinaciones frías. Su evolución se aprecia en el objeto de su obra, pues mayormente utiliza la figura femenina, sobre todo sus propias hijas, que le sirven de modelo.
Éstas, a su vez, aparecen retratadas cubiertas de sábanas, y con la presencia de objetos más que inusuales. En sus bodegones nos encontramos, fundamentalmente, botellas y también frutas, siendo el fondo del cuadro de pared blanca.
Y pese a que su formación lo fuera en sendos institutos de reconocida importancia, Istvan Sandorfi se consideraba un artista autodidacta, que es reconocido por los críticos de arte como un ejemplo de convivencia entre el surrealismo y el hiperrealismo.
En la muestra que nos ofrece, por vez primera el MEAM, de Barcelona, dominan los tonos azules y rosados, en una retrospectiva que se identifica bajo el nombre de "La pintura nunca muere".
Sobre esta muestra que hasta el 29 de noviembre de 2016 tenemos la oportunidad de conocer, el director del museo, José Manuel Infiesta nos manifiesta, en relación con su autor: "Era un artista que pasaba de todo y por eso nunca tuvo contacto con los críticos o las galerías de arte hasta su etapa final, cuando cambio su paleta de colores".
El hecho dramático de que Sandorfi conociera en propia persona el levantamiento anticomunista en Budapest, en 1956, con tan solo 8 años de edad, marcó profundamente su carácter y el resto de su vida. Es por ello que se refugió en Francia, y esa condición de refugiado le llevó a encerrarse aún más en sí mismo.
En sus diferentes trabajos Sandorfi hace una perfecta recreación de su mundo interior, sirviéndose de trazos limpios, y también del uso de la aerografía, tanto para aquellas obras que están cargadas de simbología, hasta sus más que singulares retratos familiares, en los que evoca, de forma introvertida, a su pareja Denise, y a sus dos hijas, Ange y Eve.
En la mayor parte de sus composiciones destaca el fondo y el juego de grises que utiliza, si bien el efecto resultante es la creación de un ambiente oscuro. Todo ello nos hace pensar en un artista un tanto atormentado, si bien, el hecho cierto es que su mundo personal lo expresaba de esa forma.
En su obra adquiere un dominio total de la composición y la expresividad, amén de una total intimidad que se advierte claramente en sus dos etapas, la azul y la rosa, que acaba diluyéndose en la etapa más comercial de su producción, al utilizar otra gama de colores y otros modelos.
Y rematando la exposición, comisariada por Ange Sandorfi, hija del artista, nos encontramos con una perfecta reproducción del taller de su padre, en el que vemos su caballete de madera, con una obra póstuma inacabada, amén de diferentes objetos personales, y una delicia: su primer cuadro, realizado con solo 7 años, así como diferentes dibujos realizados durante su niñez.
Con esta apuesta por ISTVAN SANDORFI, el MEAM nos ofrece la posibilidad de conocer a fondo a este singular artista, quien durante los años 80 y 90 tuvo una gran repercusión en el mundo del arte y después cayó un tanto en el olvido.
Y por último haceros saber que las obras que podréis contemplar en esta retrospectiva pertenecen a diferentes coleccionistas privados de Budapest, Abu-Dhabi, Mónaco, París, Chicago, Nueva York, así como a la galería neoyorkina Jane Kaban.
Una cita ineludible para un artista del todo singular y del todo significativo para una época que no puede quedar en el olvido.
BUEN DÍA A TODOS
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Directorio Hispano de las Artes
Fuentes: Descubrir el Arte.
Wikipedia.
El País.
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